El primer paso para poder llevar en un futuro no muy lejano el exterminio de una colectividad humana por el color de su piel, por su religión, por su lengua, o por motivo que sea, es deshumanizarlo.
El 16 de mayo de 2017 el imam de Copenhague Munthir Abdallah, ha calificado a los occidentales de ser “máquinas” decadentes, que viven en una “cultura de SIDA, drogas, homosexualidad, desintegración familiar” y que “sus despreciables medios de comunicación ocultan la gran verdad: de que los musulmanes son las víctimas de Occidente y de su colonialismo, que los están estado torturando desde hace más de 200 años, cometiendo atrocidades en su contra”. El imam aifrmó que “Israel es un estado alienígena que será borrado del mapa ya que la entidad sionista no es más que la punta de una flecha occidental, una base militar occidental. Y que en concordancia con la fe musulmana pronto como los musulmanes recuperen el poder y se liberen a sí mismos de los occidentales, establezcan su estado, Estado Islámico Mundial, reanuden su marcha y blandan la estandarte del Profeta Muhammad… Tan pronto como la nación islámica, la Umma, se una de Este a Oeste, desde Indonesia hasta los confines de Marruecos”.
Semanas antes, el 31 de marzo de 2017 pidió a los musulmanes que asesinaran a los judíos. [1]
Los salafistas consideran que los judíos descienden de monos y los cristianos de cerdos. Recordemos que el cerdo es un animal mucho más impuro que el mono para el Islam, al mono se le tiene en zoológicos, para al cerdo se le degüella. Corán 5:60: Di: “No sé si informaros de algo peor aún que eso respecto a una retribución junto a Alá. Los que Alá ha maldecido, los que han incurrido en Su ira, los que Él ha convertido en monos y cerdos.”
La historia nos enseña como los grupos victimarios deshumanizan a sus víctimas para justificar sus crímenes ante sus conciudadanos y ante el resto de seres. El caso más atroz en la historia de la humanidad ocurrió en los años 30 y 40 del siglo pasado. En la nación más culta de Europa, en el corazón del Viejo Continente, Alemania-Austria, se alzó el odio contra el judío, se le despojó de su categoría de ser humano, se le calificó de subhumano, de infrahumano, de “untermensh”. El supremacismo racial “ario” del nazismo alemán-austriaco se auto otorgó la potestad de decidir quién tenía derecho a vivir y quién tenía que ser exterminado, aniquilado para el bien de la humanidad (la humanidad aria).
La expresión “hombre inferior”, en el sentido de “infrahumano, subhumano” fue utilizada por primera vez por el autor estadounidense Lothrop Stoddard [2] en el título de su folleto de 1922 The Revolt Against Civilization: The Menace of the Under Man (La revuelta contra la Civilización: La amenaza del subhumano). Más tarde, fue aprobada por los nazis en la versión alemana del libro Der Kulturumsturz: Die Drohung des Untermenschen (1925). [La Revolución Cultural: la amenaza de sub-humanos], todo ello antes de crearse los campos de exterminios que llevaron al asesinato masivo e industrial de más de seis millones de judíos por el mero hecho de ser judíos. Más tarde se aprovechó esos campos de exterminio e industria de la muerte para eliminar gitanos, eslavos, comunistas, Testigos de Jehová, e “indeseables”.
El discurso deshumanizador, ampliamente repetido y extensamente inculcado en la población alemana y austriaca, permitió justificar el posterior genocidio judío, el Holocausto.
Hoy se alzan, nuevamente, los herederos del supremacismo nazi de la raza pero en versión religiosa islámica con el estandarte del supremacismo religioso del Islam, y estos afirman que Israel, el judío de los estados, es un estado alienígena, y que el judío no es humano.
Pero de idénticamente a como el nazi extendió el odio contra el judío a los pueblos eslavos, gitanos, negros; el islamismo extiende su odio contra el judío a los cristianos y a todos aquellos nominalmente musulmanes pero que son considerados infieles: los chiítas para los sunnitas y viceversa, y los musulmanes que no se comportan como Muhammad ordenó.
Hoy gracias al Estado de Israel y a sus Fuerzas de Defensa, el Tzahal y sus servicios de Inteligencia, los judíos pueden ser protegidos a pesar de los atentados y crímenes que se perpetran contra los judíos e israelíes. Occidente también cuenta con ejércitos y defensas suficientes para protegerse del totalitarismo y terrorismo islámico, a pesar de los atentados y crímenes que se perpetran contra los occidentales, ¿pero tiene claro que el discurso salafista envenena y adoctrina las mentes de los musulmanes, discurso supremacista religioso y de odio hacia lo que no es musulmán “como Alá quiere”?
El discurso nazi está prohibido en Alemania y Austria, y no lo es gratuitamente, o porque los dirigentes demócratas alemanes estén contra la libertad de expresión, sino por que son conscientes que el discurso nazi puede volver a pervertir la mente de su población. ¿No es consciente Occidente y sus líderes que el discurso salafista –financiado por Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes, en el mundo sunnita y el de los muyahidines por la República Islámica de Irán en el chiíta- está generando yihadistas y que aunque pueda ser derrotado temporalmente el Estado Islámico en Siria e Irak, o Hamás o Hizbulá en Gaza y en Judea y Samaria (mal nombradas de Cisjordania) o Hizbulá en el Líbano, persiste la ideología supremacista islamista que legitimiza el asesinato de judíos, cristianos, ateos, hindúes, budistas, ateos, homosexuales, y de aquellos nacidos musulmanes que no son musulmanes “como Alá quiere”, según el parecer de los mujahidines, de los guerreros de la Yihad?.
NOTAS
[1] Por MEMRI – Mayo 24, 2017 37 0
Reporte Diario No. 6942
[2] Lothrop Stoddard dividió la política y las situaciones mundiales en pueblos “blancos”, “amarillos”, “negros”, “amerindios” y “marrones” y sus interacciones.
Stoddard argumentó que la raza y la herencia eran los factores que guiaban la historia y la civilización y que la eliminación o absorción de la raza “blanca” por razas «coloreadas» resultaría en la destrucción de la civilización occidental. Stoddard dividió a la raza blanca en tres grupos principales: nórdica, alpina y mediterránea. Consideró que los tres eran de buena calidad y muy por encima de la calidad de las razas de color, pero argumentó que el nórdico era el superior a todos y necesitaba ser preservado por medio de la eugenesia. Consideraba a la mayoría de los judíos racialmente “asiáticos” y defendía la restricción de la inmigración judía porque los consideraba una amenaza para la pureza racial nórdica en los Estados Unidos. Advirtió que los Estados Unidos estaba siendo “invadido por hordas de inmigrantes alpinos y mediterráneos, por no hablar de elementos asiáticos como levantinos y judíos”.
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