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| lunes diciembre 23, 2024

Parashá de la semana: Shelaj


Moshe envía doce espías a la Tierra de Canaán. Estos vuelven cuarenta días después, cargando un enorme racimo de uvas, una granada y un higo, para reportar sobre una exuberante y bondadosa tierra. Pero diez de los espías advierten que los habitantes de la tierra son gigantes y guerreros «más poderosos que nosotros»; sólo Caleb y Iehoshúa insisten en que la tierra puede ser conquistada, como Di-s indicó.

La gente llora diciendo que prefieren volver a Egipto. Di-s decreta que la entrada de Israel a la Tierra debe ser demorada por cuarenta años, tiempo durante el cual la generación entera fallecerá en el desierto. Un grupo de judíos arrepentidos se abalanza sobre la montaña en el borde de la Tierra pero son rechazados por los Amalequitas y los Cananitas.

Son entregadas las leyes de Menajot (ofrendas de harina, vino y aceite), así como el precepto de consagrar parte de la masa (jalá) a Di-s cuando se hornea pan. Un hombre viola el Shabat cuando carga ramas y es castigado con pena capital. Di-s instruye poner flecos (Tzitzit) en las cuatro puntas de las vestimentas para recordar la observancia de las Mitzvot (preceptos Divinos).

NUESTRA MISION ESTA EN LA TIERRA

“Empezaron a hablar mal de la tierra que habían explorado. Les dijeron a los israelitas: ‘La tierra que cruzamos para explorar es una tierra que consume a sus habitantes…’” (Bamidbar 13:32)

 Según los maestros jasídicos la intención de los espías no era tan mala como aparenta. Al afirmar que era una tierra que consumía a sus habitantes pretendían transmitir el siguiente mensaje: “Al tener que trabajar la tierra, cosechar su fruto, ganarse la vida, luchar contra potenciales enemigos, como los pueblos que hayamos en el lugar, el pueblo va a abandonar gradualmente el estudio de la Torá. En cambio acá, en el desierto no es necesario luchar por el sustento, estamos protegidos contra todo enemigo potencial. Es mejor permanecer en este lugar y que la Torá sea estudiada como corresponde”. Y este fue su error, la intención de Di-s no es que vivamos una vida aislada de todo lo material, sino que, a través de nuestro trabajo material, ganándonos el sustento material, con herramientas materiales y cumpliendo con nuestro trabajo las mitzvot que nos fueran ordenadas, debemos construir una morada para Di-s en ESTE MUNDO MATERIAL.

La Torá da una instrucción importante a los jueces. El versículo declara “Escucha” en tiempo presente, para indicar que los jueces deben oír los argumentos más largos y prolijos de ambaspartes con paciencia. La implicación de: “a tus hermanos”, es que el juez debe tratar igualmente a ambas partes, y no oír mejor a uno que al otro.

El Talit Según la Cábala

Por Aron Moss

La idea principal de la plegaria judía es conectarse con Di-s. ¿Pero cómo puede un ser humano limitado y finito, conectarse a un Di-s infinito e ilimitado? Realmente, debería ser imposible. Pero Di-s quiere relacionarse con nosotros, por lo tanto Él se «limitó». Hizo esto al expresarse Él mismo en la creación. El mundo en que vivimos realmente es una expresión de Di-s, como una pieza musical es una expresión del músico que la compuso, y una pintura es la expresión del pintor, así también este mundo y todo en él es la obra de arte de Di-s. Nosotros no podemos ver a Di-s pero podemos ver Su creación. Al mirar una pintura o escuchar una canción podemos percibir algo acerca de quién es el artista, al observar la belleza de este mundo, su complejidad y sus ritmos podemos empezar a apreciar Di-s.

PERO (y este es un pero grande) aunque la creación exprese a Di-s, nunca podría expresar Su verdadera esencia. Tan hermoso como es el mundo, es sólo un fragmento insignificante de la verdadera sabiduría de Él. Y ahí es donde Di-s es muy diferente de un artista. Para realmente expresarse, el artista tiene que poner toda su concentración, esfuerzo y creatividad en su trabajo. Pero para Di-s, expresarse es exactamente lo contrario–Él se limitó, se rebajó a hacer un mundo físico. Sería como el talentoso músico que tiene que escribir un pegajoso jingle sobre el yogur para un anuncio de radio. ¿Expresa eso su genio? ¡NO! ¡Más bien, expresa su paciencia! De manera similar, Di-s no necesitó invertir «esfuerzos» para crear semejante mundo asombroso. El único esfuerzo estuvo en «limitarse» para poder crear esta existencia finita.

El Talit tiene dos partes – el manto mismo y los tzitzit o cordeles. El manto rodea nuestro cuerpo, y los cordeles cuelgan de él. Ellos representan los dos aspectos de Di-s, y su forma de relacionarse con nosotros .El manto representa la esencia de di-s, que nos supera en extremo y no podemos alcanzarla, por ello el manto nos cubre. Los pequeños cordeles que cuelgan de las puntas son sólo una diminuta fracción de Su ser, aquella porción que podemos experimentar.

No importa cuán sagrados nos sintamos, Di-s es infinitamente más santo. Esto es el Talit que nos envuelve. Pero no importa cuán impío nos creamos, Di-s baja hacia nosotros y nos pide que hablemos con Él. Estos son los Tzitzit que cuelgan para que nosotros los tomemos y besemos.

Necesitamos tener esto en mente cuando rezamos, por eso usamos Talit. (www.es.chabad.org)

El suspiro que uno emite a causa del dolor que sufre su prójimo quiebra todas las barreras impenetrables de los “acusadores” celestiales. Y cuando una persona se regocija por la alegría de su prójimo y lo bendice, Di-s lo valora y lo acepta como si fuera la plegaria de Rabí Ishmael, el Sumo Sacerdote, el Santo de Santos. (Baal Shem Tov)

 
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