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| sábado diciembre 28, 2024

Las calles alemanas descienden a la ilegalidad

"Estamos perdiendo el control de las calles"


Policías alemanes tratan de detener una pelea masiva entre migrantes. (Imagen tomada de un vídeo de SAT1).

Traducción del texto original: German Streets Descend into Lawlessness

La violación de una niña de diez años en Leipzig, la ciudad más grande de Sajonia, ha vuelto a llamar la atención sobre los niveles de la espiral de delitos violentos perpetrados por migrantes en ciudades y pueblos de toda Alemania, y las molestias que se toman las autoridades y los medios alemanes para censurar la información sobre los autores de dichos delitos.

La niña se dirigía en bicicleta al colegio a las siete de la mañana del 27 de octubre cuando un hombre la rodeó, la tiró al suelo y la violó. Se ha descrito al sospechoso como un hombre de treinta y tantos, de pelo corto castaño y barba de unos días.

La policía de Leipzig se ha negado explícitamente a decir si el sospechoso es un migrante, pero implícitamente ha admitido que lo es. Han publicado un retrato robot del sospechoso con esta advertencia políticamente correcta:

Esta imagen se publicará únicamente en los medios impresos del área principal de Leipzig. No se contempla la publicación de esta imagen en internet, incluidas las redes sociales como Facebook, en la orden judicial de captura (Beschluss zur Öffentlichkeitsfahndung), y por lo tanto está prohibida.

El empeño en censurar la información sobre la violación, donde las autoridades alemanas demuestran estar más preocupadas por proteger la identidad del violador que el bienestar de la víctima o de otras chicas a las que pueda atacar, apenas tiene precedentes en Alemania.

En un gesto que le honra, el periódico Bild, con sede en Berlín, respondió: «Bildva a ignorar esas instrucciones. Queremos asegurarnos de que el sospechoso es detenido lo antes posible». De hecho, Bild ha sido uno de los pocos periódicos de Alemania que han publicado siquiera la imagen, sino que además han informado de la violación.

Los delitos violentos –incluidas las violaciones, las agresiones sexuales y físicas, los apuñalamientos, los allanamientos de morada, los robos y asaltos y el tráfico de drogas– se han disparado en Alemania desde que la canciller, Angela Merkel, abriera las puertas del país a más de un millón de migrantes, en su mayoría hombres, de África, Asia y Oriente Medio. Pocos de los migrantes –o ninguno– es vetado antes de que se le permita entrar en Alemania.

Los migrantes cometieron 208.344 delitos en 2015, según un informe confidencial de la policía filtrado a Bild. Esta cifra representa un aumento del 80 % desde 2014, y equivale a 570 delitos cometidos por migrantes al día, o 23 cada hora, sólo en 2015.

La cifra real de delitos a manos de migrantes es mucho más alta, sin embargo. El informe, realizado por la Oficina Federal de Investigación Criminal (Bundeskriminalamt o BKA) incluye únicamente delitos que han sido resueltos (aufgeklärten Straftaten). Según las estadísticas de la policía, sólo se resuelven de media alrededor de la mitad de los delitos cometidos en Alemania en un año determinado (Aufklärungsquote). Esto significa que la cifra real de delitos cometidos por migrantes en Alemania en 2015 podría haber superado los 400.000.

Durante los primeros seis meses de 2016, los migrantes cometieron 142.000 delitos, según un informe de la BKA hecho público el 6 de septiembre. Esto equivale a 780 delitos cometidos por migrantes cada día, o 32,5 delitos cada hora, lo que supone un aumento de casi el 40 % respecto a 2015. De nuevo, los datos de 2016 incluyen únicamente los delitos donde el migrante sospechoso ha sido capturado. Hay delitos similares a la violación de Leipzig que no aparecieron en las estadísticas, por que los sospechosos siguen sueltos.

Las estadísticas sobre delitos de migrantes para todo 2016, cuando estén disponibles, mostrarán probablemente un aumento respecto a las cifras de 2015. Una de las razones es que miles de migrantes que entraron en el país como «solicitantes de asilo» o «refugiados» se encuentran desaparecidos. Son, presumiblemente, migrantes económicos que entraron en Alemania con pretextos inventados. Se cree que muchos han participado en robos y actos violentos para mantenerse.

Las autoridades alemanas están restando importancia a los delitos cometidos por migrantes, supuestamente para evitar alimentar sentimientos antimigratorios. Por ejemplo, el informe de la BKA afirma que la mayoría de los delitos cometidos por migrantes tienen que ver con la evasión de impuestos, como utilizar el transporte público sin billete. En cuanto a otros delitos, el informe sostiene casi de forma invariable que son incidentes aislados (Einzelfälle), no parte de un problema a nivel nacional.

Gatestone Institute ha revisado cientos de informes sobre delitos de migrantes de las policías locales o los periódicos regionales. Las pruebas apuntan a un aumento de los delitos de los migrantes a nivel nacional: se ven afectadas ciudades y pueblos de los 16 estados federales de Alemania. De hecho, la policía local de muchas partes del país admite que se encuentran al límite de sus capacidades y que son incapaces de preservar la ley y el orden.

Esa creciente sensación de alegalidad la corrobora una encuesta de YouGov del 24 de octubre, que reveló que el 68 % de los alemanes cree que la seguridad en el país se ha deteriorado en los últimos años. Casi el 70 % de los encuestados respondió que temen por sus vidas y sus propiedades en las estaciones de tren y metro de Alemania, mientras que el 63 % se siente inseguro en los grandes eventos públicos.

La policía municipal dice que se ven impotentes para hacer frente al pico de delitos cometidos por jóvenes migrantes del norte de África. Hamburgo acoge ahora a más de 1.800 de los llamados migrantes menores sin acompañante (minderjährige unbegleitete Flüchtling o MUFLI), de los cuales la mayoría vive en la calle y participan al parecer en toda clase de actos delictivos, entre ellos el robo de bolsos.En Hamburgo, las estadísticas demuestran que los migrantes cometieron casi la mitad de los 38.000 delitos reportados en Hamburgo durante los primeros seis meses de 2016, pese a que los migrantes conforman sólo una fracción de los 1.700.000 habitantes de la ciudad. La policía dice que muchos de esos crímenes fueron cometidos por «bandas de migrantes» (ausländischen Banden).

Se roban más de 20.000 bolsos en Hamburgo cada año. La mayoría son robados por varones con edades comprendidas entre los 20 y los 30 años, procedentes de los Balcanes o del norte de África, según Norman Grossmann, director de la oficina del inspector federal de la policía en Hamburgo. En los últimos meses, la policía ha llevado a cabo una serie de operaciones (aquí y aquí) para hacer frente al problema, pero dichas acciones han cosechado pocos arrestos.

Los medios locales informan de que las bandas juveniles de migrantes se han hecho efectivamente con el control de algunas partes de Jungfernstieg, uno de los bulevares más conocidos de Hamburgo. Muchos ciudadanos están evitando la zona, sometida recientemente a una rehabilitación multimillonaria, porque se ha vuelto demasiado peligrosa.

Más de 50 personas han sido agredidas físicamente a lo largo de Jungfernstieg desde el comienzo de 2016, y la policía recibe llamadas casi a diario para atender denuncias de mendicidad agresiva, embriaguez pública, tráfico de drogas y agresiones sexuales. Los dueños de los restaurantes se quejan de un aumento de robos y vandalismo, y los taxistas dicen que están evitando la zona donde el árabe y el farsi son lo habitual.

El periódico Die Welt informó de que los migrantes menores sin acompañante en el centro de acogida del distrito de Hammerbrook están «trabajando» en Jungfernstieg. Hace poco se descubrió que escondían en sus habitaciones alijos de teléfonos móviles, ordenadores portátiles y otros artículos robados. La policía también detuvo a un egipcio de 20 años llamado Hasán que atacó repetidas veces a un transeúnte con un cuchillo. Fue grabado en vídeo agarrando los pechos y genitales de una chica. Cuando ella se resistió, él le dio un puñetazo en la cara.

Los habitantes del distrito de Alsterdorf del norte de Hamburgo le han pedido a su alcalde que haga algo contra un grupo de 40 migrantes menores sin acompañante sumamente agresivos que están aterrorizando al vecindario. Los vecinos se quejan de los robos, los atracos e incluso la extorsión. Una residente de 65 años dijo que había sido atacada por un chico de 10 años cuando trataba de forzar la puerta de un coche. El dueño de un comercio, de 45 años, dijo que le daba miedo enfrentarse a los jóvenes por si le destrozaban el escaparate. Un pensionista de 75 años dijo que ya no se atrevía a salir de casa de noche.

Thomas Jungfer, director adjunto del Sindicato de Policía Alemana (DPolG) en Hamburgo, advierte de que la ciudad ya no tiene suficientes agentes de policía para preservar la ley y el orden. Dice que se necesitan a las empresas de seguridad privadas para cubrir los vacíos. «Está aumentando la frustración entre nuestros compañeros», dijo.

En la cercana Bremen, la policía ya se ha rendido en la lucha contra el crimen organizado dirigido por clanes de los Balcanes y el Kurdistán, por la necesidad de destinar unos limitados recursos humanos a la lucha contra la espiral del crimen callejero a manos de jóvenes migrantes sin acompañante.

Rainer Wendt, director del Sindicato de Policía Alemán (DPolG) ha sido criticadopor las autoridades municipales por su falta de soluciones. «Bremen se ha rendido a unos clanes extremadamente peligrosos. El monopolio del Estado del uso legítimo de la fuerza física [Gewaltmonopol des Staates] se está convirtiendo ahora en la ley de la selva. Las fuerzas de seguridad se están hundiendo».

En Berlín, los clanes de migrantes criminales «con fuertes lazos de lealtad al grupo» están actuando con impunidad en los distritos de Neukölln, Wedding, Moabit, Kreuzberg y Charlottenburg. La revista Focus informó que la zona de Kottbusser Tor, en Kreuzberg, un área con muchos migrantes, se ha convertido en un «vacío legal» por la reducida presencia policial. El tráfico de drogas, el crimen y la violencia se han adueñado del lugar, y los residentes y comerciantes denuncian delitos cada hora, todos los días, en las calles. Un comerciante dijo: «Antes, los niños podían correr por aquí libremente. Además, nadie se preocupaba de que el bolso o la mochila estuviesen vigiladas. Hoy, nada de eso es posible».

Según Focus, «durante el día, la zona está llena de cadáveres por la heroína, y por la noche los carteristas campan a sus anchas». Un guardia privado de seguridad dijo:

Se trafica con drogas ante nuestros ojos. Si intervenimos, nos amenazan, nos escupen y nos insultan. A veces alguien saca enseguida el cuchillo. Siempre son los mismos. No tienen piedad, ni miedo, y no les importa robar a los mayores.

Su colega añadió: «Por supuesto, siempre llamamos a la policía. La última vez, sin embargo, tardaron dos horas en llegar».

En la región Rin-Ruhr, la mayor región metropolitana de Alemania, las estadísticas de la policía revelan que los argelinos cometieron más de 13.000 delitos en 2015, más del doble que en 2014. Los marroquíes cometieron 14.700 delitos, y los tunecinos más de 2.000.

En Renania del Norte-Westfalia, un informe del Ministerio del Interior reveló que los marroquíes cometieron 6.208 delitos en 2015. Los argelinos cometieron 4.995 delitos y los tunecinos 1.084. No hay aumentos significativos en comparación con años anteriores.

Según el Ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, «los inmigrantes del norte de África aumentan la cuota delictiva de manera cada vez más desproporcionada, sobre todo en las grandes ciudades. Los sospechosos son la mayoría de las veces hombres jóvenes solteros. Sus especialidades delictivas son el robo y el atraco».

En Düsseldorf, los políticos locales han sido acusados de ignorar la creciente amenaza que representan las bandas violentas de migrantes de Argelia, Marruecos y Túnez. La ciudad es hogar de un total de 2.244 sospechosos de delitos del Norte de África, la mayoría de ellos (1.256) de Marruecos. De media, cometen un delito cada tres horas y media. Un inspector de la policía dijo: «El grupo, en conjunto, es irrespetuoso y no tiene absolutamente ninguna vergüenza».

En Stuttgart, la policía está librando una batalla contra las bandas migrantes del norte de África que se dedican al carterismo. En el distrito de Rems-Murr, cerca de Stuttgart, las bandas rivales de jóvenes migrantes de los Balcanes «están robando todo lo que no esté clavado». Los jóvenes romaníes y kosovares se saltan las clases para hacer incursiones diarias para abrir coches y robar móviles y otros objetos de valor. También entran en las consultas médicas, las residencias de ancianos y las guarderías y colegios para saquear carteras y chaquetas.

En Aalen, un kosovar de 14 años tiene un expediente policial con más de 100 entradas. Según un periódico local, «todos los intentos de la policía, el aparato judicial y la oficina de protección de menores para inculcarle un sentido del bien y del mal y resocializarlo han fracasado hasta ahora. En Facebook, presume sobre de sus proyectos y su pasión por el rap gansteril».

En Leipzig, el sistema de transporte público se ha convertido en un polo de atracción para los delincuentes. El número de casos reportados de robos en el transporte público se disparó un 152 % entre 2012 y 2015. El número de agresiones físicas y sexuales en el transporte público también están en alza. En general, la cifra de delitos denunciados en los autobuses y tranvías aumentó un 111 % entre 2012 y 2015, y la cifra de delitos denunciados en paradas de autobuses en ese periodo creció un 40 %.

La policía de Leipzig atribuye el pico de delitos al rápido incremento de la población de la ciudad. No pueden confirmar la nacionalidad de los perpetradores, en cambio, porque eso requeriría repasar cada uno de los delitos, una labor que «excedería las capacidades de tiempo y personal».

En Dresde, migrantes de Argelia, Marruecos y Túnez se han hecho con el control de la emblemática Wiener Platz, una gran plaza pública que se ubica frente a la estación central de tren. Allí venden drogas y hurtan a los transeúntes, muchas veces con impunidad. Las redadas policiales en la plaza se han convertido en una caza de topos, donde una serie interminable de migrantes sustituyen a los que han sido detenidos.

En Schwerin, las bandas itinerantes de jóvenes armados con cuchillos han vuelto el centro de la ciudad cada vez más peligroso de día y de noche. Las autoridades municipales han elaborado un plan de acción para recuperar el control de las calles. Uno de los ejes centrales del plan pide el despliegue de más trabajadores sociales (Strassensozialarbeit) para promover la integración.

En Baviera, Sigrid Meierhofer, alcalde de la ciudad turística de Garmisch-Partenkirchen se quejó de que la policía había tenido que atender más delitos relacionados con migrantes en los últimos seis meses que en los anteriores doce meses sumados. En una carta al Gobierno de Baviera, amenazó con cerrar un centro para refugiados en la ciudad, que acoge a 250 migrantes de África, en su mayoría hombres, si no se restablecen la seguridad y el orden. También advirtió a las mujeres residentes en la ciudad que evitaran salir de noche.

En un libro que ha sido un éxito de ventas, Tania Kamburi, agente de policía, describe las deterioradas condiciones de seguridad en Alemania a causa de los migrantes, quienes –dice– no respetan la ley y el orden. En una entrevista con la radio Deutschlandfunk, dijo:

Durante semanas, meses y años, he visto que los musulmanes, la mayoría hombres jóvenes, no tienen ni siquiera un mínimo de respeto a la policía. Cuando salimos a patrullar las calles, somos agredidos verbalmente por jóvenes musulmanes. Está el lenguaje corporal, e insultos como «policía de mierda» cuando pasamos. Si hacemos un control de tráfico, la agresión aún va más lejos; esto pasa, la inmensa mayoría de las veces, con migrantes. (…)

Querría que estos problemas se reconociesen y se abordasen claramente. Si es necesario, habrá que reforzar las leyes. También es muy importante el poder judicial, que los jueces dicten sentencias eficaces. No puede ser que los delincuentes sigan llenando los expedientes policiales, nos dañen físicamente, nos insulten, cualquier cosa, y que no haya consecuencias. Muchos casos se cierran o se suelta a los delincuentes con la libertad condicional, etcétera. Sí, lo que está pasando hoy en los tribunales es una broma. (…)

La creciente falta de respeto, la creciente violencia contra la policía (…). Estamos perdiendo el control de las calles.

Según Freddi Lohse, vicepresidente del Sindicato de Policía de Alemania (DPolG) en Hamburgo, muchos delincuentes migrantes interpretan la benevolencia del sistema judicial alemán como una luz verde para persistir en su conducta delictiva. «Están acostumbrados a unas consecuencias más duras en sus países de origen», dijo. «No nos respetan».

Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York. Síguelo en Facebook y en Twitter. Su primer libro,Global Fire, estará a la venta en 2016.

Apéndice

Asesinatos, agresiones sexuales y violaciones cometidas por migrantes en Alemania en octubre de 2016.

Los informes sobre delincuencia alemanes emplean una variedad de eufemismos políticamente correctos para referirse a los sospechosos extranjeros sin utilizar los términos «migrante» o «musulmán migrante».

1 de octubre. Dos «hombres de aspecto del sur» (südländische Erscheinung) violaron a una mujer de 23 años en Luneburgo. La mujer paseaba por un parque con su hijo pequeño cuando los dos hombres se le acercaron por detrás. Los hombres obligaron al menor a mirar mientras agredían a la madre por turnos. Un «sureño que hablaba árabe» (Südländer, sprach Arabisch) intentó violar a una mujer de 34 años en Volksgarten. El hombre escapó cuando la mujer le metió los dedos en los ojos. Un «sureño» (südländische Erscheinung) le sacó un cuchillo a una niña de 12 años en Kirchdorf. Un «sureño» (südländischen Teint) se exhibióante dos muchachas de 8 y 10 años en Legden.

2 de octubre. Un migrante de 19 años de Marruecos violó a una mujer de 90 años cuando salía de una iglesia en el centro de Düsseldorf. La policía describió al sospechoso como «europeo del sur con raíces norteafricanas». Después se supo que el hombre era un marroquí con pasaporte español. Un migrante de África (dunkler/afrikanischer Typ) agredió sexualmente a una mujer de 22 años en Altötting.

3 de octubre. Un «sureño» (südländisch ausgesehen) intentó secuestrar a una joven de 14 años en Landau. El hombre escapó cuando la chica activó un silbato electrónico (akustischen Notfallstick).

4 de octubre. Un «sureño» (südländisches Erscheinungsbild) se exhibió ante dos menores, de 8 y 10 años, en un parque infantil. Una joven de 15 años de Goldbeckle sacó un cuchillo a un migrante de 16 años de Afganistán que la había acosado varias veces.

5 de octubre. Un migrante de Siria agredió sexualmente a una joven de 14 años que iba de paseo con su abuela en Giessen. Un «sureño» (südländisch aussehenden Täter) agredió sexualmente a dos chicas, de 16 y 17 años, delante de una estación de tren en Böblingen. Un hombre «de tez oscura» (dunklere Haut) agredió sexualmente a una mujer de 30 años que iba por un carril para bicicletas en Oberursel. Un hombre «de tez oscura» (dunkler Hautfarbe) agredió sexualmente a una mujer de 21 años en Ulm.

6 de octubre. Un hombre que hablaba un alemán deficiente agredió sexualmente a una joven de 16 años en Weingarten. Un «negro africano» (Schwarzafrikaner) asaltó a una muer de 27 años en Braunschweig.

7 de octubre. Un migrante del norte de África agredió sexualmente a una mujer de 25 años en el centro de Stuttgart.

8 de octubre. Un solicitante de asilo de 26 años de Siria intentó violar a una mujer de 36 años en un parque de Böblingen. Un sirio de 25 años manoseó a una chica de 15 años en Moers. La chica reaccionó dándole una bofetada. Él llamó a la policía y se quejó de que la chica le había agredido. Fue detenido por agresión sexual. Un hombre ebrio de 33 años, «migrante de Oriente Medio» (Zuwanderer aus dem Nahen Osten) agredió sexualmente a una mujer en Krefeld.

9 de octubre. Un migrante de 22 años de origen eritreo agredió sexualmente a una mujer de 23 años en Lispenhausen. Un hombre que hablaba un alemán deficiente acosó sexualmente a una mujer de 23 años en Bietigheim-Bissingen.

10 de octubre. Un solicitante de asilo de 26 años y de origen paquistaní agredió sexualmente a una mujer de 24 años en Bad Hersfeld. Un hombre de «tez oscura» (dunkelhäutig) asaltó a una mujer de 21 años en un tren en Stuttgart.

11 de octubre. Un migrante acarició y toqueteó a una niña de siete años en un autobús en Demen. Un «norteafricano» manoseó a cuatro jóvenes en el metro de Mannheim. Un hombre con «aspecto del sur» (südländisches Aussehen) agredió sexualmente a una mujer de 19 años en Wesel. Un migrante de 31 años de Siria se exhibió ante una mujer de 24 años en Markgröningen. Un hombre «con aspecto del sur» (südländisches Aussehen) se exhibió ante dos chicas de 14 años en Kevelaer.

12 de octubre. Dos hombres «con aspecto del sur» (südländisches Aussehen) agredieron sexualmente a una chica de 15 años en una parada de autobús en Weikersheim. Un migrante de 21 años y de origen libio agredió sexualmente a una mujer en Leipzig. Un hombre que hablaba alemán con acento asaltó a una mujer de 36 años en Siegen.

13 de octubre. Un migrante de 19 años de origen paquistaní agredió físicamente a una mujer de 18 años en Monschau. Cuando la policía se llevaba al hombre a la comisaría, le dio un cabezazo a una agente de policía. Un hombre «de tez oscura» (dunkelhäutige Mann) se exhibió ante una joven de 16 años en Aichach. Un migrante de 33 años de origen iraquí fue sentenciado a seis años y medio de cárcel por violar a una mujer de 55 años en Heilbronn. Un migrante de 20 años de origen maliense fue sentenciado a dos años y medio de cárcel por agredir sexualmente a una mujer de 42 años en Múnich.

14 de octubre. Un hombre «de aspecto del sur» (südländisches äusseres Erscheinungsbild) agredió sexualmente a una niña de 7 años en un parque de Ahaus. Un hombre con un tatuaje arábigo manoseó a dos niñas de 11 años en una piscina pública de Gronau. Dos hombres «con la piel muy oscura» (sehr dunkle Hautfarbe) agredieron sexualmente a dos chicas adolescentes en Bad Hersfeld. Un «sureño» (südländisch) asaltó a una mujer de 23 años en Wilhelmshaven.

15 de octubre. Un hombre de «tez oscura» (dunklen Teint) de alrededor de veinte años agredió sexualmente a una mujer de 77 años en Bothfeld. La policía cree que el mismo hombre es el responsable de otros cuatro asaltos en la ciudad acaecidos en julio, septiembre y principios de octubre. Tan sólo unos días después de llegar a Alemania, tres afganos de 17, 24 y 29 años agredieron sexualmente a dos chicas de 14 años en una piscina pública de Gronau. Dos migrantes de 18 años del oeste de África violaron a dos mujeres de 18 años en Bremen. Un hombre «que parecía de origen extranjero» (offenbar ausländischer Abstammung) agredió físicamente a una mujer frente a la estación de tren de Oranienburg. Cuando un transeúnte de 32 años intervino para proteger a la mujer, fue atacado por el migrante, que aún está suelto.

16 de octubre. Un joven de 16 años y su novia de 15 paseaban junto a la orilla del Alster, un lago en el centro de Hamburgo, cuando un extraño lo rodeó por detrás y le hundió un cuchillo en la espalda. Después, el atacante empujó a la chica al agua y se alejó. La chica sobrevivió, pero el chico murió a causa de las heridas. El sospechoso, un hombre de «aspecto sureño» (südländischer Erscheinung), con poco más de veinte años sigue suelto. La policía dice que las víctimas no fueron robadas y que no hay un móvil evidente para el crimen. El sospechoso parece haber apuñalado a la víctima al azar, sólo porque le apetecía. El 29 de octubre, el Estado Islámico se atribuyó la autoría del asesinato, pero la policía alemana dice que lo pone en duda. También el 16 de octubre, un migrante de 31 años de origen paquistaní violó a una mujer de 26 años en un parque en Dresde.

18 de octubre. Un «sureño» (südländischer Typ) agredió sexualmente a una mujer de 19 años en Hildesheim.

19 de octubre. Un migrante de 29 años de origen sirio compareció en un tribunal acusado de abusar sexualmente de diez niños en Friburgo y Müllheim. El padre de una de las víctimas sacó una fotografía del sospechoso, pero la policía esperó diez días para actuar sobre la pista.

22 de octubre. Un migrante de 18 años de origen somalí asesinó a una mujer de 87 años en Neuenhaus.

24 de octubre. Diecisiete migrantes rodearon a dos mujeres y las agredieron sexualmente cerca de la estación de tren de Friburgo. Sólo se detuvo a tres de ellos –todos eran de Gambia– y han sido puestos en libertad. El delito se asemeja al «taharrush gamea«, el «acoso sexual colectivo» que tuvo lugar en Colonia y otras ciudades alemanas en Nochevieja, cuando numerosos grupos de varones migrantes rodearon a varias mujeres y las agredieron sexualmente.

27 de octubre. Una niña de diez años fue violada cuando se dirigía en bicicleta a su colegio en Leipzig. La policía publicó un retrato robot del sospechoso con esta advertencia políticamente correcta: «Esta imagen se podrá publicar únicamente en medios impresos de la región de Leipzig. Su publicación en internet, incluidas las redes sociales como Facebook, no está contemplado por la orden judicial y por lo tanto no está permitida». Dos hombres que hablaban un alemán deficiente agredieron sexualmente a una mujer en Fürstenzell.

 
Comentarios

La sociedad alemana apenas empieza ahora a «experimentar» en cárne própia, las consecuencias de su generosa apertura de fronteras a los llamados refugiados que desde Siria, Irak, Turquia y demas paises limítrofes vienen regularmente acogiendose a los beneficiosos efectos que para ellos supone la politica migratoria defendida por su Canciller Angela Merkel, hoy en su cóta mas baja de popularidad …
El no separar «el grano de la pája» ha permitido a muchos indeseables adentrarse en el pais con propositos delictivos, tal como recogen datos policiales, que dan cuenta de un incremento notable de éstos últimos, a cargo de individuos procedentes de los citados paises …
El consiguiente clima de inseguridad que se viene detectando, ha contribuido a encender todas las alarmas, y muchos son los que ya claman por una deportacion inmediata de los considerados sospechosos …
La entrada masiva de un flujo migratorio incontrolado, suele deparar este tipo de «sorpresas» y no debe por ello quedar al albur, de medidas precipitadas y de córte populista, como las a mi juicio adoptadas por el gobierno aleman …
mostrárse solidario es bueno, abrir exesivamente la mano, a lo que se vé no tanto …

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