De manera que cuestiones que podrían parecer, a priori, semejantes, cuando pasan por el tamiz mediático, se transforman en algo enteramente diferente – cuando no, directamente, desaparecen – según el Estado judío pueda ser, o no, desacreditado.
Así, hay muros y “muros”. Unos “aceptados” (y “lógicos”, según la presentación que se hace de los mismos) y otros “vergonzosos”.
En este sentido, la valla de seguridad que Israel construyó aproximadamente a lo largo de la Línea Verde (en algunos puntos se adentra en Cisjordania), se ha transformado en un “concepto” que funciona muy bien a la hora de retratar a un Estado “opresor”.
Aunque al parecer, no es el “muro” (o todo muro) lo que les preocupa a los medios. Sino, más bien, la oportunidad de utilizarlo para deslucir la imagen de Israel.
Y no parecen ser los palestinos, tampoco, quienes desvelan a los medios o a los propios líderes palestinos.
Si fuese así, los medios se hubiesen abocado a cubrir la construcción de un muro alrededor de un “campo de refugiados” palestinos en el Líbano, por parte del Ejército de este país.
ReVista sólo pudo hallar un artículo en español al respecto; el que la agencia española de noticias Europa Press publicó el 20 de noviembre de 2016:
“Las autoridades libanesas han comenzado a levantar este fin de semana un muro en torno al campo de refugiados palestinos de Ain al Hilweh, el más grande del país, como parte de un plan para establecer ‘cordones de seguridad’ y torres de vigilancia en el campo, según un acuerdo entre las autoridades libanesas y facciones palestinas.
Con el muro, las autoridades pretenden contener los recientes enfrentamientos entre palestinos del campo y el Ejército libanés, según afirmaron representantes oficiales palestinos y libaneses…
Un responsable del movimiento islámico palestino Hamás en Ain al Hilweh, Abu Ahmad Faisal, señaló al diario libanés ‘Daily Star’ que se levantarán cuatro torres. ‘La construcción del muro pretende que disminuya la confrontación entre los habitantes (del campo) y el Ejército (libanés)’, señaló Faisal”.
Es decir, las “facciones palestinas” (¿de cuáles se trata; además de un responsable de un grupo terrorista palestino?), en Líbano, aceptan, consensuan, un “muro” por cuestiones de seguridad libanesa…
De hecho, según informaba el Jerusalem Post,
“Munir al-Maqdah, jefe de las Fuerzas Conjuntas de Seguridad Palestinas, le dijo a Sky News Arabia que ‘el muro está siendo construido fuero del campo y lejos de las áreas residenciales’.
Maqday añadió que los militares le informaron a los líderes palestinos en el Líbano que ‘el muro y [las torres de vigilancia] están siendo construidos por motivos de seguridad, que aceptamos‘”.
Precisamente, lo que en el Líbano parece ser tan razonable para los palestinos – y para el medio, que se centra en remarcar el consentimiento palestino, su acuerdo con las autoridades libanesas -, es lo que los medios omiten mencionar cuando aluden a la valla de seguridad israelí.
Justamente, Europa Press terminaba diciendo que:
“Sin embargo, muchos palestinos del campo expresaron su frustración y disgusto por la construcción de la enorme pared, a la que calificaron de ‘muro de la vergüenza’ y compararon con el muro que Israel levantó en Cisjordania”.
La agencia, a la vez que adecentaba la imagen del muro libanés, aprovechaba la ocasión para recordar al lector de la existencia de un inexistente “muro” israelí, al adoptar, más allá del entrecomillado, el marco palestino para referirse a la valla de seguridad israelí, y silenciar los motivos de la construcción de la misma.
“Durante los 34 meses desde el estallido de la violencia en septiembre de 2000 [Segunda Intifada], hasta la construcción del primer segmento continuo de la valla de seguridad a finales de julio de 2003 [es decir, durante la Segunda intifada], terroristas de Samaria llevaron a cabo 73 ataques en los que 293 israelíes fueron asesinados y 1950 heridos. En los 11 meses transcurridos entre la erección de la primera serie a principios de agosto de 2003 y finales de junio de 2004, sólo tres ataques tuvieron éxito, y los tres se produjeron en el primer semestre de 2003.
Desde que se inició la construcción de la valla, el número de ataques se ha reducido en más de un 90 %. El número de israelíes asesinados y heridos ha disminuido en más del 70% y 85 %, respectivamente, después de su montaje de la valla.
El valor de la valla a la hora de salvar vidas se desprende de los datos: En 2002, el año antes de la construcción, 457 israelíes fueron asesinados; en el 2009, 8 israelíes fueron asesinados”.
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