Hablar en España sobre el conflicto palestino-israelí obliga inevitablemente a hablar de su cobertura informativa. Sabemos que es un trabajo de Sísifo. No parece que haya medio o periodista dispuesto a hacer una evaluación autocrítica de sus sesgos y malas prácticas. En el mejor de los casos, cuando al periodista medio le señalan los datos erróneos y los argumentos falaces empleados para sostener una idea, se encoge de hombros y se defiende diciendo que poco importa porque toma partido por una causa justa. En el peor de los casos, denuncia ser víctima de acoso en las redes sociales aunque quienes le afeen la conducta sean cuatro amigos comentando en Twitter los errores de su artículo.
Reparemos en la columna de opinión que publicó el viernes 16 Joan Cañete Bayle en El Periódico de Catalunya, del que es redactor jefe. Se titulaba “El elefante y la cola del ratón” y en ella defendía que la cobertura informativa sobre el conflicto palestino-israelí no puede limitarse a mostrar las dos versiones de la misma historia, sino que tiene que tomar partido decidido por el lado palestino. Y no sólo eso, tiene que adoptar el punto de vista palestino porque
- es una constante de este conflicto que las palabras que usan los palestinos suelen ser las correctas para describir lo que sucede.
La realidad de Israel nos dio una oportunidad para comprobar todo esto. Ese mismo día, el viernes 16, tuvo lugar un ataque terrorista cerca de la Puerta de Damasco de Jerusalén. Según informó Aurora Digital, murió una persona y cuatro resultaron heridas. La víctima mortal fue Hadas Malka, suboficial de la Policía de Fronteras israelí. Los tres terroristas fueron abatidos por las fuerzas de seguridad israelíes. Las imágenes difundidas por los medios mostraron un subfusil de aparente fabricación artesanal y un cuchillo como los usados en el ataque terrorista del pasado día 4 en Londres. ¿Cómo dio la noticia el diario madrileño El País? Con el siguiente titular: “Tres palestinos mueren abatidos tras atacar a una policía en Jerusalén”. No fue el único con ese mismo enfoque. La BBC británica tituló: “Tres palestinos muertos tras un apuñalamiento mortal en Jerusalén”.
No hace falta mucha imaginación para darse cuenta del impacto que hubiera generado ese enfoque en la cobertura de cualquiera de los atentados islamistas registrados en suelo europeoestos últimos años. Si el diario El País hubiera aplicado al ataque del 4 de junio la misma lógica que aplica a Israel, en vez del titular “Un atentado terrorista en Londres causa siete muertos y decenas de heridos” que empleó aquel día se habría decantado por “Dos árabes y un pakistaní mueren abatidos tras atacar a viandantes en Londres”. Ese tratamiento provocaría indignación, ya que las víctimas no tienen cabida en el titular y los terroristas son en cambio el centro de la noticia. Probablemente la experiencia del atentado del día 4 aumentó la sensibilidad del público británico y, tras pedir disculpas públicas, la BBC cambió su titular sobre el de Jerusalén.
Todo parece apuntar a que seguiremos viendo cómo se premia y reconoce a periodistas tendenciosos que no hacen más que soltar disparates históricos. Y siempre habrá alguien para decir que un titular que esconde a los muertos israelíes y victimiza a los terroristas es irrelevante en el contexto general del conflicto.
Pero la historia del atentado del día 16 en Jerusalén tiene una segunda parte.
El primer comunicado reivindicativo procedió del Estado Islámico, esa organización a la que los medios de comunicación de Irán presentan como una creación de Israel. La prueba de cargo para los defensores de la pista israelí era la ausencia de atentados del EI en Israel. La historia del origen del Estado Islámico es bien conocida (v. “El nada misterioso origen del Estado Islámico”), mientras que la ausencia de atentados de grupos yihadistas internacionales en Israel tiene que ver con la historia del yihadismo palestino, ajeno a las dinámicas globales y sus manifestaciones en Al Qaeda y el EI. Sin olvidar que la rama egipcia del EI ha atacado Israel con cohetes desde la Península del Sinaí.
Entonces apareció una segunda reivindicación. La organización islamista Hamás asumía el atentado como una acción conjunta con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). ¿Qué es este último grupo? Es una organización considerada terrorista por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea; organización a la que pertenece Leila Jaled, que estuvo recientemente en Barcelona. Allí participó en la Fira Literal, “Feria de Ideas y Libros Radicales”, para presentar la edición catalana de su autobiografía. Además, fue recibida en el Parlamento de Cataluña por el grupo parlamentario de la CUP. Leila Jaled tiene el mérito de ser considerada la primera mujer que participó en un secuestro aéreo.
El FPLP también apareció en Madrid. El viernes 16 tuvo lugar la presentación del libro Existir es resistir en el salón de actos de grupos municipales del Ayuntamiento de Madrid. Al acontecimiento asistieron Majed Dibsi, que en el cartel promocional aparecía como miembro del FPLP, y Rommy Arce, concejala de Ahora Madrid.
El grupo municipal del Partido Popular pidió la cancelación el acto. La noticia fue recogida por la agencia Europa Press, que incluyó en el titular al FPLP poniendo entre comillas la calificación de “terrorista”. El acto estaba previsto para las 18:30. Aproximadamente a esa hora tuvo lugar el ataque terrorista en Jerusalén. Hadas Malka se debatía entre la vida y la muerte camino del hospital, donde falleció, mientras en España representantes políticos acogían una vez más en un salón noble a miembros del FPLP. Esa muerte trágica fue un contrapunto cruel, brutal e irónico a todo el debate previo en España.
http://elmed.io/las-verdades-incomodas-del-ultimo-atentado-en-israel/
Este es un buen articulo, que define la informacion que existe en España, censurada y para no » molestar» los amigos arabes