Traducción Hatzad Hasheni
Incluso aquellos que no son expertos entienden que la mayoría de los incendios en Israel son el resultado de incendios provocados, pirómanos que saben muy bien dónde encontrar los lugares que permitan lograr el máximo efecto. Los próximos incendios se deben evitar mediante el aumento de las patrullas de incendios en zonas sensibles y proclives, y con un trabajo de inteligencia en el campo.
La policía y los servicios de extinción de incendios puede decir, casi con toda seguridad, que el incendio en ésta ola, la que se llevó a cabo en el asentamiento de Neve Shalom, fue un accidente. La secuela, y especialmente los incendios en Zijrón Yaacov y Haifa fueron, probablemente, el resultado de incendios provocados.
Qué irónico que el lugar donde comenzó la ola de incendios sea la aldea de Neve Shalom, fundada en el área de Latrún, con el fin de lograr la cooperación y la convivencia comunitaria de judíos y árabes. La presente ola de incendios provocados indica que el objetivo de Neve Shalom se encuentra más lejos de conseguir de lo que nos gustaría.
Incluso alguien no experto puede determinar que un número importante, si no la mayoría de los incendios, fueron provocados y dirigidos. Vemos incendios provocados en varios lugares al mismo tiempo, sea Haifa o Rishón Le-Tzion. Incendios que comienzan en los mismos minutos en casi todos los centros del país. Más que eso – cuando nos fijamos en el mapa se puede detectar que los centros de ignición están situados al noreste de los barrios judíos y de las comunidades judías, un lugar seleccionado para ejecutar este “terrorismo incendiario”. La ubicación hace que el viento del este, que ayer cambió al noreste, llevan las chispas desde el centro del incendio que son árboles y arbustos muy secos propios de esta temporada hacia el borde de los barrios judíos. Los pirómanos no necesitan acercarse a los barrios judíos. Pueden prender los fuegos en los terrenos cercanos, lejos de los ojos y las cámaras de vigilancia, y el viento seco hace el resto.
Este no es un fenómeno nuevo. El terrorismo con fuego es un conocido del movimiento sionista desde principios del siglo pasado. “Se quema el granero de Tel Yosef”, escribió el poeta en una canción de arrullo para los niños que lograban conciliar el sueño, y que era propia del asentamiento judío en el valle de Jezreel. Hoy en día, se puede decir que esta es una nueva forma del llamado “terrorismo doméstico” o “terrorismo individual”. Se puede apreciar que la intensa cobertura de los medios de comunicación del primer incendio en Neve Shalom fue la primera fuente de inspiración para la posterior ola de incendios provocados. Luego vinieron los fuegos de emulación tanto en Zijron como en sus alrededores, y luego lo que parece ser una iniciativa local organizada y coordinada, en parte como resultado de la agitación en las redes provocó los incendios en Haifa.
La ola de incendios provocados es sólo un tipo muy especial del terrorismo popular que nos afecta desde septiembre de 2015. El momento es debido principalmente a las condiciones climáticas especiales que fueron creadas en los últimos días. Entonces, ¿qué se puede hacer para luchar contra el terrorismo y frenar los incendios? En primer lugar, hay que esperar que el tiempo actual, que se caracteriza por la sequedad y los vientos del noreste, se termine. Pero eso depende de la naturaleza y no de las acciones del hombre. ¿Qué pueden hacer el Estado de Israel y sus fuerzas de seguridad? ¿Qué medidas preventivas puede adoptar? Ante todo el envío de patrullas y grupos de observadores en las zonas donde hay barrios y asentamientos judíos cercanos a los barrios y comunidades árabes.
También es posible llevar a cabo una tarea de información y disuasión entre los notables de las comunidades árabes, y se le debe exigir a los líderes que condenen estos incendios para reforzar la pobre y a veces frágil convivencia entre árabes y judíos en el Israel de hoy. Los coordinadores del Shabak (Shin Bet) que trabajan dentro del Estado de Israel deben redoblar sus esfuerzos, así como la inteligencia de la policía israelí. Los consejos locales deben, sobre todo en las zonas de población mixta, abrir pistas para limitar incendios abiertos y limpiar la vegetación seca alrededor de las áreas residenciales para evitar la propagación del fuego. Dañar la naturaleza es algo feo pero más dolorosos aún son los daños que provocan los incendios. El nombre del juego es inteligencia y prevención, y cuanto más medidas se adopten en ambas áreas, el fuego se desvanecerá.
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