No es la ocupación en disputa de Cisjordania que convenció al adolescente palestino de 17 años de apuñalar hasta la muerte a una niña de 13 años mientras dormía.
Más bien es la ocupación corrosiva y duradera de los espíritus y corazones palestinos con un odio salvaje y genocida del judío.
“El odio no tiene lugar en el Currículo de los colegios, y la glorificación de la violencia no ha lugar en la educación de los niños, “, dijo Hillary Clinton en 2007, después de oír en el Senado el contenido de los libros escolares y de los medios palestinos , presentados por el grupo de control Palestinian Media Watch, PMW.
Refiriéndose a las emisoras oficiales de la AP en la TV, dijo que “ eran un claro ejemplo de abuso infantil “
Refiriéndose a los nuevos libros de texto del curso 12º de la AP , dijo “ estos libros no dan educación a los alumnos, les dan adoctrinamiento “
Su conclusión:
“ Cuando vimos este informe junto con otros medios a los cuales estos niños están expuestos, vimos un amplio panorama desolador….porque básicamente es veneno destilado en profundidad en las mentes de estos niños.”
Veneno es la palabra precisa.
Como si no describiera Vd. la condición de un espíritu o de un corazón que asesina a una joven niña en su dormitorio?
Desgraciadamente, el Senado fracaso en detener este veneno, si bien PMW ha estado tan ocupada como siempre en monitorear la lacra del odio al Judío de la sociedad palestina.
Para solo citar un ejemplo, 6 años después de escuchar a Clinton, en la TV oficial palestina “Palestina esta mañana”. Dos jóvenes hermanas recitaron un poema que decía:
¡Oh, hijos de Sion!
¡Oh las mas diabólicas de entre las creaciones!
¡Oh monos barbaros, cerdos despreciables!
Jerusalem vomita vuestra impureza.
No temo a la barbarie
Mientras mi corazón es mi Coran y mi ciudad.
Si a Vd. le enseñan que los judíos son monos barbaros y cerdos despreciables, y que no debe Vd. temer la barbarie, entonces que diablos importa deshacerse de uno de estos cerdos despreciables?
Esto es lo que tenemos que recordar del asesino. En su espíritu no mataba a una niña, mataba a un cerdo despreciable.
Estaba eliminando a un demonio. Estaba cometiendo el acto sagrado del martirio.
¿Por qué nos sorprendemos cuando los dirigentes palestinos envían cheques a las familias de estos mártires, puesto que ellos son los que sancionan la verdadera demonización de los judíos en primer lugar?
Por supuesto, nada de esto es nuevo. Hemos visto la santificación del odio al judío y la glorificación del terrorismo en la sociedad Palestina durante tanto tiempo que nos hemos entumecido.
No es coincidencia que los judíos minimicen estas noticias inconvenientes.
La manera judía de actuar es enfocarnos en nuestros actos, no en los actos de otros.
Tomamos responsabilidad de lo que podemos cambiar, no de los que otros deben cambiar.
Es por ello que mucha energía judía se ha expandido en protestar sobre la presencia israelí en Judea y Samaria.
Esta es la «ocupación “contra la cual estamos luchando de manera “confortable “
La otra “Ocupación: “la ocupación de los espíritus y corazones palestinos__, bueno, eso “les” incumbe a ellos, no a “ nosotros».
El problema de pensar así es que perdemos de vista el obstáculo real para la paz. Asesinar una niñita no tiene nada que ver con luchar contra políticas israelíes y todo que ver con el lavado de cerebro que enseña a los palestinos que los judíos no son seres humanos.
Hemos ignorado este lavado de cerebro durante tanto tiempo que estamos ahora en caída libre.
El odio al judío es tan profundo y tan amplio que está matando toda esperanza y colocando a los Israelíes en modo estrictamente de supervivencia.
Mientras el odio al judío y la violencia persista, los palestinos nunca convencerán a los Israelíes de que pueden arriesgarse a la paz.
Los grupos judíos que ansían la paz deben exigir el fin de la ocupación de los corazones y las mentes palestinas con un demonizante odio al judío, genocida y despiadado
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.