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| viernes noviembre 22, 2024

Palestinos Imaginarios Y Palestinos Reales       


En abril del año pasado, un ex director de la División de Población de las Naciones Unidas, Joseph Chamie, reseñó en un artículo de la agencia noticiosa IPS la situación diplomática de Palestina en el mundo. Entre los países integrantes de las Naciones Unidas, por ejemplo, 135 países que reúnen al 82% de la población mundial reconocen oficialmente a Palestina como estado independiente, contra 50 que no lo hacen. Una gran mayoría de países de África, Asia y América Latina, reconocen al estado de Palestina, incluyendo Brasil, China, India, Indonesia, Nigeria,  Pakistán y Sudáfrica. Entre los países europeos que han dado reconocimiento diplomático al estado palestino figuran Albania, Belarus, Bulgaria, Chipre, la República Checa, Georgia, Hungría, Islandia, Malta, Polonia, Rumania, la Federación Rusa, Eslovaquia,  Suecia y Ucrania.

Israel encabeza la lista de quienes no reconocen a Palestina como país independiente, la que incluye a tres países integrantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con derecho a veto, Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos. Además entre quienes no reconocen la independencia palestina  figuran Australia, Canadá, Alemania, Italia, Japón, México, Holanda, Corea del Sur y Suiza.

El argumento fundamental para esa negativa es que el reconocimiento de un estado palestino solo tiene razón de ser sobre la base de un acuerdo de paz alcanzado directamente entre israelíes y palestinos.

Sin embargo, la frustración con el fracaso reiterado de conversaciones de paz auspiciadas por los Estados Unidos y el llamado Cuarteto, han llevado a creer a muchos políticos de diferentes países que el reconocimiento unilateral de Palestina podría acelerar una solución al largo enfrentamiento entre palestinos e israelíes.  En los hechos, esta medida destinada presuntamente a favorecer una solución rápida y equilibrada del conflicto, solo logra prolongarlo al estimular la intransigencia de los palestinos y de hacer creer a sus dirigentes que la comunidad internacional obligará a Israel a hacer concesiones que pongan en peligro su futuro y su existencia.

No hay duda de que la intensa campaña internacional a favor de la causa palestina durante largas décadas  ha gravitado decisivamente en los gobiernos y en la opinión pública. El considerar a los palestinos como el ejemplo clásico de un pueblo oprimido bajo ocupación, se ha convertido  en un virtual reflejo pavloviano para muchos millones de personas.

Sin embargo, hay un abismo entre la situación real y el imaginario colectivo creado por una masiva, costosa, persistente y agresiva campaña de propaganda a nivel global.

¿Cuál es la situación real?  Si Israel es un estado ocupante, su ocupación es muy sui-generis. Existen dos mini-estados palestinos que se auto-administran, si bien dependen logísticamente de Israel. Esta situación es resultado de  un proceso de paz fallido por una parte y de una confrontación violenta entre los dos principales bandos palestinos por otra. ¿Cuál es la situación actual?

         El más grande de los mini-estados, situado en la Margen Occidental, está administrado por la Autoridad Palestina que  se declara dispuesta a aceptar la coexistencia con Israel, pero el mismo tiempo exalta el terrorismo y trata de competir en hostilidad con Hamas. Sus frecuentes cambios de posición parecen no molestar a sus padrinos occidentales, que hacen la vista gorda al enriquecimiento de una pequeña capa gobernante palestina, en base a los generosos presupuestos internacionales. En cambio, Hamas (cuya corrupción no es menor a la de la Autoridad Palestina aunque es menos notoria) declara abiertamente su intención de destruir a Israel y educa a su juventud para la guerra. Y no solo se trata de intenciones, sino de una política de agresión deliberada y permanente contra la población civil israelí que ha provocado múltiples incidentes y tres grandes confrontaciones militares con Israel, en diciembre de 2008, noviembre de 2012 y julio de 2014. Por ahora, Hamas no ha expresado ninguna intención de cambiar de política. Más bien, todo lo contrario. Es notorio de acuerdo a todas las informaciones recientes procedentes de Gaza, que la organización islamista otorga prioridad a la recomposición de su aparato militar y no a la reconstrucción de las viviendas destruidas y a la infraestructura de la sociedad civil.

Por otra parte, Hamas no solo rechaza a Israel sino también a la Autoridad Palestina. Las relaciones entre ambos mini-estados y entre las dos organizaciones que los encabezan no podían ser peores. En una reciente conferencia de la Liga Árabe, Mahmud Abbas, el líder de la Autoridad Palestina hizo un llamado a los países árabes a intervenir en el conflicto palestino de la misma manera que en el Yemen, o sea, que propone un ataque militar contra Hamas en Gaza. Por su parte, Mahmud el Zahar, integrante del liderazgo político de Hamas, sostiene que Mahmud Abbas ha terminado su mandato y que al no haber llamado a elecciones está ilegítimamente en el poder.  A su juicio, Hamas debería apoderarse de la Autoridad Palestina, porque es la “única solución real” contra la ocupación.

Prácticamente esto significa que el anuncio de la creación de un gobierno de unidad nacional anunciado tantas veces, ha quedado en la nada y que la enemistad entre ambos grupos palestinos es más virulenta que nunca. De hecho, están dadas todas las condiciones para una guerra civil palestina y, en la convulsionada situación actual de la región, la creación a breve plazo de un estado palestino no sería sino la receta para un desastre similar al de Siria, Irak y el Yemen.

Lamentablemente mucha gente en el mundo a la que el problema no le afecta directamente prefiere apostar a la Palestina imaginaria y abstracta y no a los palestinos reales. Israel, que dejaría de existir si pierde una sola guerra,  no puede darse ese lujo.

 
Comentarios

La atencion mediatica de la que son objeto los «palestinos» supera con creces su importancia demografica, histórica y politica, y solo puede entenderse, desde el encono que Israel sucita en buena parte de la Comunidad internacional, a traves de sus instituciones y organos representativos
solo asi logra explicarse, el reconocimiento y las adhesiones que estos vienen recibiendo, en contraste con la indiferencia generalizada que cosecha el devenir de los kurdos, por poner un ejemplo …»Palestina» se ha convertido en un eslogan, y pocos de los que dicen abogar por su causa, manejan elementos de juicio fiables para hacerlo, o siquiera argumentacion sólida sobre la cual fundamentar su tóma de posicion …Nada importa al parecer todo ello, puesto que nos hayamos ante un «mito» que conviene retroalimentar sin atender a razonamiento alguno que lo justifique, desde el instante que los fines perseguidos no hacen requerible su presencia, al ser estos de índole bien distinta … ¿se me entiende verdad?

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