El día 1 de mayo, la organización terrorista Hamas presentó un nuevo documento político estableciendo las líneas maestras de la organización para el futuro. El documento, en teoría, viene a modificar, que no sustituir, la carta fundacional de la organización de 1988.
El acto se produjo en la ciudad de Doha, capital de Qatar, país mecenas de Hamas y uno de los principales exportadores del islamismo radical y patrocinador de diferentes organizaciones terroristas que operan en Oriente Medio, algunas de ellas vinculadas al ISIS.
La pretensión de algunos medios de que con el nuevo documento Hamas modera o suaviza su posición en base a la aceptación de un estado palestino en las líneas del alto el fuego de 1967 no se mantiene tras una detallada lectura del mismo. El texto mantiene la retórica violenta, racista y genocida de la carta fundacional y sus criminales objetivos que no son otros que la desaparición del estado de Israel, la limpieza étnica de judíos y la proclamación de un califato islámico. Esos objetivos son compartidos por otras organizaciones terroristas similares como el ISIS, Al Nusra, Al Qaeda o La Yihad Islámica.
El nuevo documento rechaza rotundamente el derecho a la existencia de Israel, tiene un profundo carácter racista concediendo la nacionalidad palestina solo a la comunidad árabe. Es un documento integrista que proclama la supremacía del Islam, promueve la violencia contra israelíes y judíos, se manifiesta en contra de la legalidad internacional, de las negociaciones de paz, de los acuerdos de Oslo y la solución de dos estados. No manifiesta ningún compromiso territorial definitivo, ni ninguna aceptación del estado de Israel por lo que difícilmente puede ser considerado un documento moderado, un gesto positivo o un paso adelante en la solución del conflicto árabe israelí. Simplemente constituye un lavado de cara destinado a la opinión pública occidental y a los estados árabes moderados al objeto de ganar nuevos apoyos para una organización terrorista cada vez más cuestionada y acorralada.
En un fallido intento de atenuar el evidente antisemitismo plasmado en la carta fundacional de la organización terroristas y por cuestiones de conveniencia política, Hamas manifiesta que su lucha no es contra los judíos, pero les priva a estos de sus derechos fundamentales, entre ellos su legítima aspiración de tener un estado propio.
No obstante a todo lo anterior cualquier modificación en el estatuto original de Hamas no puede ocultar el pensamiento y el objetivo, públicamente manifestado, de sus propios líderes.
Mahmoud al Zahar, durante una convocatoria del Consejo Nacional Palestino, en Beirut, 24 de enero de 2017, Palinfo:
“No hay legitimidad para el asentamiento sionista en Palestina, no hay diferencia entre sus asentamientos dentro de las fronteras de 1967 o en cualquier otra parte de Palestina, todo es igualmente ilegítimo”.
Jefe de la oficina política de Hamas, Khaled Mashal, 28 mar 2017, Alayam: “Hamas está desarrollando su doctrina política, pero sigue adhiriéndose a la yihad y a la resistencia, ya que ésta siempre seguirá siendo la principal estrategia del movimiento, que nunca abandonaremos”.
Mahmoud alZahar, 26 mar 2017, alwatanalarabi:
“No hay acuerdo sobre ninguna relajación sobre el terreno con Israel, sólo hay un acuerdo de cese el fuego que podría ser roto por nosotros en cualquier momento”.
Husam Badran, portavoz de Hamas:
Exhortó a las fuerzas de “resistencia” en Cisjordania a llevar a cabo más ataques terroristas y describió el ataque como uno de los “actos valientes y devotos llevados a cabo por jóvenes palestinos durante la Intifada Al-Quds [Violento levantamiento].”
En la actualidad, Hamas, considerada una organización terrorista por EE.UU., la UE, Australia y Canadá, continua excavando túneles para adentrarse en territorio israelí y amenazar a la población civil. Hamas continúa promoviendo la violencia y participando en la misma, tanto en Gaza como en Judea y Samaria, llegando incluso a instigar una tercera intifada. Hamas continúa aumentando y mejorando su arsenal de misiles con los que bombardear indiscriminadamente al estado de Israel. Hamas continúa entrenando a miles de terroristas, malversando fondos de ayuda humanitaria para sufragar sus actos de terror, envenenando la mente de los niños y militarizando a la infancia palestina, sometiendo de forma brutal a su propia población a la que convierte en rehén de su organización, y todo ello con el beneplácito y silencio cómplice de algunas organizaciones que, como el BDS Rescoop, prefieren mirar a otro lado.
Ese es el verdadero Hamas.
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