Desde ACOM transmitimos nuestra más sincera enhorabuena a la Asamblea ceutí, que ha impedido el éxito de una moción que exigía a la institución solidaridad con terroristas palestinos.
La propuesta, presentada por el Partido Caballas (adscrito al ámbito de Ceuta, aunque participando regularmente en coaliciones con Podemos e Izquierda Unida para comicios nacionales y europeos), buscaba criminalizar a Israel instando a mostrar la solidaridad del Pleno ceutí con terroristas palestinos, muchos de ellos con delitos de sangre a sus espaldas.
La moción tenía como fin real la estigmatización de la única democracia de Oriente Próximo. En un entorno hostil, Israel es el único país que dispone de máximas garantías judiciales para reclusos, respetando pulcramente legislación internacional al respecto, superando en muchos casos los estándares de vida en prisión de otros países occidentales, siendo demoledora la comparación con los países de la región.
Caballas obvia los motivos de la huelga de hambre de los terroristas, como por ejemplo: más visitas semanales, el traspaso de las presas en transporte separado, más teléfonos en las zonas públicas de la prisión, más canales de televisión por satélite…
Tampoco hace mención a los presos políticos hacinados en cárceles…palestinas: 1200 presos políticos bajo Hamás, 700 bajo la Autoridad Palestina.
Caballas ni tan siquiera ha tenido tiempo de reclamar solidaridad con los más de 1.100 palestinos que siguen presos en cárceles sirias sin que se revelen los motivos de su detención, sin ninguna garantía de vida. Ni por supuesto, ni una condena por los 456 palestinos torturados y asesinados en prisiones del régimen de Al Assad desde el inicio de la guerra civil en Siria.
Afortunadamente, esta pantomima anti-israelí ha sido rechazada por el Partido Popular ceutí. Con su valiente voto, alejado de reduccionismos y análisis simplistas, el PP de Ceuta arroja luz sobre una mentira flagrante.
La propuesta contó con las abstenciones de Partido Socialista, Ciudadanos y MDyC (Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía). Ponerse de perfil en el combate contra el yihadismo, en España y en Israel, y no apoyar los esfuerzos de una democracia amiga, es situarse en la equidistancia entre los terroristas y víctimas.
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