Traducción del texto original: Germany: Christian Refugees Persecuted by Muslims
Traducido por El Medio
Miles de cristianos están siendo acosados por los musulmanes en los centros para refugiados de Alemania, a veces incluso por el personal de seguridad, según un nuevo informe que afirma que, en la mayoría de los casos, las autoridades alemanas no han hecho nada para proteger a las víctimas.
El estudio sostiene que las autoridades y la policía alemanas han minimizado deliberadamente e incluso encubierto el «problema tabú» de los ataques de los musulmanes contra los refugiados cristianos, supuestamente para evitar alimentar el sentimiento antiinmigración.
El informe, titulado Religiös motivierte Übergriffe gegen christliche Flüchtlinge in Deutschland(Los ataques de motivación religiosa contra los refugiados cristianos en Alemania), fue llevado a cabo por la filial alemana de Open Doors, una organización no gubernamental en defensa de los cristianos perseguidos en todo el mundo.
El estudio –que confirma el análisis del Gatestone Institute sobre la violencia musulmana contra los cristianos en los centros alemanes para refugiados– documenta más de 300 incidentes donde los refugiados cristianos han sido agredidos en Alemania física y sexualmente, e incluso amenazados de muerte a causa de su fe.
El informe se basa en las entrevistas realizadas a 231 refugiados cristianos entre febrero y abril de 2016. Más del 80 por ciento de los entrevistados eran varones y más de la mitad mayores de 30 años. La mayoría de los interrogados provenían de Irán, Afganistán y Siria. Nueve de cada diez participantes en la encuesta eran cristianos con antecedentes musulmanes. La mayoría de ellos ya se había convertido al cristianismo en su país de origen.
De los entrevistados, 86 dijeron que habían sido agredidos físicamente por refugiados musulmanes y el personal de seguridad de los centros de acogida, entre el cual también había muchos musulmanes. Más de 70 dijeron que habían sido amenazados de muerte; 92 habían sido insultados por su fe cristiana y 62 sometidos a «música religiosa u oraciones muy altas», presumiblemente de la variante islámica. Otros dijeron haber sufrido ataques físicos en forma de puñetazos, escupitajos, empujones y abuso sexual. En torno al 75 por ciento de los entrevistados dijo que el hostigamiento por parte de los musulmanes es un problema «frecuente».
Según Open Doors, el informe «solo muestra la punta del iceberg», porque «muchos refugiados cristianos temen enfrentarse a más dificultades si denuncian los incidentes». Otros temen que «la información pueda llegar a las manos equivocadas y poner en peligro a los familiares que aún vivan en sus países de origen». El informe dice:
Uno de los principales obstáculos para realizar la encuesta fue que muchas víctimas tenían miedo de participar. Temían unas consecuencias negativas si su información personal caía en las manos equivocadas. No solo les preocupaban las consecuencias personales para ellos y sus familias en Alemania, sino también para los familiares que siguen viviendo en sus países de origen. […]
Otro gran obstáculo fue que muchas mujeres eran reacias a denunciar las agresiones sexuales por vergüenza, mucho más acusada en las mujeres de Oriente Medio que en las occidentales. […]
Para empeorar las cosas, muchos refugiados han tenido experiencias negativas con las autoridades y la policía en sus países de origen a causa de su fe cristiana. Están acostumbrados a ser tratados como ciudadanos de segunda clase. Ahora ven que las cosas no son muy diferentes en muchos centros para refugiados de Alemania –un país con libertad religiosa–, y no han recibido ayuda ni una sola vez.
El informe incluye los testimonios de refugiados cristianos que describen «un ambiente constante de temor y pánico» en los centros de acogida alemanes:
«Llegué a Alemania tras huir de mi propio país con la esperanza de que mi vida estaría más a salvo ante los crecientes peligros. Pero en Alemania me he visto más amenazado».
«En este momento debo decir que no sabía que al venir a Alemania, y solo a causa de mi fe, iba a ser tan acosado aquí como en Irán».
«Los musulmanes pintan cruces y las subrayan con una X para insultarnos. Tiran la basura delante de nuestra puerta. Escuchan el adhán (la llamada musulmana a la oración) y la lectura del Corán a un volumen muy alto. Tuvimos que abandonar nuestro último centro de acogida por las amenazas de muerte».
«En nuestro centro de acogida, los guardias de seguridad no hacían cumplir las normas. Cada mañana a las 5 nos despertaba el sonido del adhán. La situación va a peor. Cuando te quejas, te dicen que es el derecho de los musulmanes. Además, nos insultan con impunidad. En nuestro refugio, dos amigos míos han recibido amenazas de muerte. Los musulmanes les arrancaron una cruz que llevaban al cuello. Ninguno de nosotros se atreve a volver a llevar una cruz».
«Cuando vamos a recoger nuestro estipendio, nos empujan al final de la fila. Además, en la cocina somos los últimos en comer. Después de medianoche, cuando estamos dormidos, golpean la ventana y ya no podemos volver a dormirnos por miedo. Y al día siguiente, durante las clases de lengua, no podemos aprender bien. Los musulmanes nos llaman mortad (apóstatas) y roban nuestras cosas de la cocina. Nos han robado tanta comida que ahora hay una nevera en cada habitación».
«Los musulmanes me insultaron y me agredieron físicamente en nuestro centro varias veces. La policía tuvo que intervenir todas ellas. Aún me persigue el recuerdo de esos incidentes y tengo graves problemas psicológicos; incluso intenté suicidarme. Los guardias han insultado nuestra religión y nos han atacado. He testificado como testigo ante la policía. Después de recibir amenazas de muerte, fuimos a la policía con nuestro pastor y presentamos una denuncia».
El informe incluye el testimonio de Gottfried Martens, pastor de Berlín, que describe unos incidentes de acoso musulmán ocurridos a principios de mayo; incidentes que la policía aún no se ha molestado en investigar:
Una pareja cristiana de Irán estaba siendo cada vez más acosada por el líder afgano de un centro de acogida en Berlín. A los «infieles» no se les dio cama y tuvieron que dormir en el suelo durante meses. Al final, la cosa llegó al punto de que el afgano destrozó con sus propias manos el lugar donde ellos y sus objetos de culto cristiano (la vela de Pascua, la Biblia, el boletín de la parroquia). […]
Otro cristiano fue acosado por haberse convertido por refugiados musulmanes que recitaban el Corán durante todo el día. Ayer por la tarde, intentó suicidarse con una cuchilla. Afortunadamente, fue salvado a tiempo. […]
Hace dos semanas, tuvimos que acomodar a ocho refugiados de otro centro. Habían sido amenazados de muerte por negarse a participar en la oración ritual musulmana en el gimnasio. Cuando se pidió ayuda a los guardias, estos se unieron a la oración con quienes habían amenazado a los cristianos. Cuando los cristianos escaparon de la sala mientras los musulmanes gritaban «Alahu Akbar» [Alá es el más grande], los guardias se seguridad musulmanes les prohibieron la entrada al centro, alegando que los cristianos habían atacado a los musulmanes.
Según Open Doors:
Es alarmante que los refugiados cristianos y otras minorías religiosas se estén enfrentando cada vez más a la misma persecución y discriminación que en sus países musulmanes de origen, y que ni siquiera en Alemania puedan obtener la protección que esperaban. […]
A pesar de las crecientes denuncias de este problema por parte de los medios, las organizaciones benéficas, las asociaciones por los derechos humanos, los líderes de la Iglesia y las organizaciones cristianas, las autoridades y los políticos alemanes, casi nunca se ha iniciado una investigación. Creemos que, en su lugar, los incidentes están siendo deliberadamente minimizados e incluso encubiertos. Durante una serie de debates confidenciales con investigadores de Open Doors, se ha sabido que, incluso en las comisarías, los ataques de motivación religiosa contra los refugiados cristianos no se registran como tales. […]
En consecuencia, muchos casos de violencia sectaria no constan en las estadísticas, y no se clasifican correctamente en términos de gravedad y frecuencia. Esto significa que se le está dando un carácter de irrelevancia a un gran número de violaciones de los derechos humanos de motivación religiosa contra los cristianos y otras minorías religiosas.
El informe concluye con una serie de recomendaciones dirigidas al gobierno alemán para ayudar a aliviar la presión sufrida por los refugiados cristianos:
Se debería registrar la filiación religiosa de todos los migrantes en el primer momento del proceso de inscripción de los refugiados, y la transmisión de esos datos debe acompañar cada fase del proceso de asignación de centros a los refugiados.
Se debería agrupar a las minorías religiosas, para que el porcentaje de cristianos y otras minorías religiosas en relación con el de musulmanes fuese aproximadamente el mismo en los centros de acogida.
Los cristianos y otras minorías religiosas que son víctimas de persecución y discriminación deberían alojarse en lugares distintos.
Se debería aumentar el número de no musulmanes entre el personal de seguridad.
El personal y los guardias de seguridad de los centros de acogida deberían recibir capacitación de sensibilidad sobre las causas del conflicto religioso y la protección de las minorías religiosas.
Se debería proporcionar a los cristianos perseguidos una lista con los nombres de otros cristianos a los que puedan llamar para pedir ayuda.
Algunas instituciones próximas al gobierno alemán niegan abiertamente las afirmaciones de Open Doors y han dado cobertura a política a las autoridades que no están haciendo nada para ayudar a los cristianos perseguidos.
En marzo de este año, el Konrad Adenauer Stiftung (KAS), un think tank de centroderecha, independiente de la Unión Demócrata Cristiana de Angela Merkel, pero con la que mantiene estrechos vínculos, publicó un análisis titulado Christen unter Druck? (¿Están los cristianos bajo presión?). El informe afirma que se está exagerando sobre la persecución musulmana de los cristianos en Alemania y en otras partes, y que en todo caso no se puede demostrar:
En el contexto mundial, al igual que en Alemania, es difícil obtener información fiable sobre los ataques contra los cristianos. Los informes son en su mayoría subjetivos y no se pueden demostrar empíricamente con rigurosidad. […]
Probablemente hay una serie de diferentes motivos por los que se produce la violencia en los centros de refugiados: se trata de un gran número de personas que viven juntas durante mucho tiempo en un espacio reducido, sin privacidad y en condiciones estresantes. La psicología también puede ser un factor que contribuya: las preocupaciones sobre el futuro, las barreras idiomáticas y culturales, y el procesamiento de los recuerdos recientes de la huida de sus países de origen. Por si esto no fuese suficientemente estresante, hay casos en que los perseguidores y los perseguidos en sus países de origen se vuelven a encontrar en los centros alemanes para refugiados. […]
Además de los enfrentamientos sectarios, hay conflictos de motivación étnica; por ejemplo, los constantes enfrentamientos entre afganos e iraquíes. También llama la atención el gran número de conflictos que afectan a los refugiados cristianos conversos. Se sabe muy poco sobre la hostilidad contra los árabes cristianos que ya eran cristianos en sus país de origen.
El informe de KAS advierte contra la separación de los refugiados en función de su filiación religiosa, porque eso «lanzaría el mensaje incorrecto» a los recién llegados respecto al compromiso de Alemania con la libertad religiosa: «En Alemania no hay excepciones culturales o religiosas según nuestra concepción de las libertades civiles. […] Alemania garantiza la libertad religiosa. […] En Alemania no hay motivos para que una persona sienta la necesidad de ocultar su sentimiento religioso o para no poder convertirse a otra religión».
El informe de KAS no ofrece ninguna recomendación para erradicar la violencia sectaria en los centros de acogida alemanes.
En una rueda de prensa con motivo de la publicación del informe de Open Doors, Volker Baumann, director de una asociación llamada Acción para los Perseguidos Cristianos y los Necesitados (AVC, por sus siglas en alemán), dijo que hasta 40.000 refugiados en los centros de acogida alemanes estaban sufriendo acosos por sus creencias religiosas.
Según Gottfried Martens, el pastor de Berlín, el gobierno alemán ha perdido el control de la situación. En una entrevista con el Frankfurter Allgemeine Zeitung, dijo que la mayoría de los cristianos que son perseguidos en los centros alemanes no se atreven a presentar una denuncia formal porque temen por su seguridad. En los casos en que sí se presentan las denuncias, los musulmanes presentan contradenuncias. Además, casi nunca es posible demostrar de forma irrefutable los incidentes de hostigamiento. Por lo tanto, la inmensa mayoría de los refugiados deciden no quejarse a fin de no agravar su situación.
Thomas Müller, analista de Open Doors en Alemania, concluyó:
Refugiados cristianos de países muy diferentes están tratando sin éxito de encontrar protección en Europa, y es probable que ese informe solo muestre la punta del iceberg. Está claro que muchos refugiados cristianos, especialmente los que se han convertido al cristianismo, viven con miedo a ser perseguidos por los refugiados musulmanes que conforman la mayoría de residentes en los hostales dispuestos para los refugiados en toda Europa. Da qué pensar cuando se escucha a los cristianos perseguidos decirle a un país occidental que detectan los mismos patrones de persecución que en sus países de origen.
Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York. Síguelo en Facebook y en Twitter. Su primer libro, Global Fire, estará a la venta en 2016.
El que odia y persigue al judío, también odiará y perseguirá al cristiano. Y viceversa.