Bajo unas medidas de seguridad sin precedentes, los focos estarán centrados este viernes en el entierro del que fue presidente y primer ministro de Israel, Simon Peres, que descansará junto a Isaac Rabin e Isaac Shamir en el Monte Herzl de Jerusalén. El funeral reunirá a decenas de dirigentes y representantes de más de 70 países.
Sin duda alguna, uno de los que concentrará más la atención local e internacional será el presidente palestino, Abu Mazen. Esta mañana, el ‘rais’ expresó a las autoridades de Israel su voluntad de asistir al entierro de su viejo amigo en una decisión considerada impopular en Cisjordania y Gaza donde muchos palestinos recuerdan al Peres «halcón» de hace varias décadas en temas militares y en la construcción de colonias en los territorios ocupados por Israel en la guerra del 67. Colonias que en los años 90 con el proceso de Oslo, Peres estaba dispuesto a evacuar a cambio de un acuerdo de paz.
Abu Mazen estará acompañado por otros cuatro dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina. No será el único representante árabe. Egipto enviará a su ministro de Exteriores, Sameh Shukri tras confirmarse que el presidente Abdelfatah Al Sisi no asistirá a un evento con enorme dimensión internacional. En nombre del otro país árabe que firmó la paz con Israel, Jordania, estará su viceprimer ministro.
El presidente estadounidense, Barak Obama, que llega este viernes a Jerusalén para asistir al entierro, ordenó que las banderas de su país en la Casa Blanca y en todos los edificios oficiales y militares estén a media asta.
Los más viejos del lugar no recuerdan tantos dirigentes extranjeros en la Ciudad Santa. La última vez fue en 1995 con motivo del funeral de Rabin. Obama, el rey Felipe VI, el presidente francés, François Hollande, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, el príncipe Carlos y la reina Máxima de Holanda son sólo parte de una larga lista de líderes para un evento que puede convertirse en una cumbre a favor de la reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos.
Los israelíes le rinden tributo
Muchos de los ciudadanos que han rendido tributo este jueves en la Knésset (Parlamento israelí) al último padre fundador del país, Simon Peres (93), no habían nacido cuando el laborista debutó en la cámara legislativa en Jerusalén. Entonces, concretamente en 1959, el «hijo preferido» de David Ben Gurión no podía imaginar que en su muerte recibiría los honores reservados sólo a los líderes más importantes no sólo de Israel sino del mundo. Un sueño imposible incluso para un conocido soñador como Peres.
Historia y sueños. Son dos de las palabras más usadas entre los israelíes que llegaron de todos los rincones del país para rendir homenaje a Peres, hacer una foto, llorar, rezar o decir gracias ante su féretro envuelto con la bandera de Israel. La sensación de que con su desaparición, se certifica el final de una época.
«Es un día histórico porque Peres es historia viva. He venido porque creo que los israelíes estamos en deuda con él», asegura Sergei antes de cerrar los ojos tristes y huérfanos ante la foto de Peres colocada en la explanada de la Knésset.
Treinta horas después de su muerte tras un derrame cerebral que le tuvo dos semanas entre la vida y la muerte en el hospital Tel Hashomer, Peres ha recibido el cariño y reconocimiento de su gente. Algo que no pudo cosechar en muchos tramos de su carrera política marcada por grandes acontecimientos históricos y sonoras derrotas políticas.
Con el depósito de sus ofrendas florales, el presidente Reuven Rivlin, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, el presidente del Parlamento, Yuli Edelstein y el jefe de la oposición, el laborista Isaac Herzog, abrieron la solemne jornada en la Knésset.
Una de las primeras personalidades mundiales en llegar a Jerusalén ha sido el ex presidente estadounidense Bill Clinton. Nada más aterrizar en el aeropuerto Ben Gurión, viajó a Jerusalén para ofrecer sus respetos ante Peres. Su presencia provocó mucha expectación en la Knesset rompiendo ligeramente el silencio tan impropio en estas tierras. Clinton, visiblemente emocionado, era un amigo personal de Peres desde los años 90 cuando ambos participaron en los históricos acuerdos de Oslo.
«Peres era uno de los últimos soñadores de Israel y de todo el mundo. Yo estoy seguro de que en el futuro alguno de sus sueños se cumplirán y árabes e israelíes podremos vivir en paz», comenta a EL MUNDO Moti Cohen. Este panameño que vive en Israel desde hace 18 años señala que «tenía que estar aquí» para homenajear al que considera una leyenda. «Quedan pocos líderes que tienen sueños y luchan por ellos», concluye.
Destaca la presencia de numerosas delegaciones de escuelas y de movimientos juveniles. Y por supuesto una amplia representación de niños judíos y musulmanes que realizan actividades del Centro Peres por la Paz. «Yo nunca conocí a Peres pero aplaudo sus actividades con los niños para la cooperación y esperanza», nos comenta Mahmud Abu Katish, profesor de la escuela Salam de la localidad árabe de Abu Gosh. Alumnos árabes de esta villa y judíos de un colegio de Rishon Letsion esperan juntos en la cola para despedir y agradecer al hombre que les unió
http://www.elmundo.es/internacional/2016/09/29/57ed1a68ca4741d82d8b460b.html
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