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| lunes diciembre 23, 2024

El legado final de Obama: Matar el proceso de paz.


 

Traducción para PorIsrael.org: Marcelo Piwnica

Se puede hacer un fortísimo caso a la decisión del Presidente Barack Obama que permitió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la promulgación de la Resolución 2334, muy dañina para Israel. Por apoyar la narrativa antiisraelí que cada metro cuadrado del territorio capturado por Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967, incluyendo el Barrio Judío en el este de Jerusalén y el Muro de los Lamentos, son ‘’territorio palestino ocupado’’ y que la presencia de los judíos en esas áreas es una ‘’flagrante violación a la ley internacional’’, Obama no tiró solamente a los colonos de Cisjordania a los lobos sino que tiró a todo Israel…

Si una compañía láctea de Tel Aviv, por ejemplo, vende sus quesos cottage a los judíos en el este de Jerusalén… ¿Eso hace que su empresa sea cómplice de un crimen? Y, si un judío vive en la Ciudad Vieja ¿Puede ese judío ser arrestado y juzgado en cortes de justicia internacionales?

Yo se que suena absurdo. Pero cuando vemos el veneno antiisraelí salpicado por movimientos como el de Boicot, Desinversión y Sanciones, nos sorprenderá ver perseguir a judíos israelíes en las cortes criminales internacionales con el arma letal de la Resolución 2334 firmemente sostenida en sus manos.

Esa resolución es el arma que Obama proveyó a los enemigos de Israel. Sería tonto pretender que no la van a usar.  Así que, permitiendo la promulgación de esta resolución es dañina para Israel y es un vergonzoso acto final de un presidente que dijo que contaba con el apoyo de Israel.

Pero es vergonzosa y trágica por otra razón también, porque virtualmente liquidó el proceso de paz.

Por apoyar una resolución que efectivamente transforma a Israel en un estado ‘’fuera de la ley’’, Obama eliminó todos los incentivos de los palestinos para negociar, no solo adoptar compromisos. En otras palabras… Si el aliado número uno de Israel decidiera que 550.000 judíos israelíes están ocupando ilegalmente ‘’territorio palestino’’, ¿Qué tienen allí los palestinos para negociar?.

Lo que muchas veces ‘’pasamos de largo’’ es que resoluciones previas de las Naciones Unidas y acuerdos internacionales y bilaterales no pusieron a Israel en un lugar que permitiera tener mucho margen para negociar entre las partes.

Se puede empezar en 1922 con el Mandato Palestino de la Liga de las Naciones, el cual como documentara Evelyn Gordon en Commentary, ubicó todo lo que es hoy Israel, Cisjordania y Gaza como el ‘’Hogar Nacional Judío’’, un derecho que fue legalmente preservado por el artículo 80 de la Carta Fundacional de las Naciones Unidas.

Pero aunque rechacemos esos derechos de 1922, está la venerable Resolución 242 del Consejo de Seguridad que siguió a la guerra de 1967. Esa resolución, que las dos partes han mencionado insistentemente por décadas como la base de sus negociaciones, fue especialmente redactada para permitir a Israel la posesión de partes del territorio disputado y capturado durante la guerra, haciendo referencia a ‘’fronteras defendibles’’  requiriendo la retirada israelí solamente de territorios capturados, no ‘’los territorios’’ sino ‘’todos los territorios’’.

También los Acuerdos de Oslo de 1993, ponen a ‘’Jerusalén’’ y a los ‘’asentamientos’’  como ‘’asuntos que van a ser negociados en el permanente estatus negociador’’. El punto es: si pensaron que los asentamientos eran legales o no, los intervinientes en el proceso  fueron lo suficientemente sabios para permitir a Israel un alivio y cierta movilidad en la habitación de las negociaciones.

La Resolución 2334 caracteriza burdamente a Israel como un país ladrón y no hace ninguna distinción entre los puestos fronterizos ilegales en el Muro de los Lamentos, lo cual le quita a Israel la flexibilidad negociadora.

El mismo Obama, en el comienzo de su mandato, no dejo ninguna flexibilidad negociadora y fue igualmente crudo cuando demandó que Israel congelara cada ladrillo de la construcción en el territorio post-1967, incluidos los  lugares de los asentamientos y el  Barrio Judío. Desde ese entonces ningún gobierno pudo cumplimentar tan draconiana medida. El movimiento de Obama congeló el proceso de paz por la disminución en la negociación y dio a los palestinos la  perfecta excusa para no asistir de las conversaciones de paz.

Con su  fallo de vetar la Resolución 2334, Obama cerró el círculo. Su draconiana demanda de hace ocho años está  hoy consagrada el salón más sagrado de las Naciones Unidas. El se debe haber convencido a si mismo que estaba mostrando ‘’un amor rudo’’ pero la realidad es que Obama dio poder a los enemigos de Israel, arrancó a Israel su amplitud negociadora y premió a los palestinos por su intransigencia.

Es en las alturas de la viveza (jutzpah) que el Secretario de Estado ahora da clases a Israel de la importancia de negociar la ‘’solución de dos estados’’. Es como decir: ’’ Les hemos sacado todas las ventajas negociadoras así que vayan y hagan un trato’’.

Esto es porque algunos de mis amigos pro-Israel que votaron a Obama están enormemente desilusionados. Ellos pueden estar en contra de los asentamientos israelíes pero fallan también en ver como este golpe ayudará a Israel. Ellos ven solo daño, daño al proceso de paz y daño al legado de Obama como amigo de los judíos.

*David Suissa. Presidente de TRIBE Media Corp./Jewish Journal

http://www.jewishjournal.com/david_suissa/article/obamas_fatal_legacy_killing_the_peace_process

 

 
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