El miércoles por la mañana, horario local, el rey Salman de Arabia Saudí destituyó a su heredero, el príncipe Mohamed ben Nayef. En su lugar, puso a su hijo favorito, Mohamed ben Salman. Aunque éste ha ejercido de heredero secundario desde abril de 2015, su ascenso y la destitución de Ben Nayef tendrán consecuencias de largo alcance en el más poderoso Estado del mundo árabe, reforzando las vastas reformas económicas de Ben Salman, el activismo saudí en política exterior y el alineamiento del reino con Emiratos y contra Qatar.
La destitución de Mohamed ben Nayef (a los que los funcionarios norteamericanos denominan “MbN”) es un caso notable de caída desde las cimas del poder. Hace sólo dos años era considerado “la estrella emergente de la familia real saudí” y “el alto cargo saudí preferido por los americanos”. Cuando el rey Salman asumió el poder, en enero de 2015, puso a Ben Nayef el segundo en la línea sucesoria: era la primera vez en medio siglo que un monarca saudí colocaba en tal lugar a alguien que no fuera su hermanastro. Sólo tres meses después, el monarca situó a MbN en la primera posición en la línea sucesoria.
Sea como fuere, los observadores llevaban tiempo especulando con que el rey podría remover a MbN para asegurarse de que el trono lo heredase su propio hijo, Mohamed ben Salman (MbS). En abril de 2015, cuando el rey promovió a MbN como príncipe heredero, MbS fue elegido segundo en la línea sucesoria. Desde entonces, MbS ha ido opacando a su primo en los medios y ha ido acumulando un importante número de roles, lo que le ha valido el alias de Señor Todo.
Mohamed ben Salman tiene sólo 31 años y ha ido medrando al amparo de su padre. Cuando Salman se convirtió en rey, en 2015, convirtió a Mohamed en el ministro de Defensa más joven del mundo. A MbS se le confió enseguida el Consejo para los Asuntos Económicos y de Desarrollo y fue designado presidente de un consejo supremo de nuevo cuño encargado de supervisar Saudi Aramco, el gigante energético estatal.
MbS toma ahora de Ben Nayef los papeles de príncipe heredero y viceprimer ministro, mientras conserva la cartera de Defensa. En cuanto a Ben Nayef, ha sido despojado también de la cartera de Interior, que le ha sido confiada a un sobrino de 33 años.
Quizá la más notable consecuencia de este terremoto sea el refuerzo de las reformas económicas que están teniendo lugar en el reino. MbS ha capitaneado personalmente el ambicioso programa Visión 2030, que pretende potenciar la creación de empleo y hacer la transición de una economía basada en la extracción de hidrocarburos a otra basada en sectores intensivos en mano de obra. MbN, por su parte, era visiblemente reacio al plan y podría haberlo arrumbado de haber accedido al trono.
MbS además está muy identificado con la denominada Doctrina Salman, que aboga por que el reino sea más proactivo militarmente hablando allende sus fronteras. Él fue quien lanzó la empantanada guerra saudí contra los rebeldes yemeníes respaldados por Irán, lo que condujo a la creación de una alianza militar islámica contra el terrorismo que excluye a Teherán y a varios de sus Estados satélites. Asimismo, ha buscado poner los mimbres de una industria local de defensa. A Ben Salman se le ha confiado también la gestión de las relaciones con la Administración Trump.
Finalmente, la emergencia de Ben Salman es una buena noticia para Emiratos y una mala para Qatar. MbS ha apoyado entusiásticamente al gobernante de facto de Emiratos, Mohamed ben Zayed al Nahyan, y se piensa que el responsable de la ruptura de relaciones con Qatar por el apoyo de Doha al extremismo islámico. MbN, en cambio, estaba próximo a los gobernantes cataríes.
No hay trazas de un rechazo organizado a las últimas decisiones del rey, y la televisión saudí ha emitido repetidas veces las imágenes de MbN jurando lealtad al nuevo príncipe heredero. No está claro si Mohamed ben Salman retrocederá en cuestiones como la incitación religiosa o los derechos de las mujeres, aunque no se espera que apoye reformas pro derechos civiles, que podrían constreñirle en su ejercicio del poder.
Para bien o para mal, la promoción de Mohamed ben Salman sugiere que esta monarquía saudí más activista ha llegado para quedarse.
© Versión original (en inglés): Foundation for Defense of Democracies (FDD)
© Versión en español: Revista El Medio
Ahi puede pasar de todo: asesinatos entre familiares para heredar el trono etc, etc, etc.