Traducido para Porisrael.org por Yetty Blum
El rabino Menashe Zelicha, el rabino del barrio Pardes Katz de Bnei Brak, y otros turistas haredim que están en Jordania con motivo del aniversario de Aharon HaKohen el lunes, Rosh Jodesh Av, se encontraron en medio de una situación muy tensa y hostil después del ataque del domingo en el complejo de la embajada israelí. Hablando a la estación religiosa Radio Kol Chai, el rabino Zelicha informó de un severo acoso a judíos en Jordania.
Según el rabino Zelicha, los policías jordanos les han dicho que «en toda Jordania está prohibido que los judíos oren».
«No se nos permite orar por la mañana, ni tefilin, ni talitot, ni nada – no debemos rezar, ni siquiera en el hotel, ni siquiera dentro de nuestra habitación».
El rabino Zelicha continuó diciendo que «los policías entraron en el hotel y gritaban y se volvieron locos diciendo que en un minuto nos sacarían de Jordania si hacíamos el más leve sonido. Ellos nos dijeron: ‘El que reza será llevado a la cárcel’ «.
«Ellos trajeron una fuerza policial especial, no los policías regulares, y tienen la autoridad para arrestar a una persona en el acto», relató el rabino. «A cualquiera que vean orar, lo arrestarán».
Rabí Zelicha señaló que su grupo está discutiendo entre ellos cómo seguir con las oraciones de la mañana.
El rabino agregó que, al principio, «cuando llegamos a la frontera, todo estaba bien, todos se comportaron cortésmente, pasamos todos los chequeos, y todo salió bien.
«De repente, después de darse cuenta de que éramos un grupo de Jerusalén, comprendimos por parte de los instructores que la historia del Monte del Templo les había hecho volverse contra nosotros y de repente decidieron que querían reexaminar todas nuestras maletas.
«Después de haber pasado por un detector de rayos X (lo irónico) y todo estaba bien, nos movimos otra vez. Comenzaron a revisar la maleta y a revisar todo. Se negaron a dejarnos traer libros. Quitaron los talitot, tefilín, los tzitzis personales.
«Uno tenía consigo un folleto de prueba de conducción, lo tomaron. Se llevaron las kipot de todos. A los individuos sólo les quedaban la camisa y los pantalones.
«Yo y unos cuantos otros que vieron lo que estaba pasando», Rabino Zelicha dijo: «Conseguimos ocultar los tefilin en el costado de una maleta sin que se dieran cuenta. Nos sentimos como las personas que estaban en el Holocausto. Gracias a Dios mis tefilin y mi chal de oración lograron salvarse. »
Al profeta Daniel les hicieron igual que a ellos… CON JESÚS POR SIEMPRE