Se encuentran en garajes, locales o trastiendas de comercios. Aunque no se les reconoce como centros de culto oficial, pueden constituir un grave peligro por el radicalismo que los imanes inculcan
En España existen 1.508 centros de culto religiosos para casi dos millones de musulmanes, según los últimos datos del Observatorio del Pluralismo Religioso, pero, expertos consultados por Efe, advierten de que además hay centenares de «mezquitas encubiertas» que pueden ser foco de radicalismo.
En concreto critican la falta de lugares de culto adecuados para la comunidad musulmana, lo que provoca la proliferación de puntos de reunión no oficiales que pueden ser aprovechados por «falsos imanes» para difundir mensajes radicales del Islam, algunos de ellos en el punto de mira de las fuerzas y cuerpos de Seguridad.
Lo hacen una semana después de que una célula integrada por doce personas perpetrara los atentados de Las Ramblas de Barcelona y de Cambrils (Tarragona) bajo las órdenes del imán de Ripoll (Gerona).
Según el último informe de la Asesoría de Inteligencia y Consultoría de Seguridad (AICS), de 2016, en España existen unas 800 «mezquitas encubiertas» a nivel nacional, que son centros de reunión para la oración claves para las actividades de captación y reclutamiento, pues no son controlados por las Fuerzas de Seguridad. Como norma general se trata de bajos de edificios, garajes, locales o trastiendas de comercios, que no están reconocidos como centros de culto oficial y que son liderados por imanes que no están supervisados, explica a Efe el director de la Asesoría de Inteligencia y Consultoría de Seguridad (AICS), Salvador Burquet. «El carnicero es quien normalmente ejerce de imán por cuestiones religiosas», señala este experto, que advierte del peligro de estos representantes religiosos: «Ellos interpretan el Corán a su manera, por lo que pueden difundir mensajes radicales al no estar controlados».
El presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), Mounir Benjelloun, denuncia desde Murcia en declaraciones a Efe la falta de mezquitas oficiales y señala que existen unos 1.100 centros y oratorios donde los musulmanes ejercen el culto a su religión, pero asegura que únicamente son cinco las mezquitas oficiales para atender a cerca de dos millones de musulmanes.
El informe de AICS señala que la mayoría de estas «mezquitas encubiertas» se concentra en Madrid -concretamente en los distritos de Latina, Ciudad Lineal, Vallecas o Carabanchel-, en la provincia de Barcelona, concretamente en Tarrasa y Badalona, y en Tarragona o Valencia. En Cataluña viven 300.000 creyentes pero no existe una sola mezquita, sino únicamente oratorios, según señala el experto marroquí Abdallah Boussef, director del Consejo de Comunidades Marroquís en el Extranjero (CCME).
«Los musulmanes de España tienen que rezar en hangares, en garajes, eso es vergonzoso y trae frustración, sobre todo para jóvenes que han crecido en España, donde les han enseñado que tienen derechos y que son ciudadanos», añade. Boussef también reclama lugares de culto dignos «donde los musulmanes se sientan ciudadanos a parte entera, que pueden pedir derechos y a los que exigirles obligaciones».
Desde la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) también piden sitios adecuados para el culto y además reclaman desde hace años una formación concreta para los imanes y para los representantes de las mezquitas en España, de modo que transmitan un mensaje adecuado a la realidad española.
El presidente de la Federación, Mounir Benjelloun, opina que el imán de Ripoll que supuestamente adoctrinó y radicalizó a los integrantes de la célula yihadista que atentó en Cataluña «engañó a la comunidad y se hizo pasar por alguien que no era». «Es una figura que no está ni controlada, ni homologada ni formada por entidades musulmanas representativas en España», critica Benjelloun, quién avisa del peligro que supone traer imanes de otros países como Marruecos, Egipto o Arabia Saudí, ya que desconocen la realidad española.
Resalta que la del imán «es la figura más importante que existe en la comunidad musulmana» y por eso es «clave» que estas personas estén formadas «y a la altura de los musulmanes españoles». Destaca además los esfuerzos económicos por parte de las federaciones musulmanas españolas para formar a los imanes y a los responsables de las mezquitas, pero critica la falta de apoyo por parte de las instituciones: «Por desgracia, tiene que ocurrir una tragedia para comprender que las cosas deben hacerse de otra forma».
Una afirmación que comparte también el director de la Asesoría de Inteligencia y Consultoría de Seguridad, Salvador Burquet, quien considera a estos líderes religiosos una figura clave en el proceso de radicalización por el poder psicológico que ejercen: «Es quien interpreta la palabra de Mahoma, por lo que no se limita a leer el Corán sino que también lo interpreta». Así, explica Burquet, el proceso de radicalización parte de una premisa religiosa que estos «falsos imanes» difunden para captar, adoctrinar y radicalizar a las personas: «La conclusión que quieren difundir es que Occidente quiere hacer desaparecer el Islam».
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