En el año 2008 se descubrió en Jamaica un cementerio judío abandonado. En muchas de las lápidas no solo se encontraron textos en hebreo, sino también calaveras y huesos: símbolos piratas. Hay veces en que en nuestra mente dos mundos se encuentran tan diferenciados en tiempo y forma que nos es difícil relacionarlos. ¿Alguien se imagina un mundo de piratas judíos? Batallas navales, saqueos marítimos, parches en el ojo, comida kasher y kabalat shabat. Suena hasta ridículo, pero ese mundo existió realmente.
Luego del Edicto de Expulsión de los judíos de España en 1492, las corrientes migratorias tuvieron diferentes destinos, en su mayoría otros países europeos. Pero algunos pocos optaron por comenzar una vida nueva en el mar, y no de casualidad. El desarrollo ibérico de la navegación estuvo plagado de “ayuda judía”. Por ejemplo, los inventos o descubrimientos de la escuela cartográfica mallorquina, denominación con la que se conoce al grupo de cartógrafos y fabricantes de instrumentos de navegación, todos ellos judíos, que trabajaron en la zona de Mallorca durante los siglos XIII, XIV y XV. También vale destacar los aportes del portugués Abraham Zacuto en asuntos de historia y astronomía.
Este conocimiento marítimo generó la incorporación de ciertos personajes a las flotas musulmanas anti-cristianas del Mar Mediterráneo, a modo de venganza contra los españoles inquisidores. Uno de ellos era el judío Sinan Reis, quien navegó bajo la orden del almirante otomano Jeireddín Barbarroja entre los años 1520 y 1540 aproximadamente, y cuya estrategia dio la victoria a los otomanos en la batalla de Préveza en 1538. Caso similar es el de Samuel Pallacci, aunque este con un puesto naval más diplomático que guerrero. Ambos eran hijos de judíos expulsados de la península ibérica por la Inquisición, que utilizaron sus conocimientos como método de venganza hacia los inquisidores.
Batalla de Préveza, según Ohannes Umed Behzad (1866)
Pero los que realmente causaron estragos en la zona del Caribe fueron los descendientes que residieron en la zona de Jamaica. Desde el Siglo XVI encontraron el negocio en interceptar y saquear los barcos españoles que comerciaban metales preciosos entre las islas caribes y Europa. Entre los más famosos se encuentra Yaakov Koriel, quien fuera comandante de navío para el reino de España hasta su expulsión por la Inquisición, cuando se convirtió en tres barcos piratas en la zona del Caribe. Luego de algunos años abandonó la actividad, emigró a Tzfat y se convirtió en alumno de Rabi Isaac Luria. Otro nombre destacado es el de Moises Cohen Henriques, quien partiendo desde las costas de Brasil capturó más de 500 navíos españoles. Una lista más completa con nombres y datos de piratas judíos de la época puede ser encontrada aquí.
Lo curioso es que estos piratas judíos encontraban en estas aguas sin ley un lugar ideal para expresar orgullo por sus orígenes: así se demostraba en nombres de barcos como “La Jerusalem”, “La Reina Esther”, “El Escudo de Abraham” o “Samuel el profeta”. La comida del barco era kasher y, por supuesto, no se atacaban otros barcos en Shabat.
La isla de Curazao, 50 kilómetros al norte de Venezuela, fue refugio de muchos judíos sefaradíes expulsados, en especial de Portugal. En los libros de registros de la comunidad “Mikve Israel
Yo «sopesaria» varias veces antes de publicar en estos momentos articulos sobre los «Piratas» Judios.