La larga experiencia de Israel en la lucha contra el terrorismo ha llevado a entender que el terrorismo es una estrategia que representa una amenaza significativa para la seguridad nacional de Israel, aunque la mayoría de las veces se presenta como una acción de baja intensidad con daños e impacto limitados. Este entendimiento fue adoptado gradualmente luego de un largo período de tiempo, a través del cual Israel actuó contra la amenaza como si se tratase de una amenaza estratégica pero trató de convencerse a sí misma que no lo era. Durante muchos años, en especial mientras la amenaza militar convencional de los ejércitos árabes desafiaba su supervivencia, Israel se refirió al terrorismo como una amenaza menor y utilizó el término eufemístico “amenaza a la actual seguridad” para conceptualizarlo.
Imagen: Manifestación anti-sionista en Jerusalén 1920. Letreros denunciaron la inmigración judía y proclamaron que “Palestina es parte de Siria”. (Biblioteca del Congreso)
Desde el punto de vista de seguridad nacional, la batalla contra el terrorismo es ante todo una batalla de aprendizaje. Los resultados de esta batalla dependen de la calidad del aprendizaje en ambos bandos. Cuanto más rápido comprendamos la forma de pensar del otro bando y los derivados operativos y tácticos de los cambios que este puede adoptar como resultado de los cambios en el marco en el que se desarrolla la batalla y su comprensión de los cambios en nuestra estrategia, mejor. Que el aprendizaje ofrece mayor posibilidades, facilita que podremos cambiar nuestro comportamiento de una manera que minimice las expectativas del enemigo con el propósito de avanzar sobre el nivel estratégico y, finalmente, convencerlo que renuncie al terrorismo como una forma de lograr sus objetivos estratégicos. Incluso puede llevar al enemigo a reevaluar la validez de esos objetivos. Estos son nuestros objetivos estratégicos en la lucha contra el terrorismo.
Obviamente, los conflictos en los que una de las partes opta por emplear el terrorismo como forma de acción son largos y prolongados y los cambios en la estrategia y en los objetivos estratégicos son las así llamadas últimas opciones. Sin embargo, es posible convencer al enemigo que cambie su política y tal vez incluso sus objetivos estratégicos. Israel logró varias veces llevar a los palestinos a la conclusión que debían cambiar su política respecto al terrorismo, pero aún no han sido exitosos en su intento por convencerlos que lo abandonen como forma de acción preferida y que modifiquen sus objetivos estratégicos.
Estudiar el terrorismo palestino comparado al sionismo, el movimiento nacional judío, nos permite aclarar sus metas, naturaleza y su estrategia a fin de lograr alcanzarlas. El terrorismo palestino comenzó a principios del siglo XX y tuvo como base el rechazo total de la existencia de un “pueblo” judío y sus relaciones históricas con la Tierra Santa. El objetivo era y seguiría siendo la desaparición del sionismo (el propio Abu Mazen escribió un libro titulado “Sionismo – Desde el Inicio a su Desaparición”) sembrando miedo en los corazones de los sionistas. Los objetivos árabes eran mostrar la inseguridad de los judíos en esta tierra en disputa a fin de convencerlos que su esfuerzo está condenado y también plantar dudas en la mente de los sionistas y sus aliados en Occidente sobre sus derechos y la justificación de su narrativa.
Imagen: Autos judíos atacados y destruidos, 1936. (Biblioteca del Congreso)
El esfuerzo terrorista en contra del sionismo fue presentado, ambos, como parte de la guerra cultural y civil islámica contra la cultura occidental y como una lucha por la libertad en contra de una entidad colonialista. Ambos argumentos nacionales y religiosos fueron utilizados para justificar el intento de atacar a los sionistas, civiles y a personal de seguridad y programar las mentes de los palestinos a que apoyen el terrorismo y lo ejecuten cuando se les pida o cuando se espere que lo hagan.
Con base en este entendimiento, queda claro que la respuesta estratégica a la amenaza del terrorismo fue y sigue siendo la capacidad de convencer al terrorista de que su forma de actuar es inútil. Los sionistas/israelíes tienen que demostrarle a sus adversarios que están decididos a continuar construyendo y protegiendo su proyecto, el democrático estado-nación del pueblo judío; de que creen profundamente que el sionismo es justificado y a la vez justo; que los valores que representan son nobles y dignos de defender y de luchar; y que gozan del apoyo internacional para su causa. Al mismo tiempo, los sionistas/israelíes tienen que demostrar que pueden encontrar maneras de minimizar el daño infligido por el terrorismo y en este contexto debilitar las capacidades de los terroristas.
Un motivo más profundo y malvado para el terrorismo
Los palestinos no sólo utilizan el terrorismo como un medio de acción importante en esta batalla, sino que su utilización es por sí misma una manifestación deliberada de la diferencia cultural que desean enfatizar. Al utilizar el terrorismo, sus defensores y perpetradores tratan de transmitir el mensaje que no serán disuadidos de esta política hasta que logren su objetivo, porque en su cultura, en contraste con la cultura occidental e israelí, la vida no es un valor sagrado. El honor y el sacrificio lo son y por lo tanto, las leyes internacionales, basadas en los valores occidentales, no aplican a estos.
Esta lógica se traduce en consignas tales como “Buscamos una muerte (honorable) más de lo que ustedes buscan la vida” y referirse a Israel simplemente como una “telaraña” fácilmente resquebrajada. De hecho, aunque se supone que esta retórica representa los valores de una cultura que promueve el terrorismo como sacrificio sublime por una causa noble, justificando el asesinato indiscriminado de civiles inocentes, la realidad es que la sociedad que se espera apoye esta política está mucho menos decidida a hacerlo. Cuando el público se da cuenta que las consecuencias de esta política impiden alcanzar otros objetivos, tales como un mejor nivel de vida, se plantean preguntas. Estas tensiones inherentes causan repetidas frustraciones que a veces pueden traducirse en un cambio de política, al menos temporalmente.
El aprendizaje efectivo del movimiento sionista y luego por Israel y el espíritu decidido de los sionistas hizo posible que Israel superara las repetidas olas terroristas y muchas veces les negara a los palestinos una victoria estratégica. En ocasiones, los palestinos lograron alcanzar metas internas cuando se enfrentaron a un liderazgo israelí débil, a una comunidad internacional ingenua y mal informada y a un desajuste entre la meta palestina de eliminar el sionismo y el deseo impulsivo sionista de hacer la paz prematuramente con los árabes, incluyendo a los palestinos.
Como resultado, los palestinos todavía consideran el terrorismo como una herramienta vital y exitosa para avanzar hacia sus metas a largo y mediano plazo. Sin embargo, mientras que hasta 1974 estos presentaron el terrorismo como la única forma de “liberar a Palestina”, desde entonces algunos palestinos estaban dispuestos a agregar otras formas de acción, incluyendo las negociaciones diplomáticas. Estos adoptaron un vocabulario de paz, usualmente para su uso externo, dentro del contexto de su “Paradigma de Dos Fases”.
El desequilibrio entre los grupos terroristas e Israel (o cualquier objetivo terrorista estatal occidental) se refleja, entre otras cosas, en las diferentes maneras en que estos ven el éxito o los fracasos operacionales y estratégicos. Los terroristas pueden ver el éxito como la mera ejecución de un acto terrorista que posee un impacto, independientemente del éxito de los ataques en infligir bajas a su enemigo. Por supuesto, estos se dan cuenta que más daño significa mayor impacto y que si logran superar a su enemigo, obtendrán puntos estratégicos adicionales. Israel (o cualquier otro estado occidental), por otra parte, tiene que fijar como objetivo operativo el prevenir todo ataque terrorista. Esto puede distorsionar el significado de victoria en las continuas guerras terroristas y antiterroristas que Israel ha combatido. El simple éxito de los terroristas en perjudicar a Israel y sobrevivir a la reacción israelí es presentado por los terroristas como una victoria divina, mientras que Israel trata la perpetración de cualquier ataque como un fracaso táctico u operacional.
Israel juzga los resultados sobre el nivel estratégico: ¿Forzó Israel su voluntad sobre los terroristas o viceversa y logró Israel sus objetivos en esta confrontación específica? El éxito es evaluado en si Israel pudo restablecer una disuasión, tranquilizó a sus ciudadanos sobre su seguridad a largo plazo, logró un largo período de calma entre ataques terroristas y a veces, en si los terroristas se vieron obligados a cambiar por completo su estrategia. En la mayoría de los casos, Israel fue capaz de alcanzar los objetivos fijados y puede considerarse o verse a sí misma como victoriosa, incluso si sufriese numerosos ataques terroristas. La “competencia de aprendizaje” es altamente relevante para las siempre cambiantes tácticas operacionales que las organizaciones terroristas palestinas y libanesas utilizan contra Israel. Cada vez que un grupo terrorista adopta una determinada táctica como forma principal de actuar, Israel busca una manera de defenderse a si misma contra el desafío específico y obliga a sus enemigos a renunciar a ello. Por regla general, los terroristas tardan en desarrollar nuevas tácticas y toma un tiempo adicional para que Israel desarrolle una acción contraria. Para enumerar algunos de los elementos de este fenómeno en espiral, uno puede señalar los ataques de las bandas árabes contra los centros judíos en 1929 y la Gran Revuelta Árabe de 1936-1939 contra los británicos y los judíos que condujeron al fortalecimiento de las fuerzas de seguridad sionistas; los ataques Fedayun a través de las fronteras en los años 50 que condujeron a las operaciones de represalia y al establecimiento de unidades especiales operacionales tales como la Unidad 101; la penetración de la frontera jordana a finales de los años 60’ que llevó a operaciones más allá de la frontera, que obligó a los jordanos a expulsar a la OLP en septiembre de 1970; Los intentos de infiltrarse en Israel desde el mar en los años 70’ y 80’ que condujeron a una mayor inversión en la armada israelí; y más tarde los atacantes suicidas durante la Segunda Intifada que fueron frustrados por la “Operación Escudo Protector” y la edificación del muro de seguridad y finalmente el lanzamiento de cohetes desde Gaza que llevó al desarrollo del sistema “Cúpula de Hierro”.
Imagen: Atentado suicida de Hamas a autobús en Jerusalén, 18 de abril, 2016. (Policía de Israel)
Aprender fue también la forma en que Israel desarrolló su práctica de combatir el terrorismo en una amplia variedad de aspectos que comprenden la estrategia integral de lucha contra el terrorismo: prevenir y frustrar los intentos terroristas, disuasión, reacción y capacidades de recuperación.
La prevención tiene como base los siguientes elementos:
- Inteligencia – Israel ha estudiado meticulosamente el comportamiento y la lógica que cultiva el pensamiento de los terroristas y su subsiguiente modus operandi. Como resultado, Israel desarrolló varias capacidades avanzadas en todos los aspectos de los servicios de inteligencia para hacerle seguimiento a las actividades de los terroristas, de manera que muchos intentos terroristas fueron prevenidos y frustrados con anticipación. Israel también comprendió, desde casi el principio, que como el terrorismo desprecia las fronteras nacionales, es necesario desarrollar una cooperación entre los diferentes servicios de inteligencia israelíes (aquellos que se ocupan de los servicios de inteligencia locales, los que recopilan inteligencia a nivel internacional y los servicios de inteligencia policial) a fin de fusionar toda la información relativa necesaria para prevenir los ataques terroristas. También se dio cuenta que esta cooperación debe ir más allá de los servicios de inteligencia nacionales israelíes y expandirse hacia los países extranjeros, incluyendo aquellos en países con los que Israel no mantiene relaciones diplomáticas. La recolección de inteligencia se realiza de acuerdo a las leyes, pero con prioridad dada a las necesidades de prevenir ataques que pueden amenazar vidas sobre privacidad cuando tal contradicción de valores suele aparecer.
- Protección – Israel ha desarrollado un conjunto altamente robusto de protocolos de protección, en la mayoría de los casos como resultado del proceso de aprendizaje tras las acciones de protección. Por ejemplo, tras los intentos de secuestrar aviones israelíes, Israel emprendió un plan de protección de alto nivel para sus aeropuertos y civiles que demuestran por si mismos ser capaces de disuadir y frustrar ataques terroristas. Lo mismo ocurre con la protección de los centros comerciales, las costas, las instalaciones israelíes y judías en todo el mundo y otros objetivos estratégicos. Por necesidad, Israel no se sintió intimidado a confeccionar y utilizar ningún tipo de perfiles en este contexto.
- Operaciones militares – Las operaciones militares desempeñan un papel importante en proteger la forma de los puestos de control, barreras y vallas de seguridad, permitiéndole a las FDI negarle la entrada a los terroristas. Además de eso, cuando se enfrentan a un peligro que no puede ser frustrado de otra manera, Israel realiza actividades militares con el fin de frustrar el intento terrorista, basado en los servicios de inteligencia que este reúne. Esto puede tomar la forma de arrestos cuando sea posible y ataques preventivos dirigidos cuando los arrestos no son posibles de realizar. Para la realización de tales operaciones militares, Israel ha desarrollado diversas capacidades, tales como municiones ligeras y precisas y unidades de soldados disfrazados que se asemejan a palestinos, cuando se realizan arrestos sin darles a los terroristas una alerta temprana. Una lección importante aprendida es que la presencia militar o el acceso a las áreas donde los terroristas preparan sus ataques es necesario y sin esta, la prevención se vuelve mucho más difícil.
- Los esfuerzos de los terroristas por mejorar sus capacidades no siempre pueden ser totalmente frustrados, pero Israel ha adoptado una política de intentar frenar, en la medida de lo posible, estos esfuerzos interviniendo proactivamente para negarle armas a los terroristas y otras capacidades. Esto ha llevado a varias operaciones en los territorios y más allá así como también el bloqueo naval en Gaza que les negó a los terroristas obtener armamento avanzado o les impidió la utilización de tales armas.
- Sensibilización del público – Todo israelí está siempre en alerta máxima a fin de advertir posibles amenazas terroristas y sabe lo que debe hacer una vez que reconoce la existencia de tal amenaza. Por ejemplo, un equipaje desatendido atraerá inmediatamente la atención de alguien.
La reacción tiene como base los siguientes elementos:
- Operaciones militares – Israel siempre está en alerta máxima a fin de tratar militarmente o a través de sus fuerzas policiales cualquier ataque terrorista. Las fuerzas de seguridad israelíes intervienen casi de inmediato y en muchos casos pueden salvar vidas. Israel ha desarrollado unidades especiales, capacidades y técnicas para asegurar que intervengan eficientemente. Pero Israel también utiliza sus servicios de inteligencia y capacidades militares para reaccionar de manera precisa contra los perpetradores y los que los envían o ayudan desde dentro de sus enemigos; Israel ha dejado muy en claro que ningún terrorista es inmune al castigo. Al mismo tiempo, Israel se esfuerza grandemente, mucho más allá que cualquier otro país, en tratar de asegurar que estas acciones militares causen un mínimo daño no intencional a personas no involucradas. (Véase el capítulo sobre ética).
- Reacción defensiva – Israel ha desarrollado una variedad de herramientas que le permiten reaccionar defensivamente una vez que es atacada por una organización terrorista. El ejemplo más famoso es el sistema de defensa antimisiles denominado Iron Dome (Cúpula de Hierro) que le permite interceptar cohetes y misiles dirigidos a esta.
- Actividad jurídica – La ley y el sistema jurídico israelí se ajustan a la necesidad de combatir el terrorismo y castigar a quienes incitan estas acciones terroristas o lo perpetran. También provee la base legal para las operaciones militares contra el terrorismo. Entre otras cosas, la ley, la cual tiene como base en gran medida la ley que prevaleció durante el mandato británico, le permite al gobierno proscribir a las organizaciones involucradas en el terrorismo. Las agencias de seguridad israelíes pueden retener temporalmente a sospechosos bajo detención administrativa si muestran pruebas respecto a su participación en actos terroristas en la corte perjudique las capacidades de inteligencia. Israel, por supuesto, se adhiere a las leyes internacionales pertinentes de los conflictos armados y al derecho humanitario (para un análisis más profundo sobre este aspecto, véase el capítulo jurídico de este escrito).
- Poder de adaptación – La capacidad de soportar un ataque terrorista o una campaña terrorista y recuperarse rápidamente es una característica altamente conocida de la sociedad israelí. Con una larga historia de ataques terroristas, los israelíes han llegado tristemente a darse cuenta que el terrorismo es parte de sus vidas y que a veces la prevención y reacción a ello no proveen seguridad total. Pero cuando tal situación ocurre, el gobierno y la población han ensayado muy bien los operativos y son capaces de mantener el orden y la rutina diaria razonable. El sistema educativo, la policía, los primeros en responder y el comando frontal nacional dentro del Ministerio de Defensa (cuando es necesario) han desarrollado conocimientos especiales en preparar a la población, aumentando sus niveles de resistencia y sistemas operativos que satisfacen las necesidades del público. Esto erosiona considerablemente el impacto estratégico del terrorismo.
- Disuasión – Dar forma al pensamiento del enemigo sobre la respuesta esperada al siguiente intento terrorista de una manera que convenza a los terroristas que se abstengan de llevarlo a cabo es siempre un objetivo crítico de la actividad israelí en la lucha contra el terrorismo. Por supuesto, todo lo que se mencionó anteriormente respecto a la prevención, reacción y resistencia son elementos que contribuyen en edificar la disuasión, pero además de éstos, el sistema de castigo posee un papel importante en disuadir al próximo terrorista. Recientemente Israel reanudó en este contexto la práctica de demoler las casas de los terroristas. La política también juega un papel importante en edificar la disuasión. El compromiso de no permitir que el terrorismo obtenga ganancias estratégicas es clave respecto a este y con muy pocas excepciones (especialmente en los acuerdos para la liberación de israelíes secuestrados) fue mantenido por los gobiernos israelíes.
Otro elemento importante en la estrategia global es el lidiar con la radicalización, tanto en su prevención como en la des-radicalización de los que ya fueron adoctrinados. Israel trata de movilizar a la comunidad internacional con el fin de presionar a los palestinos a que detengan su adoctrinamiento al odio y el programar las mentes palestinas desde edades muy tempranas con el propósito de apoyar y llevar a cabo actos de terrorismo. Israel trata, de vez en cuando, de presionar directamente a la Autoridad Palestina. También está tratando de convencer a las corporaciones internacionales en los medios sociales, tales como Facebook y Google, a que restrinjan el uso de la red para fines de incitación al terrorismo y cooperar con otros países occidentales sobre este contexto. Hasta ahora los resultados de todos estos esfuerzos son bastante marginales. Además de esto, Israel trata de permitir que los palestinos disfruten mejores niveles de vida basados en un supuesto dudoso que si los palestinos disfrutan de mejores condiciones de vida, estos estarán menos inclinados a adoptar posturas radicales y apoyen el terrorismo; estos incluso pueden adoptar una mejor opinión sobre Israel.
De hecho, no existen pruebas de que exista tal conexión. El adoctrinamiento al odio es mucho más profundo y tiene mucho menos que ver con lo que Israel realiza, pero con su propia existencia y con lo que este representa.
Sin embargo, recientemente Israel logró poner un alto a la radicalización de algunos jóvenes palestinos acercándose a ellos después de supervisar el inicio del cambio en su comportamiento en los medios de comunicación sociales e informándole a su familia sobre ello.
La acumulación de poderío por parte de Israel para combatir el terrorismo es parte integrante de su estrategia general. Además de construir unidades especializadas que han desarrollado prácticas especiales aptas para sus misiones específicas, un componente considerable en su capacidad para enfrentar las amenazas terroristas tiene como base su capacidad para desarrollar soluciones tecnológicas de vanguardia para sus diversas necesidades operacionales.
En resumen, la estrategia global por parte de Israel en combatir contra el terrorismo es un enfoque integral que se desarrolló a partir de continuos esfuerzos de aprendizaje. Comprender los objetivos y la estrategia del enemigo y el contexto en el que opera y ser lo suficientemente ágil como para adoptar rápidamente respuestas adecuadas basadas en soluciones anteriores, le permitió a Israel convertirse en un líder mundial en la lucha contra el terrorismo.
El General de Brigada (Ret.) Yossi Kuperwasser es Director del Proyecto sobre Desarrollos Regionales del Medio Oriente en el Centro Jerusalén. Anteriormente fue Director General del Ministerio de Asuntos Estratégicos de Israel y jefe de la División de Investigación de Inteligencia Militar de las FDI.
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