El repliegue militar y político del complejo escenario mesoriental decretado por laAdministración Obama ha hecho que el grueso del esfuerzo de la lucha contra el terrorismo yihadista se esté llevando a cabo en la dirección equivocada. Las decisiones del equipo deDonald Trump en Siria e Irak no han cambiado de manera sustancial esta circunstancia, y a pesar de que el Estado Islámico (EI) está cerca de perder sus últimos bastiones, la amenaza terrorista contra Occidente no va a desaparecer. De hecho, lo más probable es que la situación global empeore.
Eso es al menos lo que sugiere este informe del Institute for the Study of War (ISW), una organización estadounidense especializada en asuntos militares que lleva años analizando las decisiones de la Casa Blanca en Oriente Medio. Los expertos de esta institución vaticinan laderrota de EEUU en los dos principales conflictos de Oriente Medio (Siria e Irak), a menos que modifique de manera radical su actual estrategia. Veamos por qué.
El primer error de bulto fue demorar la intervención militar cuando surgió el EI y no atacar al grupo terrorista antes de que conquistara amplios territorios en Siria e Irak y consolidara su poder en Raqa y Mosul.
Si EEUU hubiera ayudado a iraquíes y sirios a retomar Raqa y Mosul rápidamente en 2014, el EI podría haber colapsado. Recuperar esas ciudades tres años más tarde sin un plan viable para lo que venga a continuación no tendrá el mismo resultado. (…) El Estado Islámico mantiene otros territorios [en Siria e Irak]. Y, lo que es más importante, mantendrá la capacidad de penetrar en las comunidades árabes suníes que permanecen bajo asedio incluso después de que caigan sus bases más importantes. El Estado Islámico está además (…) transformando su idea de un califato físico a una comunidad virtual y organizada que persiga [sus] objetivos independientemente de la organización [central]. Derrotar al EI en Irak y Siria puede que no sea suficiente para acabar con él (…)
Los expertos del ISW aseguran, además, que la principal amenaza para Occidente no es el EI, sino Al Qaeda. La red terrorista creada por Ben Laden está aprovechando la circunstancia de haber quedado fuera del foco principal de las acciones militares lideradas por EEUU, lo que le ha permitido crear un potente ejército en el norte de Siria, listo para convertirse en la referencia del yihadismo mundial en cuanto los reveses en el campo de batalla acaben con la hegemonía del EI.
Pero el error más grave de Obama, en el que el estudio del ISW coincide con no pocos analistas, fue su política entreguista y apaciguadora ante Rusia e Irán.
Los flagrantes crímenes de guerra que tales regímenes [el ruso y el iraní] han cometido en Siria han radicalizado a las comunidades árabes suníes, capturadas y controladas por el EI y Al Qaeda. La comunidad árabe suní –fundamental para la derrota definitiva del yihadismo salafista– ahora percibe a EEUU como cómplice en la campaña ruso-iraní para destruirla.
El ISW destaca otras consecuencias perniciosas de este entendimiento de Obama con Moscú y Teherán:
Rusia e Irán están construyendo un orden regional basado en sus intereses compartidos a corto plazo (…) Esa situación niega a América la libertad de proteger sus propios intereses. La coalición ruso-iraní hará más difícil para EEUU responder a las amenazas terroristas contra sí, defender a aliados clave como Israel y asegurarse el acceso completo a las rutas comerciales de las que depende su economía.
El informe incluye recomendaciones a la Administración Trump en caso de que quiera cambiar el curso de la guerra contra el terrorismo en Oriente Medio, y pone el énfasis en que se cuente con las poblaciones árabes suníes de la zona, sin cuyo concurso la derrota del EI y Al Qaeda es prácticamente imposible. Esta alianza estratégica serviría también para contrarrestar la creciente expansión del poderío de Moscú y Teherán en la región.
Dios es perfecto y nada se mueve sin la voluntad de Dios aunque no lo entendamos en este momento