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| lunes diciembre 23, 2024

IUD TET KISLEV –19 DE KISLEV


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El diecinueve de Kislev celebramos el «Rosh HaShaná del Jasidut». En esta fecha, en el año 1798, liberaron al fundador del movimiento jasídico Jabad, Rabí Schneur Zalman del Liadi (1745-1812), de la cárcel en la Rusia zarista. Más que una liberación personal, éste fue un acontecimiento bisagra en la historia de los jasidim, anunciando una nueva era en la revelación de la faceta interna de la Tora.

La difusión pública de las enseñanzas de jasidut había comenzado dos generaciones antes. El fundador del movimiento jasídico, Rabí Israel Baal Shem Tov (1698-1760), reveló a sus discípulos el alma mística de la Torá que había sido previamente de acceso exclusivo de los Cabalistas selectos en cada generación. Este trabajo fue continuado por el discípulo del Baal Shem el Tov, Rabi DovBer, el «Maguid de Mezritch» —quién también está conectado profundamente con la fecha del «19 de Kislev»: En este día en 1772, 26 años antes de la liberación de Rabí Schneur Zalman de la prisión, el Maguid retornó su alma al Creador. Antes de su fallecimiento, dijo a su discípulo, Schneur Zalman: «Este día es nuestro Iom Tov (festividad)»

Rabí Schneur Zalman fue mucho más allá que sus precursores, llevando estas enseñanzas a segmentos más amplios de la población judía de Europa Oriental. Más perceptiblemente, Rabi Schneur Zalman enunció la filosofía de «Jabad» —una filosofía y sistema de estudio, meditación, y refinamiento de carácter que hizo a estos conceptos abstractos, racionales, comprensibles y prácticamente aplicables en la vida diaria.

En sus años de formación, el movimiento jasídico era objeto de fuerte, y a menudo feroz oposición de rabinos reconocidos y laicos. Incluso dentro de la comunidad Jasídica, numerosos contemporáneos y colegas de Rabi Schneur Zalman sentían que él «había llegado demasiado lejos» en la popularización del alma hasta ahora oculta de la Torá.

En el arresto de 1798, los cargos incluían, que sus enseñanzas y actividades amenazaban la autoridad imperial del Zar, y fue encarcelado Rabí Schneur Zalman en una fortaleza en una isla en el río Neva en Petersburgo. En los interrogatorios, le obligaron a que presentara a los ministros del Zar las bases del judaísmo y explicara varios puntos de la filosofía y la práctica Jasídica. Después de 52 días, fue exonerado de todos los cargos y liberado.

Rabí Schneur Zalman vio estos acontecimientos como un reflejo de lo que ocurría arriba. Vio su arresto como el eco terrenal de una acusación Divina contra su revelación de los secretos íntimos de la Torá. Y vio su liberación como una absolución en la corte Divina. Después de su liberación el 19 de Kislev, redobló sus esfuerzos, diseminando sus enseñanzas en una escala mayor.

El 19 de Kislev, por lo tanto, marca el «nacimiento» del jasidismo: el punto en el cual fue permitido emerger de la matriz del «misticismo» hacia la luz del día, crecer y convertirse en parte integral de la Torá y la vida judía.

Aieka ¿Dónde estás?

Por Gabriel Amar

Aieka es una pregunta. Quiere decir, en el hebreo bíblico, dónde estás. Y es la primera pregunta que le hizo Di-s al primer hombre.

En el frio pasillo en penumbras se oye el sonido de unas botas militares acercándose, y unos segundos más tarde entra en el apenas iluminado recinto un ministro del Zar. Los carceleros tiemblan, y se acomodan como pueden las raídas camisas.

Sin embargo, el ministro ha fijado la vista desde que entró, en el único hombre que ha permanecido impasible en ese lugar. Su rostro, que denota una sólida paz interna, se ve adusto, pero calmo. Es un anciano con una gran barba gris que desciende por su pecho otorgándole un aspecto de gran majestad. Es un Rebe, un lider espiritual de cientos de miles de judíos, quizás millones, alrededor del mundo. Está preso por difundir Torá públicamente en cada rincón del territorio de la Rusia zarista. Lo han acusado, incluso, de enviar dinero a los turcos, para apoyar una insurrección contra el imperio Ruso.

No es la primera vez que el ministro lo visita. Di-s, misteriosamente, ha hecho de este hombre un aliado secreto del Rebe.

«Vengo a hacerle una pregunta al Rebe»- rompe el silencio con un tono respetuoso, desviando la mirada hacia el suelo.

«Haga su pregunta, que con la ayuda de Di-s intentaré responderle», dice el Rebe. El ministro es un entusiasta estudioso de los textos bíblicos, y ya tuvo oportunidad de reconocer, en conversaciones anteriores, a este Rabino como un erudito de inigualables conocimientos en la materia.

«Rebe», dice finalmente, «Hay un punto en particular en el Pentateuco, al cual no he hallado respuesta, y por más que he consultado con los más grandes eruditos de nuestro tiempo, aún no he encontrado una explicación que me satisfaga. En el libro del Génesis se narra que luego que Adán pecó, por comer del árbol del Conocimiento, en contra del mandato Divino, él y su mujer notaron que se encontraban desnudos, y por esa razón se escondieron, temiendo que Di-s los descubriera y los castigara. En el texto bíblico dice que Di-s paseaba por el Jardín del Edén, y no viendo a Adán, El preguntó: “¿Dónde estás?”

Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo puede ser que Di-s no sepa dónde está cualquiera de sus criaturas a cada instante, y en cualquier lugar en que se encuentren?» Terminó el ministro.

El Alter Rebe le dijo al ministro del Zar:

«¿Cree usted que la Torá es eterna, inmutable y aplicable indistintamente en todos los tiempos y a todas las circunstancias?»

«¡Sí, lo creo!» Respondió el ministro.

“Entonces, debe saber que la pregunta de D-s es una pregunta que El hace en todos los tiempos, a cada generación y a cada hombre. Lo que Di-s, le estaba preguntando a Adam, es dónde se encontraba con respecto a su lugar en la vida, su situación frente a Di-s. Lo que Di-s quería que Adam se viera obligado a responder es qué había hecho para refinarse a si mismo, y para refinar el mundo que le tocaba vivir. ¿Aieka?, dice en la lengua Sagrada, al principio del Libro del Génesis, ¿Dónde estás? Esa fue la primer pregunta de Di-s a Adam, el primer hombre, y por supuesto a Javá, la primera mujer.

Exelencia, usted tiene tantos y tantos años, tantos meses y tantos días (dijo el número correcto), tiene hijos, tiene fortuna, y tiene todo lo que desea. Es importante. ¿Pero qué ha hecho usted de su vida? Usted tal vez piensa que ha llegado muy lejos, pero ¿se ha preguntado a sí mismo dónde se encuentra en su relación con el Creador, qué ha hecho con los años, los días, los segundos que Hashem le ha dado de vida, y qué hará con el tiempo que aún le resta de vida sobre este mundo, el bien que hizo, y el bien que le queda por hacer? Y esta es la pregunta que cada ser humano debe hacerse a sí mismo: ¿Dónde estoy? ¿Aieka? ¿Qué he hecho para mejorar la porción de mundo que me toca, y para mejorarme a mí mismo… para cumplir con el cometido de mi vida sobre la Tierra? (www.es.chabad.org)

 

VAISHLAJ

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Iaacov vuelve a la Tierra Santa luego de veinte años de vivir en Jaran, y envía ángeles emisarios a Eisav con la esperanza de lograr una reconciliación; pero sus mensajeros reportan que su hermano está en camino hacia él con 400 hombres armados. Iacov se prepara para la guerra, reza y envía un gran regalo a Eisav (que consistía en cientos de ovejas camellos, y vacas) para calmarlo.

Esa noche, Iaacov lleva a su familia y posesiones a la otra orilla del río Iabok. Sin embargo él, queda del otro lado y encuentra un ángel que personifica el espíritu de Eisav, con quien lucha hasta el amanecer. Iaacov sufre de una cadera dislocada, pero derrota a la criatura superna, quien le da el nombre de Israel, que significa “aquel que prevalece por sobre lo Divino”.

Iaacov y Eisav se encuentran, abrazan y besan, pero se separan. Iaacov compra un terreno cerca de Shjem, cuyo príncipe, también llamado Shjem, rapta y viola a la hija de Iaacov, Dina. Los hermanos de Dina, Shimón y Levi, vengan la desgracia matando a todos los habitantes masculinos de la ciudad, luego de dejarlos indefensos al convencerlos de circuncidarse.

Iaacov continúa su viaje. Rajel muere mientras daba a luz a su segundo hijo, Biniamín, y es enterrada al lado del camino cerca de Betlejem. Ruvén pierde los méritos de su primogenitura porque interfiere con la vida marital de su padre. Iaacov llega a Jevrón, a su padre Itzjak, quien más tarde muere a los 180 años (Rivka fallece antes de la llegada de Iaacov).

Nuestra sección concluye con un recuento detallado de las esposas de Eisav, hijos y nietos, y las historias familiares de la gente de Seir, entre quienes Eisav vive.

TENGO MUCHO — TENGO LO QUE NECESITO

 

“Tengo mucho, hermano mío –dijo Esav–. Que lo que es tuyo siga siendo tuyo”.

“Dios ha sido benévolo conmigo, y tengo todo [lo que necesito]”

Esav afirmó tener mucho, Iaakov dijo que tenía todo lo que necesita.

Aparentemente estas dos declaraciones son similares, pero no es así.

Esav tiene mucho, pero todavía le falta para tener lo que necesita, quiere más y más, sin límite.

Iaakov tiene lo que necesita, sabe que Di-s cubrió, cubre y cubrirá todas sus necesidades.

Para el primero la vida es esforzarse por obtener todo lo posible de este mundo, todos sus placeres, sus riquezas, y si para eso debe matar, robar y engañar, no importa. ¡¡¡TENGO MUCHO PERO QUIERO MAS!!!

Para el segundo la vida es reconocer que todo viene de Di-s y todo lo que Él envía es lo que realmente necesitamos. ¡¡¡DI-S EN SU INFINITA BONDAD VA A PROVEER PARA TODAS MIS NECESIDADES!!!

¿Por qué Eisav odia a Iaacov?

Por Yanki Tauber

En Génesis 33:4, la Torá nos cuenta sobre un beso: después de treinta y cuatro años de que Iaacov había huido de la ira de su hermano, y de que Eisav nunca dejó de querer matarlo, Eisav tiene un cambio de actitud. Cuando ve que Iaacov se acerca, corre hacia él, lo abraza y lo besa.

Pero la palabra vaishakehu, «y él lo besó», tiene una línea de puntos sobre la palabra, que es la manera que tiene la Torá de decirnos que éste no era un beso normal. ¿Qué fue lo anormal de este beso? Bien, el Midrash cita dos interpretaciones. Uno es que la Torá está diciéndonos que no era un verdadero beso–Eisav realmente estaba intentando matar a Iaacov mordiendo su cuello. La otra interpretación es que Eisav besó a Iaacov con todo su corazón, eso es lo anormal de ese beso, ya que «nosotros sabemos por ley que Eisav odia a Iaacov.»

De cualquier manera que lo miremos, la verdad es que Eisav odia a Iaacov. No importa lo que Iaacov haga, Eisav lo odia. Si Iaacov lo apacigua, le da regalos, actúa como un hermano haría, Eisav lo odia aun más. ¿Por qué?

¿Por qué Eisav odia a Iaacov? Primero deberíamos preguntar: ¿Por qué existe Eisav? ¿Por qué hay maldad en nuestro mundo? ¿Por qué hay odio y oscuridad? ¿Qué habría de mal en un mundo hecho sólo de bondad, amor y luz?

El mal existe porque es tanto más poderoso que la bondad. ¿Hay algún enamorado en este mundo que ame con la misma intensidad que alguien que tiene odio? ¿Hay una luz tan intensa como la densa oscuridad? ¿Ha habido alguna vez un acto de bondad realizado con la misma fuerza y el vigor que un acto de crueldad?

Es por eso, dicen los cabalistas, que Di-s creó el mal. La oscuridad existe para que pueda transformarse en luz, resultando una luminancia infinitamente mayor a la que la luz misma pueda crear. La crueldad se implanta en el corazón de hombre para que podamos aprovechar su intensidad y crear actos de bondad infinitamente más potentes a los que la bondad misma pudiera crear. El mal existe para ser explotado por la bondad.

El alma de Eisav sabe esto–que él existe sólo para servir a su hermano menor. No importa cuán ferozmente Eisav se resista a esta verdad, esta ferocidad será en última instancia la de Iaacov.

Es por ello que Eisav odia tanto a Iaacov: porque sabe que su odio no es propio. (www.es.chabad.org)

 

«Y cuando los vio, corrió a su encuentro» (Bereshit 18:2)

«Recibe a cada persona con semblante alegre», declaró Shamai, la gran Sabio de la Torá. Aun cuando uno da todos los tesoros del mundo a otro, si su rostro está enfadado, es considerado como si no le hubiese dado nada. Por otro lado, si una persona recibe y saluda a su compañero de manera amistosa, aun cuando no le haya dado nada, es considerado como si le entregó una gran fortuna.

 

 
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