George Chaya: “La mejor herramienta para construir liderazgo político es contar con una idea poderosa y ceñirse a ella”

¿Cómo observa la política exterior de la Argentina actual?

A mi juicio; en la década pasada, la política exterior argentina acompañó a la política interna, lo cual facilitó escasos logros de corto plazo por concesiones significativas, pero a largo plazo, los costos han sido muy altos y negativos. Tal vez a esto se deba el marcado declive argentino en el contexto de la comunidad internacional y la política mundial. No se trazó una política de largo plazo con resultados programados sobre la base de estrategias. Hoy, la Argentina merece que todas las fuerzas políticas, sin exclusiones, realicen el esfuerzo de forjar coincidencias básicas de política exterior, y así transformar la rigidez y carencia de auto-crítica en una política creativa y flexible.

El actual giro de la política exterior del actual gobierno busca un nuevo lugar para la Argentina en el mundo. Hay cambios y buenas señales. La prioridad estratégica argentina debería apuntar a una adecuada inserción del país de forma determinada y a largo plazo en  un escenario internacional cada vez más dinámico, que se caracteriza por la aceleración de los procesos de integración económica y política. Lo ideal sería que Argentina, se incline hacia el multilateralismo, acercarse a unos países y alejándose de otros para cumplir sus objetivos. Los resultados de tal política pueden alcanzar objetivos sostenibles a largo plazo y confianza internacional.

¿Como vislumbra el conflicto en medio oriente?

Según lo veo, es claro que Oriente Medio se encuentra en medio de una guerra sectaria que se extiende desde la costa mediterránea hasta el Golfo Pérsico y la situación en países como Siria e Irak empeorará. El aspecto y el desarrollo de los acontecimientos de la línea de tiempo demuestran que la región se encamina hacia un futuro más conflictivo en lo sectario.

Considerando el desarrollo de los acontecimientos, la crisis del Mediterráneo Oriental se profundizará. Si a ello sumamos la creciente guerra sectaria en Irak, la situación de Irán, de Jordania, Arabia Saudita e Israel, todo indica que Oriente Medio puede arder en un futuro próximo.

La región es la más militarizada del mundo, los países de la zona están aumentando su gasto militar en vista de la intensificación de sus diferencias geopolíticas, económicas y religiosas. Si observamos el informe anual presentado por la Comisión de Naciones Unidas, la situación no es favorable en los últimos cuatro años. Lo más preocupante es que los actores principales allí, Irán y Arabia Saudita han entrado abiertamente en el negocio mundial de la guerra. Arabia Saudita tiene el cuarto mayor gasto militar del mundo. Riad está acumulando misiles modernos, tanques y armamento de alta tecnología. Teherán no le va en zaga con su programa balístico intercontinental y desde luego con su plan para desarrollar energía nuclear.

Como sea, independientemente del escenario que pueda tener lugar en el futuro, es poco probable que el proceso de cambio de las fronteras en Oriente Medio sea pacífico, especialmente teniendo en cuenta la cantidad de armas que los países de la región han comprado en los últimos años y el reverdecer de los movimientos yihadistas.

¿Como se construye liderazgo político?

Lo más relevante en política es como encarar y resolver los problemas colectivos que emergen de la propia política, para ello se requiere criterio profesional serio y responsable, nunca se construirá desde un ingenuo talante de aficionado. Hacer política es jugar en las grandes ligas, sea en Oriente Medio o en cualquier región del planeta. No es para amateurs que juegan un rato a la discusión política bar. Y cuidado, no estoy hablando de una casta de políticos profesionales. Estoy hablando de la calidad del trabajo político.

Las sociedades necesitan profesionales de la política. Con actitud, ética, formación y siempre aprendiendo. Profesionales en el mejor sentido de la palabra. Y esto es algo que no ha sido una oferta abundante en la comunidad internacional en los últimos 40 años, de allí que la resolución de conflictos sea cada vez más dificultosa.

La mejor herramienta para construir liderazgo político es contar con una idea poderosa y ceñirse a ella. Pero la tentación siempre es la contraria: trabajar con muchas ideas o eso de que cuantas más sean mejor, en el complejo mundo de hoy es un serio error. Porque la atención de las personas es el bien más escaso y más preciado. Y para captarla es esencial trabajar las múltiples dimensiones de una sola y poderosa idea. Esto vale en cualquier terreno, no solo en el campo político. De hecho, hay que tener como marco no solo a Maquiavelo sino también a Freud.

Lo que se debe hacer cuando se necesita del marketing político o de la comunicación política no es preguntarle a Google, aunque te dará muchas respuestas, y valiosas por cierto. Lo que debes hacer es consultar a un profesional, y si me preguntas a mí, las respuestas serán más humanas, más científicas, más reflexivas y personalizadas. Simplemente porque la respuesta no corre a cargo de una inteligencia artificial sino de un consultor político con algunas décadas de experiencia y con una modalidad particular de enseñanza que facilitara nada más ni nada menos que una idea.

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