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| lunes diciembre 23, 2024

La estupidez suicida de la UNESCO


 

El Consejo Ejecutivo de la UNESCO, compuesto por 58 países, adoptó el jueves 13 de octubre de 2016 una resolución en la que se niega todo vínculo entre el judaísmo y el Muro de los Lamentos, ubicado dentro del Monte del Templo de Jerusalem, limitándose a considerarlo un lugar de culto musulmán.

El texto, recibido con mucho desagrado por la delegación israelí en la organización, tuvo 6 votos en contra, 26 países se abstuvieron y dos estuvieron ausentes. Se aprobó por el respaldo de 24 países. En contra votaron Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Holanda, Lituania y Estonia, mientras que países europeos, como Francia o España, se abstuvieron. La resolución había sido propuesta por la Autoridad Palestina, apoyada por Egipto, Argelia, Marruecos, el Líbano, Omán, Qatar y Sudán, y en la misma se incluye una enérgica condena a Israel por la gestión de lugares sagrados en Jerusalem.

El texto se refiere al Monte del Templo solamente como la mezquita de Al Aqsa, calificándolo de lugar único del Islam. Un grupo de dictaduras apoyan una resolución presentada por una organización terrorista (Autoridad Palestina) devenida en “estado”  y de un plumazo borran cualquier milenario vínculo del pueblo judío con Jerusalem, y no sólo eso, niegan cualquier vínculo del cristianismo con esa ciudad. Ahora es, por obra y gracia de ese absurdo, ciudad santa sólo para el Islam. 3.500 años de historia quedaron sepultados por aquellos que inventan una “historia” sin fundamentos para justificar su odio y su deslegitimación del Estado de Israel. Al negar los derechos del pueblo judío sobre la Tierra de Israel, se niega directamente el derecho de existencia del Estado de Israel. Pero esta resolución no sólo va contra la línea de flotación del pueblo judío, del judaísmo y del estado de Israel, sino que al intentar negar la historia del pueblo judío reduce a escombros el cristianismo. Los antisemitas de todos los tiempos dirigen primeramente sus venenosos dardos contra los judíos, el judaísmo e Israel, el judío de las naciones, para después lanzarlos contra aquellos que no son de su agrado. El antisemitismo, la judeofobia, no se para con destruir al judío y al judaísmo, continua en su guerra eliminar el que considera indeseable. Hoy los judíos, mañana los cristianos, y pasado mañana el resto de “indeseables”.  Es una estupidez suicida que países como España y Argentina y tantos otros que todavía no están bajo la órbita islámica permitan este tipo de resoluciones que no sólo van contra Israel, sino que a medio plazo van contra ellos mismos.

Recordemos que las Cruzadas tuvieron como objetivo tener bajo su dominio a Jerusalem y Eretz Israel. Estas fueron impulsadas por los papas y llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana, principalmente por la Francia de los Capetos y el Sacro Imperio Romano-Germánico, que se libraron entre 1099 y 1291. Todavía hoy en día hay restos de esta pretensión cristiana de controlar Jerusalem y Eretz Israel, el Vaticano exige el control sobre los sitios religiosos en la ciudad vieja de Jerusalem y sus alrededores, advirtiendo a los negociadores de la paz que deben abordar la cuestión de la situación de estos sitios católicos. El Vaticano ha advertido que no habrá paz si la cuestión de los lugares sagrados no se resuelve y que esto se puede hacer únicamente con un acuerdo internacionalmente garantizado. El Vaticano quiere que Israel renuncie a la soberanía sobre el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo, y internacionalizar la ciudad de Jerusalem, un plan que los israelíes rechazan de plano. Cuando Jerusalem estuvo bajo la jurisdicción de los jordanos entre los años l948 a l967, ningún Jerarca de la Iglesia Católica (Papa) exigió la “internacionalización de Jerusalem.” [1].  Esto recuerda el Juicio de Salomón, [Reyes- 3:16-28] en la que el Rey de Israel para averiguar la verdad en el caso judicial sobre la disputa entre dos mujeres, el hijo de una de las cuales había muerto, ambas decían ser la madre del niño vivo: “Ésta afirma: “Mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto”; la otra dice: “No, el tuyo es el muerto y mi hijo es el que vive”» Y añadió el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo: Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y le dijo: ¡Ah, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Ni a mí ni a ti; ¡partidlo! —dijo la otra.

Entonces el rey respondió: Entregad a aquélla el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre.”

Los actuales herederos espirituales y materiales de los Cruzados no pudieron quedarse Jerusalem y prefieren partirla “internacionalizarla” para que Yerushalayim no vuelva a su “verdadera madre”, Israel. Las naciones todavía no han comprendido para nada la sabiduría del Juicio de Salomón y siguen sin reconocer que Yerushalayim es la Capital Eterna e Indivisible de Eretz Israel. Ningún estado tiene su embajada en Jerusalem. [2]

El Islam, en general, reclama fiera y violentamente Jerusalem, como antaño los cristianos. Los musulmanes que demandan Jerusalem afirman que esta Ciudad Santa les ha sido robada por Israel, cuando en realidad es totalmente lo contrario. Yerushalayim (Jerusalem) y su sinónimo Sión es nombrado en la Torá [Antiguo Testamento] 821 veces; en el Nuevo Testamento aparece 147 veces y su sinónimo Sión 6 veces, siempre referidos como capital política y espiritual del pueblo judío. Jerusalem y Sión ni una sola vez son nombrados en el Corán. Esto prueba el papel central de Yerushalayim en la conciencia y la fe de los judíos. Yerushalayim aparece por todas partes, en la Torá y con relación a casi todos los temas. La Torá menciona repetidamente que los judíos debemos preservar el acceso a los lugares santos, para los creyentes de todas las religiones y de todas las naciones. Como dice el profeta Isaías, en el capítulo 56: 6-7: También los extranjeros que se adhieren al Eterno para adorarle y amar el Nombre del Eterno, para ser Sus siervos. Cada uno que se guarde de profanar el sábado y sea fiel a Mi pacto. También a ellos los traeré a Mi montaña sagrada, y los haré gozosos en Mi Casa de oraciones y sus sacrificios serán aceptos sobre Mi altar, porque Mi Casa será llamada Casa de oraciones para todos los pueblos.

Pero en cuanto a la soberanía y la conexión histórica, el número 821 nos enseña que pertenece única y exclusivamente al pueblo judío. Israel se convirtió en una nación en el año 1312 antes de la EC, hace 3.328 años. Desde entonces los judíos rezamos tres veces al día orientándonos hacia Yerushalayim. Jerusalem es la Capital de Eretz Israel desde que el Rey David, hace más de tres milenios la consagrase como tal. Jerusalem ha sido conquistada por extraños repetidas veces, y en ella ha vivido siempre un remanente de judíos. Ningún imperio ocupante consideró Jerusalem capital de ningún ente. Jerusalem no ha sido nunca la capital de ninguna entidad árabe ni musulmana. Incluso en la época en que los jordanos ocuparon Jerusalem, nunca los árabes –que posteriormente se autodenominaron palestinos- pretendieron convertirla en su capital. Los dirigentes árabes no acudieron nunca a Jerusalem para visitarla. Muhammad no fue nunca a Jerusalem. El mismo Corán – el libro sagrado del Islam – describe la construcción del Primer Templo de Salomón [Corán 34:12-13: A Salomón el viento, que por la mañana hacía el camino de un mes y por la tarde de otro mes. Hicimos manar para él la fuente de bronce fundido. De los genios, algunos trabajaban a su servicio, con permiso de su Señor. Al que hubiera desobedecido Nuestras órdenes, le habríamos hecho gustar el castigo del fuego de la gehena. Le hacían todo lo que él quería: palacios, estatuas, calderos grandes como cisternas, firmes marmitas. ¡Familiares de David, sed agradecidos! Pero pocos de Mis siervos son muy agradecidos.]  y la destrucción del Primer y Segundo Templo de Salomón [Corán 17:7: “El bien o mal que hagáis redundará en provecho o detrimento vuestro. Cuando se cumpla la última amenaza, os afligirán y entrarán en el Templo como entraron una vez primera y exterminarán todo aquello de que se apoderen”.]

Mientras los judíos de todo el mundo se orientan hacia Jerusalem, los musulmanes que viven en Israel lo hacen dándole la espalda y los glúteos a Jerusalem. El breve control árabe de Jerusalem significó destrucción y atraso en la Ciudad Santa. Los árabes tuvieron abandonada la ciudad, asó como el resto del país. Bajo el gobierno jordano, los lugares sagrados judíos fueron profanados y a los judíos se les negó el acceso a los lugares de adoración y las Naciones Unidas permanecieron silenciosas cuando los jordanos destruyeron 58 sinagogas en Jerusalem y cuando los jordanos profanaron sistemáticamente el antiguo cementerio judío en el Monte de los Olivos. También las Naciones Unidas permanecieron silenciosas cuando los jordanos impusieron una política, de tipo apartheid, -prohibiendo a los judíos el acceso a sus lugares santos- con el fin de impedir que los judíos visitasen el Monte del Templo y el Kotel HaMaaravi (Muro Occidental, conocido en la cristiandad como Muro de los lamentos). Únicamente los judíos han vivido interrumpidamente en Eretz Israel durante los últimos 3.700 años. ¿Dónde vivían los árabes (los palestinos) en tiempo de Jesús? Los ocupantes musulmanes, árabes y turcos, respectivamente, nunca dejaron volver a los judíos que vivían en la Diáspora y que anisaban migrar hacia Eretz. Desde 1840 en la era moderna, Jerusalem ha tenido una mayoría poblacional judía. Setenta por ciento de la tierra en el este de Jerusalem la que la prensa ahora llama, “Este de Jerusalén, históricamente árabe” ha sido propiedad de los judíos desde 1947. Las naciones que habitaban la tierra antes de que los judíos lo hicieran, ¡hoy no existen!,  ya que han sido absorbidas por otras gentes y pueblos a través de los años. El Islam nace en el año 622 después de la EC, y la invasión musulmana de Eretz Israel es aún posterior.

 

El término «Palestina» se deriva de Filistim, (Filisteos, palabra del antiguo hebreo, que significa invasor. Los filisteos habían sido una confederación de pueblos no-semíticos provenientes de Creta, las islas del Egeo y Asia Menor, conocidos también como “Pueblos del Mar”, que en el siglo XII antes de la EC se asentaron a lo largo de las costas planas del Mar Mediterráneo y fueron expulsados posteriormente por el Rey David.  En el año 135 después de la EC el Imperio Romano aplastó la última gran revuelta judía. El emperador Adriano cambió el nombre de Jerusalem por Aelia Capitolina y a la provincia judáica por Palestina, con el objetivo explícito de borrar toda memoria judía de la región y en ofensivo recuerdo de los invasores  “plishtim”.

Los ingleses nombraron Palestina a Eretz Israel, y los ocupantes e invasores árabes han recuperado el nombre de Palestina, cuando hasta hace unas décadas ignoraban la existencia de estos nombres (Palestina y palestinos). Nunca ha existido una tierra llamada “Palestina” gobernada por “palestinos” ni la nación palestina. Los palestinos son árabes, procedentes de Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Irak. Los musulmanes intentan conectar a Jerusalem con el Islam usando un pasaje vago del Corán, contenido en la Sura 17, titulado “El Viaje Nocturno” En el mismo se relata que en un sueño o en una visión Muhammad fue llevado de noche desde «el templo sagrado al templo que es más remoto, cuyo recinto hemos verdecido, para que podamos mostrarle nuestras señales. …» En el siglo VII después de la EC algunos musulmanes identificaron estos dos templos mencionados en este verso como el de Meca y el de Jerusalem. Y esta es la evidencia más contundente que tiene el Islam para reclamar a Jerusalem como ciudad santa. Sin embargo, los judíos pueden mostrar miles de años de morar y habitar en esta tierra, de construir Templos –el Primero y el Segundo-, de adorar a su Dios, de vivir y luchar por esta tierra, como evidencia histórica para reclamar a Jerusalem, desde los tiempos de Abraham – ¡hace miles de años! El Primer y Segundo Templo (judíos) de Jerusalem, en el mismo emplazamiento, fueron destruidos el día 9 del mes de Av del calendario hebreo. El Primer Templo, construido por el Rey Salomón hace más de tres mil años, fue arrasado por los babilonios liderados por Nabucodonosor en el 586 antes de la EC, condenando a gran parte de la población judía al exilio de Babilonia. El Segundo Templo, mucho más modesto, fue completado por Zorobabel [descendiente de la Casa de David] en 515 antes de la EC (durante el reinado del persa Darío I) y seguidamente consagrado. Tras las incursiones paganas de los seleúcidas, fue vuelto a consagrar por Judas Macabeo en 165 antes de la EC reconstruido y ampliado por Herodes, el Templo fue a su vez destruido por las tropas romanas al mando de Tito en el año 68 de la EC durante el Sitio de Jerusalem, durante la revuelta de los zelotes. Su principal vestigio es Kotel HaMaaravi (Muro Occidental) también conocido como el Muro de las Lamentaciones.

En los albores del Islam, destaca el historiador de Princeton Bernard Lewis, “hubo una fuerte oposición entre muchos teólogos y juristas” a la noción de Jerusalem como Ciudad Santa. Consideraban esto “un error judaizante — uno más de los muchos intentos de los judíos convertidos al Islam de introducir ideas judías en el Islam”. Los líderes musulmanes anti-Jerusalem difundieron historias para demostrar que la idea del carácter sagrado de Jerusalem es una práctica judía. En el caso más importante de ellos, un judío converso al Islam de nombre Kaab al-Ajbar habría sugerido al Califa Omar [el Segundo Califa Rashidun –ortodoxo-] que la Mezquita de Al-Aqsa fuera levantada junto a la Cúpula de la Roca. El Califa respondió acusándole de retorno a sus raíces judías. Omar le preguntó: ¿Dónde te parece que deberíamos ubicar el lugar de oración? Junto a la Roca [Monte del Templo], respondió Kaab. Por Alá, Kaab, dijo Omar, estás siguiendo el judaísmo; vi que te quitaste las sandalias [siguiendo la práctica judía]. Quise sentir el tacto con mis pies descalzos, dijo Kaab. Te v, dijo Omar. Pero no… ¡Reconócelo! No se nos ordena hacia la Roca, se nos ordenó hacia la Kaaba [en la Meca]. Otra versión de esta anécdota hace aún más explícito el contenido judío: según esta crónica, Kaab al-Ajbar intenta inducir al Califa Omar a rezar al norte de la Sagrada Roca, señalando la ventaja que reviste: “Así tienes delante Al-Quds entera, es decir, Al-Masjid al-Haram”. En otras palabras, el judío converso al Islam dice que la Roca y la Meca quedan alineadas y los musulmanes pueden rezar mirando hacia ambas al mismo tiempo.

Como explica Daniel Pipes en su artículo de “La reivindicación musulmana de Jerusalem” [3]: Que durante casi año y medio de la vida de Muhammad esos musulmanes dirigieran sus oraciones hacia Jerusalem ha tenido un impacto contradictorio permanente sobre la situación de esa ciudad en el seno del Islam. El episodio dotó parcialmente a Jerusalem de prestigio y santidad, pero también hizo de la ciudad un lugar rechazado por Alá de forma extraordinaria. Algunos primeros hadices sitúan a los musulmanes manifestando su rechazo rezando a propósito de espaldas a Jerusalem, costumbre que todavía se conserva de forma vestigial; no es casual que el que reza en la Mezquita de Al-Aqsa dé la espalda justamente a la zona del Templo hacia la que rezan los judíos. O en la aguda formulación del Primer Ministro Ariel Sharón: “cuando un musulmán reza en Al-Aqsa, da su espalda. También algunas regiones pudendas”.

El padre intelectual y espiritual del salafismo y del yihadismo Ibn Taymiya (1263-1328), uno de los intelectuales religiosos más estrictos e influyentes del Islam, es quizá el portavoz destacado de la opinión anti-Jerusalem. En su ambicioso intento de sanear el Islam de añadidos y falta de devoción, descarta el carácter sagrado de Jerusalem como noción derivada de judíos y cristianos, y también de la larga rivalidad omeya con la Meca. Estudiante de Ibn Taymiya, Ibn Qayyim al-Jawziya (1292-1350) va más allá y rechaza por falsos los hadices relativos a Jerusalem. Más en general, musulmanes cultos que vivieron tras las Cruzadas sabían que la enorme publicidad que se hacía a los hadices que elogiaban lo sagrado de Jerusalem era producto de la Contracruzada — es decir, de los rigores políticos — y por tanto lo trataron con cautela.

Actualmente los más feroces y brutales guerreros de Alá son los muyahidines del Estado Islámico, que sigue la doctrina salafista de Ibn Taymiya. De acuerdo al Estado Islámico la prioridad de la guerra contra Israel es una desviación de los principios del Islam, ya que la Yihad tiene por objeto establecer el Islam e implementar la ley de la Sharia a nivel mundial. Argumentan que ya que la totalidad del mundo a excepción de las zonas controladas por Estado Islámico está gobernado por infieles, se preguntan retóricamente el por qué a la guerra contra los judíos se le está dando prioridad sobre la guerra contra otros infieles. También afirman que el restringir los objetivos de la Yihad únicamente a la guerra contra los judíos es una alteración prohibida en las leyes de Alá. En opinión del Estado Islámico, si ha de existir alguna prioridad a la Yihad en cualquier lugar, entonces debería ser para liberar los lugares santos islámicos de La Meca y Medina de las garras de la familia real saudita. Ninguna otra región del mundo (sólo la Meca y Medina) puede gozar de esta prioridad de “liberación islámica”, lo que no impide sin embargo, el Estado  Islámico pida a los musulmanes de todo el mundo para que los ayuden, incluyendo el atacar a los judíos y a sus aliados (cristianos) dondequiera que puedan. Jerusalem no es ninguna prioridad, pero si la Meca y Medina. [4]

Los palestinos, árabes que proceden de los países vecinos de Israel, tienen lo que se llaman “rights of longstanding presence” (“derechos de la presencia de larga duración”), y aunque se trata de derechos legítimos, no deben prevalecer sobre los derechos indígenas de los judíos. La naturaleza misma de la “presencia de larga duración” significa que a pesar de que vivían en algún lugar hace mucho tiempo, no tienen derecho a ocupar al pueblo indígena –judíos- y a controlarlo. A pesar de que Israel es el primer estado indígena moderno, todavía tiene tierras que están ocupadas por extranjeros (árabes palestinos) en Judea y Samaria (mal llamadas Cisjordania) son tierras ancestrales del pueblo judío, y deberían ser devueltas al pueblo indígena, Am Israel, por la libre determinación, como muy bien explica en su artículo Ryan Mervin Bellerose, del pueblo aborigen Métis de Canadá, fundador de Canadians for Accountability, un grupo de defensa de los derechos indígenas, y yo soy uno de los organizadores y de los participantes en el movimiento Idle No More en Calgary, y que por tal motivo se declara sionista. Rayan Mervin Bellerose afirma que “La gran mayoría de los palestinos son árabes musulmanes de lengua árabe, autóctonos de la Península Arábiga. Algunos palestinos comparten un ancestro común con los pueblos indígenas, pero no siguen las tradiciones indígenas ni se auto-identifican como aquellos pueblos indígenas. Ellos no comparten ni la religión ni el idioma con ellos. El Quantum de sangre por sí solo no es suficiente para transmitir la condición de indígena. … Los árabes de Oriente Medio subsumen varias poblaciones indígenas, pero ningún grupo puede llegar a ser indígena a través de subsumir a los verdaderos pueblos indígenas. Más bien, ellos conquistaron toda la región y difundieron su propio idioma, costumbres y religión. Esto es un hecho histórico. Si los conquistadores (los árabes, los palestinos) pueden llegar a ser indígenas, entonces los europeos blancos que llegaron a mis tierras indígenas en América del Norte ahora podrían pretender ser indígenas. Los europeos blancos que fueron a Australia y Nueva Zelanda ahora podrían pretender ser también indígenas. Si nosotros, aunque sólo sea una vez, lo permitimos, los derechos indígenas estarían repentinamente devaluados y carentes de sentido. Los argumentos a favor de los “derechos indígenas” palestinos son generalmente aquellos que tienen poca comprensión con la historia, con una manifiesta carencia de comprensión hacia la verdad y el sentido que hay detrás de los derechos indígenas. Si encontramos real el argumento de que los conquistadores pueden ellos mismos convertirse en autóctonos de una región en virtud de la conquista, no solo nos estamos mintiendo a nosotros mismos, sino que también, mediante este argumento equivocado, ponemos en peligro los derechos de los pueblos indígenas en todas partes.” [5]

Después de la guerra de 1967, Israel abolió todas las leyes discriminatorias contra los judíos promulgadas por Jordania y adoptó su propio sistema de leyes para garantizar el acceso a los templos religiosos. Los jordanos impedían a los judíos el acceso a los lugares santos. Aún hoy está prohibida la entrada al monte del Templo a los judíos,

La ley israelí estipula lo siguiente: “Cualquiera que haga algo que pueda poner en peligro la libertad de acceso a los miembros de los varios grupos religiosos a sus lugares sagrados será castigado con prisión por un término de cinco años.” Israel también confió la administración de los lugares sagrados musulmanas a sus respectivas autoridades religiosas, por ejemplo, el Waqf Musulmana tiene la responsabilidad de las mezquitas de la Montaña del Templo. La autoridad religiosa musulmana prohíbe la entrada de judíos al Monte del Templo, dentro de territorio del Estado de Israel, cesión de soberanía al Waqf por parte del Estado de Israel. El líder máximo árabe-palestino, el terrorista Yasser Arafat dijo: “Nuestro objetivo es simplemente la liberación del suelo palestino y el establecimiento de un estado. Por lo tanto, los judíos (israelitas) deben ser expulsados, e Israel debe ser aniquilado. No podemos aceptar ni más ni menos que la completa aniquilación de todos los judíos”. Hamás -que actualmente gobierna a los árabes palestinos de Gaza – no sólo no quiere reconocer ninguna parte del territorio de Israel, sino que en su carta constitucional  pide la destrucción de Israel. La demanda judía para que Jerusalem sea la capital de Israel no sólo es religiosa: es nacional y estatal. Todo estado tiene derecho a proclamar cual es su capital. Sólo se le niega este derecho a Israel. La derrotada Alemania de posguerra tuvo que aceptar que su capital “provisional” fuera Bonn, desde la caída del Muro de Berlín, esta ciudad (Berlín) es la capital del país por decisión del pueblo alemán. A Israel, que ha ganado las guerras y batallas que desencadenaron y empezaron los árabes, los árabes derrotados le niegan ese derecho, con el apoyo de la judeofóbica Naciones Unidas. El filósofo católico español Julián Marías lo puso de manifiesto en su libro Israel una resurrección: sin Jerusalem como capital, Israel pierde “sentido histórico”.  Es lógico y natural que se envuelva en aureolas metafísicas a una urbe que se retrotrae al pasado más remoto, ya mencionada en las famosas epístolas de Tel-el-Amarna (siglo XIV a.e.c.) y aun en documentos egipcios de medio milenio antes. Después de todo, es una ciudad en la que ocurrieron eventos de trascendencia insoslayable, que los Salmos elevan hasta lo más sublime, y que en la Biblia se menciona más de ochocientas veces desde el mismo libro del Génesis. (Recordemos que por el contrario, en el Corán, ni una sola vez se refiere a Jerusalem). Pero cuando focalizamos la historia en la edad contemporánea, observamos que los judíos son el grupo mayoritario de la ciudad desde hace ya un siglo y medio, y que ésta nunca fue capital (ni siquiera provincial) bajo imperios cualesquiera, incluido el del Islam. El breve control árabe de la ciudad significó destrucción y atraso, y por su parte, la recuperación judía fue la única que garantizó libertad de cultos y protección a los lugares sagrados de todos los credos, amén de un crecimiento sostenido y visible. La aspiración israelita siempre concibió en que  el retorno era concebido a la Jerusalem terrena. Los caraítas que regresaron hace mil años otorgaron a los retornantes el título honorífico de «Jerusalem». Aquí regresó Iehuda Haleví en el siglo XII y Najmánides en el XIII, y los Jasidéi Ashkenaz, y Ovadia de Bertinoro en el XV. Y luego la inmigración de Jazón Sión que arribó en 1722 y las varias olas de jasidim, y los alumnos del Gaón de Vilna, y finalmente los biluím, y las inmigraciones modernas que reconstruyeron el Estado judío. Todos a Jerusalem no para soñar sino para cumplir con sus sueños.

Jerusalem, que irónicamente significa Ciudad de la Paz, ha sido completamente destruida dos veces, más de 23 veces asediada y atacada cerca de sesenta. ¿Por qué. Jerusalem no tiene nada material que la haga surgir como una gran ciudad, no tiene puerto de mar, es una ciudad de interior, no hay riqueza natural en su subsuelo, ni un valor estratégico militar de importancia. Las antiguas rutas comerciales desde Egipto a Asiria, Babilonia y Persia transcurrían de norte a sur a lo largo de la meseta  de Jordania, obviando Jerusalem. Otras rutas salían de los puertos, lejos de la ciudad del interior, Jerusalem. Durante siglos de ocupación por los musulmanes, Jerusalem fue una ciudad polvorienta, tan poco relevante e insignificante que incluso nunca alcanzó el estatus de una capital regional o provincial.  Sin embargo, pese a dos milenios de mediocridad y desolación fuera del control soberano del pueblo judío, Yerushalayim es la ciudad más disputada sobre la faz de la tierra. Edom e Ismael han disputado la herencia otorgada por el Eterno a Yaacob, Yerushalayim y Eretz. Este es el motivo por el que la Capital Eterna de Israel ha sido codiciada. Pero esta codicia de Edom e Islam es una pesada carga para todos los pueblos, como profetizó Zejariá 12:3: Y acontecerá en aquel día que haré de Yerushalayim una piedra de carga para todos los pueblos. Todos los que estén cargados con ella quedarán heridos, y todas las naciones de la tierra se reunirán en torno.

Zacarías 12:6:  …  Y devoraré a todos los pueblos de alrededor, a la derecha y a al izquierda. Y Jerusalem será habitada otra vez en su propio lugar, en Jerusalem. Aunque finalmente Yaacob recuperará la completa soberanía de Jerusalem.           Zacarías 12:9: Y sucederá en aquel día que trataré de destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalem.

NOTAS

[1] Vatican Now In Control of Jerusalem. July 5, 2015 by Steven DeNoon. Israelinewslive

http://israelinewslive.org/vatican-now-in-control-of-jerusalem/

 

Vatican also wants Jerusalem? Vatican envoy: Israel, Palestinians cannot be trusted to safeguard holy sites Ahiya Raved|Published:  04.01.06. Ynetnews.

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-3194646,00.html

 

The Vatican Wants the Temple Mount Taken From the Jews

Giulio Meotti, 30/06/15. Arutz Sheva

http://www.israelnationalnews.com/Articles/Article.aspx/17147

 

[2] La Ley de la Embajada de Jerusalén de 1995 es un derecho público de los Estados Unidos aprobada por el 104º Congreso, el 23 de octubre de 1995. Fue aprobada a efectos de iniciar y financiar el traslado de la Embajada de los Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalem, a más tardar el 31 de mayo de 1999, y trató de retener el 50 por ciento de los fondos asignados al Departamento de Estado específicamente para «Adquisición y mantenimiento de los edificios en el Exterior» según lo asignado en el año fiscal 1999 hasta la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén había abierto oficialmente. El acto también llamada por Jerusalem siga siendo una ciudad indivisa y para que pueda ser reconocida como la capital del Estado de Israel. Jerusalem está declarada como la capital de Israel, pero esto no es reconocido internacionalmente en espera de conversaciones sobre el estatuto final en el conflicto palestino-israelí. Los Estados Unidos ha retenido el reconocimiento de la ciudad como capital de Israel. El proyecto de ley fue aprobado por el Senado (93-5), y por United States House of Representatives (374-37).

Desde su aprobación hace 21 años, la ley nunca se ha aplicado, por la oposición de los presidentes Clinton, Bush y Obama, que la ven como una infracción del Congreso sobre la autoridad constitucional del poder ejecutivo sobre la política exterior; que han insistido en afirmar la renuncia presidencial en los intereses de seguridad nacional.

 

[3] La reivindicación musulmana de Jerusalem. por Daniel Pipes. Middle East Quarterly Septiembre 2001. Original en Inglés: The Muslim Claim to Jerusalem

http://es.danielpipes.org/13522/reivindicacion-musulmana-jerusalen

[4] El EIIS: El yihad en Palestina no es prioridad sobre el yihad en otros lugares.  MEMRI. Marzo 23, 2016. Serie Comunicados Especiales No. 6357                                                http://www2.memri.org/espanol/el-eiis-el-yihad-en-palestina-no-es-prioridad-sobre-el-yihad-en-otros-lugares/18079

 

[5] El primer Estado indígena moderno del mundo. Por Ryan Mervin Bellerose http://unidosxisrael.org/israel-el-primer-estado-indigena-moderno-del-mundo/

 

Para empezar, vamos a reconocer que no existe una regla que una tierra puede tener un solo pueblo indígena. No es un juego de suma cero en el que un grupo debe ser considerado indígena de manera que, por tanto, otro no lo es. Sin embargo, hay una guía muy clara de cara a ser considerado como un pueblo indígena. Es algo complejo, pero puede resumirse en la siguiente lista, como la desarrollada por el antropólogo José R. Martínez Cobo, ex relator especial de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de las Minorías de las Naciones Unidas. Esta lista fue desarrollada porque los derechos indígenas están comenzando a ser respetados en todo el planeta. Este reconocimiento es muy importante, por lo que las personas indígenas no puede permitir que las personas no indígenas hagan afirmaciones falsas, y que en última instancia perjudique a nuestros propios derechos. Israel es el primer estado indígena moderno del mundo: mediante la creación y la declaración de la nación soberana de Israel es la primera vez en la historia que un pueblo indígena ha logrado recuperar el control de sus tierras ancestrales y que ha construido un Estado-nación. Como tal, esto es increíblemente importante para los pueblos indígenas, tanto porque reconoce y apoya nuestros derechos, como por ser un gran ejemplo a emular por nuestros pueblos.                                                                                                                                 ¿QUÉ ES UN PUEBLO INDÍGENA? La definición actual de “pueblos indígenas” (no la versión de Wikipedia) para los propósitos de este ensayo es el desarrollado por el antropólogo mencionado, José R. Martínez Cobo. Utilizando esta, voy a detallar por qué los judíos son indígenas en Israel, y por qué los palestinos no lo son. La investigación de Martínez-Cobo sugiere que las comunidades indígenas, los pueblos y las naciones son aquellos que, teniendo una continuidad histórica, se consideran distintos al de otros sectores de las sociedades que ahora prevalecen en esos territorios o en partes de ellos. Constituyen ahora sectores no dominantes de la sociedad y están determinados a preservar, desarrollar y transmitir a futuras generaciones sus territorios ancestrales y su identidad étnica como base de su existencia continuada como pueblo, de acuerdo con sus propios patrones culturales, sociales, institucionales y legales. Esta continuidad histórica puede consistir en la continuación, durante un período prolongado que llegue hasta el presente de uno o más de los siguientes factores:                                                                                     – La ocupación de tierras ancestrales o al menos de parte de ellas.                                                                           – La ascendencia común con los ocupantes originales de esas tierras.                                                                               – Cultura en general, o en manifestaciones específicas (tales como religión, vida bajo un sistema tribal, pertenencia a una comunidad indígena, forma de vestir, medios o estilo de vida, etc.).                                                – Idioma (ya se utilice como lengua única, como lengua materna, como el medio habitual de comunicación en el hogar o en la familia).                                                                                                                    – Residencia en ciertas partes del país, o en ciertas regiones del mundo.                                                                           – Religión que de importancia a los lazos espirituales con las tierras ancestrales.                                                        Es importante también la existencia del Blood quántum, es decir, la cantidad de sangre que lleva un pueblo específico. Veamos ahora rápidamente el caso de los judíos: ¿Cómo encajan en esta definición?Sus tierras fueron ocupadas, primero por los romanos, y luego por los árabes en el siglo VII.Ellos comparten un ancestro común con los ocupantes anteriores según lo determinado por varios estudios genéticos. Su cultura se puede remontar directamente al Este, donde se convirtió en lo que hoy es conocido como “la cultura judía.” Mientras que las diferentes comunidades judías tienen ligeramente diferentes tradiciones, todos comparten la misma cultura, y se mantiene sin cambios. Ellos han resucitado su lengua tradicional, y aunque muchos todavía hablan yiddish y ladino, el hebreo se ha convertido en el idioma principal de nuevo. Tienen vínculos espirituales con la tierra, la cual juega un papel importante en sus tradiciones como pueblo. A pesar de todos los argumentos sobre la europeización de los judíos, cumplen con todos los criterios establecidos por Martínez-Cobo. Evidencia arqueológica de que el Tabernáculo existía en la moderna ciudad judía de Shilo.

 
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