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| viernes noviembre 15, 2024

Los derechos de Israel en los territorios bajo la ley internacional


Jerusalem Center for Public Affairs

Traducción para Porisrael.org: Marcelo Piwnica

Israel no es un ‘’okupa’’.

La ley internacional define como ‘’ocupación’’ a una potencia ocupando las tierras de un país soberano extranjero. En el caso de Israel, Israel no ocupa ninguna tierra de ningún país soberano. Israel entro en el área conocida como Cisjordania en 1967 y tomo la autoridad de administrar la tierra de  Jordania, que nunca fue considerado país soberano en el área.

El hecho actual, Israel y el pueblo judío están reclamando ese área que va muy atrás en la historia. Cualquiera que lee la Biblia puede apreciar el hecho que hay una sólida base legal para el reclamo de Israel con respecto a los territorios y por ello Israel considera que los territorios no están ocupados, no son palestinos pero están en disputa.

 Nosotros apreciamos que los palestinos también tienen sus reclamos con respecto al territorio. Israel considera que sus reclamos están mejor basados y mejor documentados que ningún otro reclamo, pero Israel esta comprometido a llevar adelante negociaciones con los palestinos para fijar un arreglo permanente de la cuestión.

Los jordanos, que ocuparon el territorio después de la guerra de 1948, lo anexaron, pero esta anexión no fue nunca reconocida y aceptada por la comunidad internacional. En una fase tardía, el rey de Jordania voluntariamente resignó la soberanía y los reclamos al pueblo palestino. Así los jordanos fueron y vinieron y el asunto quedó como un asunto entre israelíes y palestinos.

Los ‘’Territorios Palestinos’’ no son una figura legal.

La referencia constante a los ‘’territorios” palestinos por parte de la comunidad internacional es una falacia completa y no tiene ninguna base legal o política.. Nunca hubo un estado palestino y por ello los territorios nunca pertenecieron a una entidad palestina. No hay ningún acuerdo internacional, ningún contrato, ningún tratado y no hay ninguna resolución internacional vinculante que determine que los territorios pertenezcan a los palestinos.

El hecho actual es que ni siquiera los propios palestinos, en  el tratado de Oslo que firmaron con Israel,  aceptan el hecho que el último y permanente status del territorio se determinará por negociaciones. Por ello, los palestinos aceptan el hecho que no es territorio palestino, es territorio en disputa y cuyo status no está aun fijado.

Si la población local posee tierras, entonces al poder administrativo no le es permitido tomar la tierra y usarla. Pero las tierras no son privadas, el poder administrador puede usar las tierras y disfrutar de los frutos de las tierras hasta que la soberanía sea finalmente determinada. Así, Israel justificablemente puede usar las tierras que no son privadas, que son tierras públicas, para establecer asentamientos mientras esos asentamientos no les quiten los derechos privados a la población local. Por ello, en nuestra opinión, los asentamientos no son ilegítimos.

Los asentamientos no son ilegítimos

Hay otro punto, el asunto de los asentamientos es un asunto negociable. Los palestinos están de acuerdo con los israelíes que el asunto de los asentamientos es uno de los asuntos permanentes en la mesa de negociaciones. Por ello, cualquiera que viene y reclama que los asentamientos de Israel son ilegítimos, sean  la comunidad europea, o sus gobiernos individuales, sea también el Secretario de Estado de los Estados Unidos o el portavoz del departamento de estado que están prejuzgando el asunto de la negociación, lo cual es claramente incompatible con ningún principio negociador.

Estos son los asuntos que deben ser negociados entre los palestinos e Israel. Por ello nadie puede reclamar que los asentamientos son ilegítimos o ilegales. Tienen que ser negociados entre las partes.

No existen  los límites de 1967.

No existen los límites de 1967. Un límite es una línea entre dos entidades soberanas. En 1967 hubo una línea de alto el fuego que existía desde la guerra de 1948-1949 entre los estados árabes e Israel y después Israel declaró su independencia. Los jordanos  insistieron en agregar al Acuerdo de Armisticio de 1949 una provisión que dice que la línea demarcatoria no es el límite final .Los limites finales pueden solo ser determinados en negociaciones de paz entre las partes. Así, los ‘’limites de 1967’’ es un término que no existe y cualquiera que use este término, otra vez, incluyendo la administración de los Estados Unidos y la comunidad europea, simplemente está llamado a engaño.

 

  http://jcpa.org/israels- rights-territories- international-law/

 
Comentarios

Muy bien, personalmente adhiero a los fundamentos de este artículo en su totalidad. Me pregunto porqué Israel no insiste internacionalmente acerca de estos puntos tan claros respecto de los derechos que le asisten legalmente. Con su inacción, les ha permitido a los árabes construir durante más de 40 años un relato que ha tergiversado totalmente la realidad histórica, antigua y reciente. De este relato fantasioso se ha hecho eco, finalmente, Occidente con EE.UU. a la cabeza, con los resultados desastrosos que vemos para la posición israelí. Resulta que de víctima ha sido transformada en victimaria.

McGill University, Montreal, Canada
> Aqui va parte a la respuesta de la riqueza desmesurada de los oiligarcos rusos……….
> .La visión de un periodista chileno:Bernardo Suárez Indart es un periodista, chileno de origen, que lleva más de 40 años en lo que antes fue la URSS y que en diciembre de 1991 -con un fallido golpe de Estado contra Mijail Gorbachov , de por medio- se transformó en la Federación Rusa. Hijo de Jaime Suárez , ex secretario general de Gobierno de Salvador Allende , el actual corresponsal de la agencia Efe llegó siendo adolescente a Moscú y es un testigo de primera mano de las grandes transformaciones que se han producido en ese país en pocos años. Entre ellas, la irrupción de los oligarcas: «Cuando se produce la caída del socialismo real, de un momento a otro hubo que iniciar la transición a una economía de mercado. Y como toda la propiedad era del Estado, se privatizó de acuerdo a la cercanía con las autoridades. Fue un proceso dirigido desde el gobierno, no espontáneo. Y en un momento incluso se pensó que lo importante no era quien se quedaba con los medios de producción, sino que se necesitaba una acumulación originaria rápida». «La idea original del padre de las privatizaciones, Anatoli Chubáis , ministro de Yeltsin, fue: ‘Tenemos esta riqueza, las empresas estatales, y vamos a distribuirla en partes iguales entre los ciudadanos’. Pero, ¿qué ocurrió? Que hubo estructuras organizadas que se dedicaron a comprar los bonos o vouchers de los demás, porque la gente no tenía mucha idea, y así surgen las primeras fortunas». «Acá hubo un tratamiento de shock . Se pasó de una situación de mucho dinero y pocos productos, a la inversa. A partir del 1 de enero de 1992, se liberalizaron los precios y aparecieron los productos, pero con precios por las nubes. En la URSS siempre había economía sumergida. Traficar divisas era castigado con la pena de muerte. Pero llega el capitalismo y los que antes eran delincuentes, ahora son emprendedores».
> «Un cambio muy violento» «Los soviéticos eran ingenuos. No tenían ninguna noción de cómo funcionaba el capitalismo. Creían que con él venía la abundancia en forma automática. Para ellos, fue un cambio muy violento. Aunque tuvo, también, aspectos positivos. Pudieron ser dueños de sus viviendas en forma gratuita. El metro cuadrado hoy cuesta en Moscú 5.000 dólares. O sea, un departamento de 100 metros vale medio millón de dólares. Ahí hubo un beneficio real para muchos».
> -¿Cuándo se acaba la «primavera» de los magnates? -Claramente, con la llegada de Putin al poder. Antes, Yeltsin tuvo poderes casi de zar. Pero su desgaste fue rápido. Y sólo el poder mediático de los oligarcas hizo posible su reelección. Llega Putin, que es un hombre joven, y poco a poco va restaurando la verticalidad del poder y recortando espacios a los magnates. Hay un ajuste de cuentas y una reactivación del orgullo nacional. El discurso político de Putin, a grandes rasgos, consiste en poner a Rusia de pie, después de la derrota en la Guerra Fría. Y ese discurso funciona. Hoy el Partido Comunista, que amenazó con fuerza a Yeltsin, sólo obtiene entre un 17 y un 19% de los votos. Y ello sin que haya menos ricos que antes. De hecho, desde 2009 a 2012, se ha multiplicado más de tres veces el número de ‘milmillonarios’, que pasó de 30 a 98. Lo que ocurre es que se pasó de un capitalismo de despojo a un capitalismo mucho más en serio.

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