El Ejército libanés está luchando – desde hace 10 días – para erradicar a la organización Estado Islámico (ISIS) de la zona montañosa de Ras Baalbek y Qaa. Al mismo tiempo, y del otro lado de la frontera, el Ejército sirio y Hezbollah intentan con bastante éxito expulsar a la agrupación en la región de al Qalamoun.
Las autoridades libanesas, tanto civiles como militares, han estado insistiendo en forma notoria en estos días sobre el hecho de que no hay y no hubo coordinación entre las dos ofensivas. El gobierno libanés puso especial empeño en aclarar que no ha coordinado nada con Hezbollah y mucho menos con el Ejército o el régimen sirio.
Esta insistencia tiene varios motivos. En primer lugar, el deseo de deslindarse, alejarse de Hezbollah que mantienen los integrantes de la Alianza 14 de marzo, especialmente el Movimiento Futuro ( Al-Mustaqbal) que lidera Saad Hariri, que tiene cuentas pendientes con Hezbollah que incluyen el asesinato de su padre, entre otras.
De todos modos, el motivo principal y más evidente es el riesgo que corre el gobierno libanés de perder el apoyo militar que recibe de Occidente, si se muestra en una alianza con el movimiento chiita Hezbollah – al que Estados Unidos considera una organización terrorista – y el régimen de Bashar al Assad.
Sin embargo, el secretario general de Hezbollah, Hasan Nasrallah, contradijo estas afirmaciones insistentes en su último discurso público y generó una gran polémica que, por el momento, no hace más que volverse en su contra.
Cambiar la fórmula no parece ser buena fórmula
La fórmula “Ejército-pueblo-resistencia” es la ecuación que se ha utilizado en los últimos años en el Líbano para explicar el papel de Hezbollah y su ala militar.
Esta agrupación se autodefine como “la resistencia” y justifica su arsenal, su negativa a entregar las armas y a dejar el rol militar exclusivamente en manos del Ejército libanés, como así también su intervención en la política en su supuesto rol de defensor del pueblo libanés ante el enemigo israelí.
Así, Hezbollah ha conseguido argumentar por qué participa en el gobierno desde el punto de vista militar y político y hasta logró impedir durante dos años que el país pudiera nombrar un presidente y tener instituciones democráticas funcionando en forma regular.
Hezbollah incluso ha monopolizado el poder a veces, y se basó en esta ecuación para convencer al público de que no había nada anormal en su rol.
Sin embargo, el secretario general de la agrupación, Hasan Nasrallah, intentó en su último discurso público cambiar la fórmula y todo parece indicar que – desde su punto de vista – ha cometido un error y sólo generó críticas y polémica.
En primer lugar, Nasrallah pidió en su discurso la coordinación entre los Ejércitos libanés y sirio, y dijo que a su conocida ecuación tripartita hay que agregarle un nuevo elemento: “Ejército libanés – Ejército sirio – pueblo – resistencia”.
La polémica está servida
El ministro de Trabajo, Mohammad Kabbara, que pertenece al Bloque Al Mustaqbal, recurrió a Twitter para atacar el llamamiento de Nasrallah de agregar al ejército sirio a la fórmula tripartita.
“¿Qué extraño es Nasrallah? Sus sueños lo llevan de nuevo a la ecuación cuatripartita de Assad, que sepultamos hace 12 años, mientras que la ecuación tripartita colapsa bajo las botas de los soldados de nuestro ejército nacional en las afueras de Ras Baalbeck y Al-Qaa “, escribió el ministro.
El líder del partido Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, acusó a Nasrallah de perjudicar al Ejército libanés al afirmar que éste estaba coordinando con el ejército sirio y Hezbollah en la ofensiva “Fajr al-Joroud” lanzada por el Ejército libanés en Ras Baalbeck y Al-Qaa.
“¿Por qué insistes Sayyed Hasan – aunque fuera cierto, y no lo es – con respecto a la operación Fajr al-Joroud, en causar daño y perjudicar al Ejército libanés afirmando que hay coordinación en esta batalla entre Líbano , Hezbollah y el ejército sirio en un momento en que usted sabe perfectamente que tales afirmaciones perjudicarían al Ejército [libanés], internamente y externamente, por el que varios países que están ayudando al Ejército de varias maneras detendrían su ayuda hubiera una coordinación con Hezbollah y el ejército sirio? “, señaló Geagea en una entrevista con la Agencia Central de Noticias.
Geagea, que se opone firmemente a la ecuación de Hezbollah, renovó su llamado para reemplazarlo con la ecuación “Ejército, Estado y pueblo”.
“Gracias Sayyed Hasan porque nos has mostrado esta vez una parte esencial de la ecuación real: “Ejército, pueblo, resistencia y el ejército sirio.” Pero la verdadera ecuación que usted ha pretendido todo el tiempo es “Ejército, pueblo, resistencia, ejército sirio, unidades de movilización popular iraquí y Guardia Revolucionaria iraní “, dijo Geagea.
Geagea también recriminó con dureza a Hezbollah que esté utilizando “la carta de los soldados libaneses secuestrados por ISIS” para justificar sus acciones.
Cuando Nasrallah está en problemas, mira hacia Israel
Para la veterana periodista Diana Moukalled, del sitio web Arab News, a pesar de “la legitimidad del llamamiento para que el ejército sea el único responsable de la seguridad y las fronteras del Líbano y que las armas estén en manos del ejército libanés”, Hezbollah nunca se vio obligado a rendir cuentas sobre lo que realmente está sucediendo, cómo se libró la batalla y qué partes realmente han estado involucradas en ella.
Según la experta, nadie formula abiertamente – y mucho menos responde – la pregunta más importante: “el papel de Hezbollah y el régimen sirio en traer a los militantes armados de ISIS dentro de las fronteras libanesas en primer lugar, y por qué se le impidió al ejército libanés limpiar y liberar la región en el pasado”.
Estas son preguntas que no se plantean ni se discuten.
Según la especialista, todos los partidos en Líbano intentan ahora auto-adjudicarse el logro de haber expulsado a ISIS del país y esperan ver recompensas de las potencias internacionales por ello. Y en ese maremágnum de triunfalismo, los “pecados” de Hezbollah quedarían desdibujados.
Por último, Moukalled plantea algo que buena parte de los libaneses piensan:
“Al avergonzar al gobierno libanés y forzarlo a restablecer las relaciones con el régimen sirio, Nasrallah pretende crear un escudo o justificación para la participación de su organización en la lucha en Siria y su apoyo a un régimen que oprime y mata a su pueblo, sin mencionar el papel de Hezbollah en esa masacre”.
En este panorama, no sería extraño que Hasan Nasrallah sorprenda a los libaneses en los próximos días con un nuevo discurso contra Israel y cómo lo vencerá en la próxima guerra – para lo cual, por supuesto, necesitaría conservar sus armas.
Tampoco sería desquiciado creer que Hezbollah estaría dispuesto a provocar algún incidente menor en la frontera con Israel, para volver a acomodar las cosas en su sitio y preservar la ecuación-justificación que lo mantiene vivo.
Ojala desaparezcan de la faz de la tierra, lo ùnico que saben es matar. Algun dia seran castigados por la justicia divina