Traducción para PorIsrael.org: Marcelo Piwnica
Contra todas las probabilidades el rey Abdullah de Jordania ha podido prevenir una revolución y evito el colapso de su mandato. Si él hubiera escuchado a los expertos de la televisión y no hubiera dado a Israel un apoyo en el reino, la historia jordana pudo haber terminado en un desastre.
Si vamos a preguntar a los miles de jordanos que insistieron en manifestar contra el acuerdo Israelo-Jordano en el negocio del gas, dirán que el gobierno en Amman hizo un truco sucio.
El negocio por el cual Israel proveerá de gas natural a Jordania por 15 años y Jordania pagará diez mil millones de dólares, fue firmado en una ceremonia del mas bajo perfil posible poco después que las elecciones parlamentarias y antes de que los 130 felices ganadores juraran su fidelidad al rey y a sus puestos. Quien sea que puso la fecha, en total acuerdo con Jerusalén, se cuido de tener un debate que podría haber terminado en gritos e insultos y con una aplastante mayoría votando contra el acuerdo como sucedió hace dos años.
Los que protestaban ganaron las calles de Amman en cuatro ocasiones, llevando pancartas cuyos textos estaban referidos al gas, a la ocupación, también pancartas referidas a los pagos jordanos y las compras de armas de las Fuerzas de Defensa de Israel junto con la construcción de asentamientos.
La consecuencia principal de estas protestas es el aborrecimiento, que ya lleva 22 años, desde que el Reino Hashemita firmó el acuerdo de paz con Israel. Las marchas de la furia fueron lideradas por Ali Abu Sukar y también las campañas de corrientes intimidatorias islamistas contra cualquiera que fuera sospechado de cooperar con el ‘’Enemigo Sionista’’.
Por otro lado, el ministro de información fue enviado para comunicar al público que el acuerdo había sido firmado entre compañías privadas, que el rey Abdullah y su gobierno no tenían la intención de abandonar a los palestinos y que el acuerdo tomó en cuenta la pobre situación económica del pequeño reino.
Entre líneas, sin embargo uno podía detectar la frustración real: Iraq, Arabia Saudita y Qatar los están evadiendo y Egipto no es más un socio para manejar las cañerías de gas debido a una serie de ataques terroristas en el Sinaí. El invierno está viniendo y el consumo de gas va a aumentar significativamente y cualquiera que quiera mantener la situación en calma en el reino debe proveer la solución más prudente.
Los jordanos, que se dan cuenta de las leyes que prohíben las protestas contra el rey, encontraron una manera de hacer titulares sobre el asunto: apagaron las luces en Amman por una hora y enviaron fotos a todos los medios sociales. La presión se calmó y el rey no intervino. Cualquiera que quiera estar sentado en la oscuridad es libre de hacerlo.
No nos hemos dado cuenta que Abdullah ha estado ya 17 años en el poder. El tiene 54 años y está creciendo sabiamente en su posición. Su última aparición, en un reportaje de la CBS, fue sólido, fascinante y puso al corriente el estado de la situación que habla por sí mismo. Hay 9 millones de personas viviendo en Jordania hoy en día, de los cuales la mitad son palestinos y dos millones de refugiados que vinieron de Iraq y Siria.
La tradición de la hospitalidad de la familia real Hashemita llevo a un aumento muy significativo en los precios de los departamentos, los refugiados se apropiaron del mercado laboral, las escuelas están superpobladas y hay cortes de suministro de agua y electricidad.
Otros 100.000 refugiados de Siria (un número que irá en aumento) se establecieron en un campo en la frontera. Jordania está enviando alimentos y medicinas por intermedio de grúas a estas personas del otro lado.
¿Qué es lo que ve Abdullah cuando se despierta de mañana? No hay ninguna razón para envidiarlo. En el Este, Iraq: ISIS está continuamente llevando a cabo ataques terroristas en una apuesta para derribarlo. En el Norte: Siria donde hay una guerra civil que no tiene visos de terminar y no está claro quién va a gobernar el país. En el Sur, el está vigilando las guerras entre Arabia Saudita contra Irán. En el Oeste, el conflicto entre palestinos e israelíes trae muchas consecuencias difíciles al interior de Jordania.
Más que cualquier cosa, Abdullah encuentra muy importante, mostrar la diferencia entre la gente bien informada detrás de los acondicionadores de aire en la distante Washington y su propia gente en el terreno. Así, el ha podido contra todas las probabilidades, protegerse contra una revolución y previno el colapso de su mandato. Si él hubiera escuchado a los expertos de la televisión, si él no se hubiera movido detrás de la escena y si no hubiera puesto a Israel en el cuadro dándole un apoyo, la historia jordana podría haber terminado en un desastre.
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4862946,00.html
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