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| lunes diciembre 23, 2024

Lo que ofrece una crisis


 

En la década del sesenta del siglo pasado, en Nueva York, tenía una amigo colombiano que solía decir: ´´En mi camino a la India encontré la conciencia china.´´ Eduardo Zalamea quería expresar, con ello, que incluso nuestros caminos erróneos conducen a zonas importantes y dignas  de ser aprovechadas. Hallar un tesoro por desvío es casi más probable que encontrarlo donde suponemos que está enterrado. Para Freud esa ambigüedad era la de la misma vida: nada va en una sola dirección y nada permanece siempre igual a sí mismo. De ahí que no nos sorprenda que en chino la expresión crisis, wei ji, se componga de dos caracteres, el primero que alude a un peligro y el segundo que alude a una oportunidad. Por lo que siempre está en nuestras manos sacar partido de las circunstancias por duras que éstas sean. Basándose en esa idea el filósofo Alan Watts escribió un ensayo fundamental que lleva el título de Sabiduría de la inseguridad.

            ¿Sabrá aprovechar ahora Francia, que se haya en una situación de auténtico peligro, amenazada y maltratada como está por el terrorismo islámico,  sabrá,  heridos su honor y  sensibilidad, recomponerse? ¿Se convertirá otra vez en la luz del resto de Europa? El país vive una crisis profunda que no es ajena a la inmigración y, muy en especial, a sus ciudadanos de origen magrebí. Si la fuerza de esos jóvenes estuviera bien encaminada, y si estos se sintieran seducidos por lo que se les ofrece, tal vez ese cambio sería posible. También Alemania y Bélgica, e incluso los países nórdicos, viven en crisis por la llegada masiva de gentes trastornadas psíquicamente. El caso es que Europa no puede ni debe ser su hospital psiquiátrico, ni tampoco alimentarlos a todos. El dilema, empero, no es material. No se ven, no, famélicos los asesinos de inocentes.. El problema es moral, psicológico.. La propaganda del estado islámico ofrece una gloria incierta, laureles que nadie ha visto, pero también una visión del mundo pueril y venenosa. Si la culpa la tiene el otro, si Occidente es totalmente responsable de lo que me sucede, entonces debo atacarlo allí donde se encuentre. No es necesario que yo piense, ni que reflexione, ni que aprecie en su justa medida lo que con tremendos esfuerzos ha conquistado Europa.

            Y así es como volvemos a la educación y los valores, sobre todo los valores cívicos que no religiosos. La tarea a llevar a cabo es enorme, pero no por eso debemos desalentarnos. Hay que enseñar Historia, con lo bueno y con lo malo, someter a los jóvenes a pruebas que pongan en  movimiento  su heroísmo y su generosidad, pero también su agradecimiento, que  es algo que parece faltar en el Islam. Se habla mucho de honor, se esgrime el orgullo, pero al Islam, extremista o no, le falta humildad y capacidad de diálogo. Si de verdad existiera, no estaríamos presenciando la tragedia siria, ni más ni menos que producida por un choque de tozudedes y mezquindades. Repito, pues, la pregunta, ¿podrá Francia, podrá Europa aprovechar el peligro para crecer y encontrar una salida al violento atolladero que la atormenta? El caso es que de no encontrarlo Eurabia, con sus furias y reivindicaciones, sus desprecios y sus apetitos, borrará una a una sus mejores  y humanas conquistas.

 
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