Por Israel


Defendemos un ideal no a un gobierno
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| viernes noviembre 15, 2024

Días de duelo, dolor, felicidad y reflexión


Estas páginas están dedicadas hoy al  nuevo aniversario de la independencia de Israel, y como tal, son festivas. Así las concebimos, así las preparamos desde hace semanas con gran entusiasmo.

Pero incluyen también dolor y duelo.

No sólo porque recién señalamos Iom HaShoa, recordando a  los seis millones de judíos asesinados por los nazis.

No sólo porque  dentro de muy pocos días, antes de celebrarse Iom Haatzmaut, se conmemorará Iom Hazikaron, en memoria de los caídos en la defensa de Israel y las víctimas del terrorismo.

Lo determinante no es simplemente la cercanía de fechas, sino el sentido de fondo.

Y por eso, cuando Israel se apresta a celebrar un nuevo cumpleaños, es imperioso recordar cuán grande fue la tragedia cuando el pueblo judío no se podía defender. Y cuán duro es el precio  para preservar la soberanía alcanzada.

Reflexión decíamos por todo lo que esto debe hacernos pensar.

Los sobrevivientes de la Shoá no sólo se salvaron, quizás en muchos casos por azar, sino que optaron por la vida, no por la venganza ni el odio.  Algunos llegaron a la tierra de Israel, lucharon por la independencia del Estado judío y murieron poco después de haberse salvado de la Shoá. Nos legaron la memoria, la necesidad imperiosa de no permitir que se olvide o desconozca lo ocurrido. Y lo principal, la obligación de garantizar que Israel sea fuerte y digno de la lucha por su creación.

Pero Israel no nació por el Holocausto. Aunque su tierra sea también refugio, ese refugio que los judíos no tuvieron en aquellos años oscuros de la Shoá en Europa, Israel nació porque el pueblo judío quiso volver a su tierra ancestral.

Y en ella, debe ser capaz de defenderse solo.

Y eso tiene sentido, si la vida lograda en el Estado judío soberano, es digna del esfuerzo de tantos. En términos de valores y de principios.

Israel ha sido siempre un oasis de democracia y libertad  en una región conflictiva y problemática, ya antes de la cruentas revueltas y represiones de los últimos años en el mundo árabe. Haber preservado su democracia en medio de tanta adversidad, es un logro de por sí.

Su brazo más largo ha sido siempre el de la ayuda humanitaria a necesitados en diferentes partes del mundo, no sólo el de arrojados operativos lejos de sus fronteras cuando era necesario. A su fortaleza militar se agregó siempre su sensibilidad.

La fragmentación política cada vez más notoria es una cara de la moneda. La otra, es la convivencia de grupos tan diversos y orígenes tan variados, dentro de la locura que es a menudo la sociedad israelí.

Hay por cierto nada sencillos desafíos con los que lidiar. La creciente brecha entre los que tienen más y los que tienen menos. La sociedad más capitalista e individualista que antes, acentúa la problemática. Las tensiones siempre latentes entre el Estado  de Derecho y el rol de la religión, no son fáciles de aplacar.  Del equilibrio que se halle dependerá el rostro de Israel en el futuro.

La mayor asignatura pendiente, es el logro de la paz. El desafío, saber cómo maniobrar entre la desconfianza generada por innumerables ataques contra Israel y tantos atentados terroristas, y la necesidad de volver a intentar. Siempre desde la fortaleza a la que no se puede renunciar. Pero tampoco sería sano renunciar a la posibilidad de cambiar el futuro.

En la situación actual, parece inconcebible tomar grandes riesgos.  Si lo que pasó en Gaza después de la retirada, se repite en el otro frente, en Judea y Samaria (Cisjordania), los cohetes que cayeron en los kibutzim del sur, caerían sobre Jerusalem y el aeropuerto internacional Ben Gurion.

¿Acaso alguien se puede permitir un riesgo así?

Y por otro lado…¿Acaso alguien puede permitirse el derecho de poner fin al sueño sionista, en una situación de continuo control de un territorio con dos millones de palestinos?

Para esos nuevos riesgos, se necesita un interlocutor que irradie deseo de llegar a una solución. No es esa hoy la situación. ¿Israel puede, sin embargo, ser rehén de la falta de liderazgo del lado palestino?

Son dilemas que complican el margen de maniobra de Israel.

 

En este número especial de Iom Haatzmaut, hemos tratado de destacar algunas de las luces de Israel.  Son no pocos los problemas y por cierto muchos los matices. Nosotros optamos por hacer hincapié en lo que mucho logrado y en tanto de lo bueno que tiene el país. No porque olvidemos los problemas. Podríamos ocupar páginas enteras dedicándonos a analizar lo que aún debe ser corregido. Pero abrazamos conscientemente la alternativa, buscar tanto de lo que debe ser destacado. Creemos que Israel lo merece .

En esta ocasión, nos permitimos repetir algunos párrafos que escribimos hace algunas semanas a raíz de una polémica votación en la kneset.

No vamos a dejar de defender a Israel, lo cual no significa que avalemos todos sus pasos ni todas las decisiones de su gobierno de turno. En absoluto.

No sobre todos sus errores decidimos escribir. Bastante hay con la ofensiva continua de quienes no distinguen entre la legítima discrepancia y la demonización. Nosotros nos sentimos en el deber de buscar y destacar también las luces que muchos optan por ni ver .

Hoy no podemos dejar de criticar. Equivaldría a declararnos ciegos.

Pero no dejaremos de defender a Israel, como causa, como país, como pueblo.

Porque siempre que creyó en la buena fe de sus otrora enemigos convertidos en interlocutores, supo correr lo que el Primer Ministro Itzjak Rabin, de bendita memoria, llamaba “riesgos calculados en aras de la paz”.

No dejaremos de defender a Israel porque junto a las sombras que tantos se preocupan tanto de destacar, hay luces que no todos quieren encontrar y que nosotros conocemos de cerca. Como las Fuerzas de Defensa de Israel, un ejército inclusivo del Estado judío,  en el que también hallan su lugar soldados de otra fe.

No dejaremos de defender a Israel porque lo hemos visto luchar contra el terrorismo y llorar a sus víctimas. Porque sabemos que  destina recursos y esfuerzos a proteger a su población. Porque atiende en sus hospitales también a sus enemigos.

Porque junto a los extremistas e intolerantes que hay también en Israel, como en todo país del mundo, hay gente solidaria, hay un pueblo al que se le impuso la guerra cuando recién nacía, un pueblo que siguió librándola sin dejar de lado su democracia. Cometiendo errores, claro que sí. A veces también injusticias. Todas ellas, creemos, se habrían evitado si se le hubiera aceptado desde un principio, en paz.

Seguiremos defendiendo a Israel porque pelea fuerte y se prepara para la necesidad de lidiar con la guerra que supone está a la vuelta de la esquina, pero sin educar al odio, sin envenenar el alma de sus hijos.

Seguiremos criticando lo que amerita ser condenado cuando consideremos que su gobierno se equivoca. Sin embargo, sin demonizarlo. Sobre el gobierno de Israel se dicen cosas que difícilmente se oye sobre otros de los tantos gobiernos del mundo, también democráticos, que cometen serios errores. Nosotros  tratamos de no incurrir en ello.

Y seguiremos defendiendo a Israel en su lucha aún no acabada por paz y seguridad. Porque el hecho que se haya convertido en el ejército más fuerte de la región, no es señal de arrogancia sino reflejo de los peligros con los que ha tenido que lidiar.

Y como los peligros no han desaparecido…seguiremos defendiendo a Israel.

Y deseándole paz.

Que cumpla su nuevo aniversario, en calma y con felicidad.

 
Comentarios

Israel es por su própia conformacion politica y social, un pais en permanente estado de evolucion, en la busquedad de un mejor acondicionamiento de sus recursos humanos y materiales, y de una mayor y mejor adaptacion al médio y a las circunstancias que le rodean, lo cual le lleva a un continuo repensárse desde el análisis , el debate y la autocrítica, un hecho tanto mas reseñable, por cuanto tiene lugar en un pais con las especiales conotaciones que circundan a Israel (amenaza terrorista latente, tension diaria de sus vecinos hacia él, riesgo constante de ataque nuclear, entre otros) de una parte, y de la otra por las dificiles relaciones internas que mantienen laicos y religiosos, y se extienden a diferentes capas de su multiforme tejido social (asquenazim y sefaradim, falashás, drusos, sábras y arabes israelies)
por ello, los constantes desafios que se vé llamado a afrontar , han contribuido ha hacer mas solidaria entre si a su sociedad y a las instituciones que la representan, asi como a agudizar su ingenio y dotarle de una particular (única diriá yo) capacidad de sobreponerse a las amenazas, la incertidumbre y el dolor … ha hacerle en definitiva, mas madura, y ello en tiempo record …
El futuro de Israel, lo decidiran finalmente sus ciudadanos, y no aquellos que desde fuera pretenden dictarle (cuando no imponerle) una accion politica concreta, afin a sus intereses, aunque éstos últimos entren en conflicto con los de la propia ciudadaniá israeli, y vulneren de paso la legitimidad que asiste a un Estado soberano como lo es Israel, a decidir por si mismo, sin ingerencias externas …

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