En estas horas, el triunfo de Trump y los resultados de las presidenciales estadounidenses son el centro de atención en el escenario político y mediático del mundo árabe islámico.
Para la prensa árabe, fue clave que Donald Trump lograse unir a Barack Obama con ISIS
En Oriente Medio hay expectativa e incertidumbre por las políticas del próximo presidente de Estados Unidos
El diario libanés An-Nahar lo explica en una editorial que aborda las razones de la victoria de Trump sin dejar de lado la importancia e implicancia política para la región.
Samir Attalah, columnista del periódico egipcio Al-Watan, refirió en su análisis que «la suerte de las elecciones en materia de asuntos árabes quedó echada en el momento en el que Donald Trump culpó de forma abierta al Gobierno de Obama de ser el creador de ISIS«. Frente a este comentario de Trump, inmediatamente se escuchó la opinión de Hassan Nasrhallah, secretario general de la organización política-terrorista libanesa Hezbollah, quien apoyó rotundamente las declaraciones de Trump, al punto que los medios de comunicación sunitas rápidamente colocaron a ambos en el mismo nivel, utilizando el eslogan «Hassan Trump» para referirse a cualquiera de los dos. Otros comentaristas sugieren que el voto a Trump es funcional al crecimiento del ISIS.
Las críticas no sólo son para el secretario de la organización terrorista, por lo mismo tuvo que pasar también el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi al haber tenido que reunirse con ambos postulantes presidenciales estadounidenses, lo que creó un gran lío en los medios de prensa árabes, que, ofendidos por las declaraciones antimusulmanas de Trump o la postura negativa del partido de Hillary frente a los problemas que vivió Egipto en los últimos años, cuando Obama no apoyó al país que era uno de sus aliados de Oriente entregándolo a los islamistas de la Hermandad Musulmana.
Sin embargo, no cabe duda de que, en el mundo árabe, el estrellato principal se lo ganó Donald Trump, quien es considerado el representante republicano más audaz y «ligero de palabra» hasta el momento.
El comentario más suave fue, tal vez, el del presidente sirio Bashar al Assad, quien considera a Trump como un hombre sin experiencia política, por lo cual no ve ningún futuro emocionante para los EEUU.
Hilary Clinton tampoco se salvo de la crítica árabe, y es que mal o bien, Trump muestra a los árabes -con su impulsividad- una imagen más clara, en tanto que a Hillary se la culpaba en el mundo sunita porque el Gobierno de su partido, fortaleció a Irán y los países chiitas con el último acuerdo nuclear, mientras los países chiitas la culpaban a ella de su gran relación con la monarquía saudita, a quienes se los acuso de financiar su campaña.
«Todo esta por verse, y la expectativa Trump recién comienza«, según declaraciones de Vladimir Putin, publicadas por la agencia RT.
En los países árabes, la desconfianza estuvo vigente durante toda la campaña presidencial, ninguno de los dos candidatos representaba el lado positivo o posibilidades de cambios para enfrentar las muchas y distintas crisis, según la prensa regional; en especial cuando los dos tienen algo en común: la importancia que le asignan a la alianza que Estados Unidos mantiene con Israel desde hace años, lo cual hoy es un importante recelo en los países árabes islámicos para con el presidente electo.
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