Dhimmitud es el neologismo popularizado Bat Ye’or, formado a partir de dhimmi, el judío o cristiano al que se le toleraba vivir en tierras musulmanas y no era asesinado por la Espada del Islam, previo pago de la yizya (impuesto anual capitativo) y considerado y tratado por las leyes islámicas, la Sharía, como ciudadano de segunda clase. Al discriminado dhimmi se le exige total sumisión al Islam.
Occidente se está convirtiendo paulatinamente cada vez más en dhimmi, no solo por las zonas no go en las que los estado europeos no ejercen su soberanía ni sus leyes, sino por el acatamiento a las demandas cada vez más exigentes de los islamistas.
Un ejemplo ilustrativo de esta actitud dhimmi es la de un alcalde alemán, de una ciudad de Alemania, la que tanto se enorgulleció de exterminar a aquellos que no consideraba alemanes puros, los judíos, gitanos, homosexuales.
Este alcalde se enfrentó dialécticamente con los ciudadanos de su ciudad que estaban enojados por las violaciones de mujeres por parte de migrantes musulmanes.
En el vídeo, que puede visionar clicando en: https://www.jihadwatch.org/2017/07/germany-mayor-tells-citizens-angry-about-muslim-migrant-rapes-dont-provoke-them
El alcalde dice a los enojados ciudadanos por las agresiones sexuales por parte de migrantes musulmanes que han sufrido mujeres alemanas “No los provoquéis y no caminéis en estas áreas”.
Los ciudadanos creían, tal vez lógicamente, que su gobierno existe para protegerlos, a sus seres queridos, y sus intereses.
Abuelo: Mi nieta, ella tiene menos de diez años – y también sucedió en un pueblo cercano.
Ciudadano: ¡Eso es correcto!
Abuelo: Las niñas han sido acosadas por los “niños refugiados” … los solicitantes de asilo … y son acosadas desde las ventanas del refugio y cosas por el estilo. ¿Cómo será esto en el verano, cuando las niñas de la escuela usan menos ropa?
Alcalde: Eso es fácil. Simplemente que no les provoquen y no que no caminen en estas áreas.
(Alboroto de la audiencia): En su propio país! Ya ni siquiera puedes caminar en tu ciudad! ¡Oh chico! ¡En su propia ciudad! ¡Sí! ¡Mantengámonos todos a una distancia de un metro! ¡Tan fácil! Ya no se le permite caminar en su propia ciudad! ¡Vete a casa, muchacho! ¿Quién demonios te eligió? ¡Vienen aquí y ya no nos permiten caminar aquí! Chico, oh chico, tienes algo de nervios. ¿Qué clase de alcalde es éste? ¡Él debe bajar! «…
Abuelo: ¡Se supone que mis nietos van a la escuela aquí! ¿Esta es la manera de hacer?
Alcalde: Bueno, técnicamente no es necesario que las niñas caminen allí. Hay rutas alternativas para ir a la escuela ….
La audiencia está irritada y sigue inoportunamente interrumpiendo al alcalde, que cambia de argumento, pensando por alguna razón que este acercamiento podría apaciguar a sus electores: «¿Crees que esta violación no existe entre los alemanes?»
Ciudadano: ¡Eso no tiene nada que ver con esto! ¡Los alemanes van a la cárcel por esto! Pero los pervertidos … ¡No van a la cárcel!
¡¡ Qué la víctima –la niña alemana- en su tierra no provoque con su presencia al agresor musulmán ni que vaya por las áreas de la ciudad alemana donde hay musulmanes -aunque sea el trayecto habitual para ir a la escuela-. !!
Ese discurso es el que se corea insistente y machaconamente desde hace décadas y décadas contra el pueblo judío y cuántas veces se repite y reitera la misma letra: ¡No provoquéis con vuestra existencia judía a los panarabistas ni a los islamistas, fuera de esa tierra [Israel], ahora es de [los ocupantes] musulmanes palestinos”!
Terrible