Hay una fantasía sobre Israel que es común incluso entre algunos grandes amigos y simpatizantes de Israel. Y es la noción de que Israel en general, y Jerusalem en particular, son lugares peligrosos de visitar. En la mente de muchos, el terrorismo está siempre presente y los recientes acuchillamientos de inocentes sólo han potenciado esta noción.
Citando a Daddy Pig, de la serie Peppa Pig, «Resulta que yo soy algo así como un experto en estos temas», y sé una o dos cosas sobre los peligros de vivir en Israel. Desde el verano de 1979 hasta que me vine a Florida, en 1988, viví en el cuarto judío de la ciudad vieja de Jerusalem, al lado de una gran población árabe durante la primera Intifada. Además de eso, hace pocas semanas regresé de un viaje a Israel con un grupo de hombres, mi esposa Karen se encuentra allá ahora con un grupo de 23 mujeres, mi hija Tzippy acaba de regresar luego de haber pasado un año estudiando en Israel, y antes de eso mis hijos Moishe y Atara pasaron al menos un año en Jerusalem. Y si Dios quiere, mi hijo Yoni va a ir el próximo año a estudiar en una Ieshivá.
Un tema recurrente cuando hicimos entrevistas recientemente para un viaje a Israel fue cuán seguro es ir allí. Padres, esposos y esposas se preocupan de gran manera cuando sus seres queridos van a Israel, e incluso la escuela de Yoni estuvo a punto de cancelar su gira de estudios hace un par de meses. Durante mi visita, hace dos semanas, tuvimos la buena fortuna de reunirnos con el alcalde de Jerusalem, Nir Barkat. Él señaló que hay un método universal y estadístico para juzgar cuán segura es una ciudad: ver cuántos asesinatos hay por cada 100.000 residentes.
Si uno revisa las estadísticas, Caracas, Venezuela, es la ciudad más peligrosa del mundo, con 120 asesinatos por cada 100.000 habitantes. St. Louis es la ciudad más peligrosa de Estados Unidos, con 59; Detroit tiene 44. Y luego, al otro lado del espectro tienes a Londres, Inglaterra, con 1,5. ¿Y adivina dónde se encuentra Jerusalem en esta escala? ¡Junto a Londres, con 1,5! Así que déjame preguntarte algo, cuando escuchas que alguien va a viajar a Londres, ¿les deseas «que vuelvas sano y salvo»?
Si expandes tu investigación más allá de lo que dijo el señor Barkat, y miras el índice de criminalidad en general de las ciudades del orbe, encontrarás que nuevamente Caracas es la peor de las 277 ciudades estudiadas, con un índice de 85,9. Detroit está en el puesto 12, con un índice de 75,75, y Miami está en el puesto 66 con un puntaje de 57,41. Londres está en el puesto 120, con un puntaje de 47,24, y Jerusalem está en la parte baja de la lista, en la posición 236, ¡24 puestos por debajo de la ciudad de Calgary, conocida por su tranquilidad, la cual tiene una tasa de crimen mayor y aparece en el puesto 212!
Así que, como nos dijo el Sr. Barkat, cuando la gente nos desea un buen viaje cuando vamos a Israel y nos dice que «volvamos a casa sanos y salvos», él da vuelta ese saludo y cuando sabe que alguien va a viajar a Estados Unidos —donde hay una tasa de asesinatos y crimen mucho mayor— les desea a ellos que vuelvan sanos y salvos.
La gente tiene esta mala impresión de Israel porque cuando ocurre un acto de violencia entre los palestinos e Israel, es más probable que aparezca en todos los noticiarios del mundo. Pero casi todos los asesinatos y balaceras de St. Louis, Detroit, Miami o incluso de Calgary apenas aparecen en las noticias locales y nunca se esparcen por el resto del mundo.
Ahora bien, siendo honesto, cuando salí por la puerta de Yafo luego de Shabat por la noche y pasé junto a muchos jóvenes árabes, sí miré por sobre mi hombro. Pero al mismo tiempo, cuando viajo por la carretera de Estados Unidos también voy atento ante conductores que se cambian de improvisto de pista o que van preocupados de sus teléfonos mientras manejan como si estuvieran borrachos. Hay peligros donde quiera que estés. De hecho, el año pasado —cuando Tzippy estaba en Israel y los acuchillamientos eran más frecuentes— la gente me preguntaba si yo estaba preocupado por ella. Yo siempre respondía de la misma forma: «Estoy más preocupado por Yoni manejando por la carretera interestatal todos los días que por Tzippy caminando por las calles de Jerusalem».
Así que si la seguridad es tu tema, y eso es lo que dirige gran parte de tu vida, entonces puede que sea hora de que te mudes a Jerusalem, una vibrante ciudad en la que los niños pequeños pueden caminar tranquilos por las calles, en la que cientos de personas se quedan hasta tarde en los bares y restaurantes, en la que el tren ligero pasa a pocos centímetros de la gente en la calle Yafo sin que hayan incidentes, barreras o demandas, y en donde la violencia y el crimen tienen una de las menores tasas del mundo. En Jerusalem no sólo vas a estar a salvo, sino que además vas a obtener todos los grandes beneficios espirituales que conlleva vivir en el lugar al que la tradición judía llama La compuerta del cielo, y donde uno puede tocar y sentir la presencia divina.
Si no estas listo para mudarte allí, entonces al menos anda a visitar. Y si no puedes ir a visitar, pero conoces a alguien que sí lo va a hacer, entonces no le digas que se mantenga “a salvo”, sino que en cambio pídele que cuando vaya al Kótel, rece por tu seguridad.
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