Moderna, noctámbula, cosmopolita, joven y mediterránea son algunas de las palabras que mejor describen a Tel Aviv, bautizada como la ciudad que nunca duerme por su intensa actividad artística, gastronómica, cultural y de ocio. Entre los imponentes rascacielos, de arriesgados diseños y de vanguardia, se encuentra un barrio de casas bajas estilo alemán, conocido como Sarona, un «oasis» recreacional en el corazón de Tel Aviv. Las boutiques de lujo, galerías de arte, restaurantes, cafés y espacios verdes emplazados en viviendas alemanas del siglo XIX, la ubican como uno de los barrios más trendy del momento.
El complejo urbano peatonal cuenta con 37 edificios recientemente restaurados –estilo contemporáneo de la Baja Bavaria- sin descuidar la atmósfera europea alemana del siglo XIX. Se crea así una simbiosis entre lo moderno y lo antiguo, y se ubica al final de la boulevard Rothschild, una de las avenidas más famosas de la ciudad. La reapertura de esta joya arquitectónica que hoy es uno de los sitios mas frecuentados por turistas y residentes para vivir una experiencia gourmet, ir de compras o disfrutar de un día al aire libre fue en el 2014.
Pasaron de manos de pioneros alemanes a ser el cuartel del estado mayor israelí y sede de las mayores decisiones estratégicas del estado de Israel. La zona también alberga túneles templarios, que funcionaban como la primera bodega de vino israelí, sin embargo el ejercito lo utilizó para construir aviones previo a la guerra de Independencia de Israel.
Una característica muy particular de la reconstrucción fue que tuvieron que desplazar cinco de estos maravillosos edificios para poder expandir una de las vías que conecta la ciudad, la calle Kaplan. Fue una hazaña arquitectónica muy compleja que se realizó a partir de rieles con el fin de preservar parte de la herencia de Tel Aviv.
El pasado y el presente dieron vida a un centro de cultura que conserva el espíritu europeo y se fusiona con la metrópolis. Pero además, destaca el centro culinario mas grande del país, conocido como el Sarona Market, inspirado en los mercados de Nueva York y Londres. Alberga 90 propuestas gourmet de las cocinas internacionales del mundo.
La oferta recreacional es muy amplia y variada, Infobae recorrió este novedoso barrio, recomendaciones de tres visitas obligatorias en el barrio de Sarona,Tel Aviv
Sarona Market, el templo de lo gourmet
Inspirado por los mercados gastronómicos de Nueva York, Londres y Barcelona, abrió sus puertas el complejo más grande de Israel. Reúne 91 propuestas entre ellas locales e internacionales, fusionando platos típicos regionales e incorporando recetas del mundo. El lugar es un referente más de la arquitectura gastronómica, con diseño moderno e innovador, mosaicos estilo damero, luminaria minimalista y detalles que enamoran.
Además, alberga stands que recrean antiguos mercados del mediterráneo. Coloridos y llamativos, ofrecen productos regionales en grandes variedades, aceitunas, berenjenas, aceites de oliva, especias del Oriente, frutas y hortalizas. Ofrece una exclusiva oferta de vinos, cerveza Boutique, chocolates, pasteles hechos a mano y más. Todo se puede degustar antes de comprar.
Boutiques de lujo
El paseo por este barrio incluye parada obligatoria en las tiendas internacionales, desde el clásico Tommy Hilfiger pasando por la firma especialista en productos beauty L’ Occitane hasta la ecléctica pret à porter Diesel.
Cada boutique respeta su identidad como marca pero adaptándose al escenario de las viviendas germánicas. La fachada, los ventanales, y hasta los pisos de madera fueron conservados como los de siglo XIX. Cumplen la función de vidriera y de esta manera conviven con la moda.
No solo hay reconocidas firmas internacionales. También hay un espacio dedicado a la moda nacional que se destaca por su diseño y vanguardia. Las joyerías judaicas son referentes en la confección de piezas únicas donde predomina la implementación de materia prima, el color y la tradición en cada una de las piezas. Además, el complejo cuenta con una serie de galerías de arte
Jajo, el museo del vino
La experiencia comienza desde su entrada. Para ingresar hay que descender una escalera que conduce hasta una taberna subterránea que conecta hacia un túnel, donde hace aproximadamente 1oo años, en la época de los templarios alemanes, unía a la primera bodega Israelí. En esa atmósfera, de poca luz y estrechos pasillos, se encuentra el acceso a la vinoteca.
La bodega fue refaccionada para dar vida a uno de los más exclusivos espacios gourmet de Tel Aviv. Jajo fue diseñado por el arquitecto Dan Troim con azulejos en la pared importados de Italia, mobilario estilo capitone y otros elementos que remiten a los grandes bailes de París.
Distribuido en tres niveles, el lugar dispone de diferentes rincones: una recepción con una pequeño bar de vinos, luego un área principal con mesas y también la opción de sentarse en la barra. Una escalera de madera que conecta a tercer nivel, y un altillo, donde generalmente suena música en vivo.
Es un establecimiento que se destaca por amplia carta de vino que contiene 180 selecciones, todos elegidos por el especialista y propietario Shani Maoz Zaitouni. Además cuenta con una innovadora cocina de autor, a cargo del reconocido chef israelí Adi Levy donde la especialidad son los frutos de mar.
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