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| jueves noviembre 21, 2024

La crisis migratoria llega a España


 

España va camino de adelantar a Grecia como la segunda mayor puerta de entrada para los inmigrantes que llegan a Europa por mar. El repentino aumento de la migración a España coincide con la aplicación de medidas más estrictas contra el tráfico de personas a lo largo de la ruta marítima entre Libia e Italia, que es actualmente el principal punto de entrada a Europa.

El viraje hacia el oeste de las rutas migratorias, de Grecia a Italia, significa que España, que se encuentra a tan sólo 16 kilómetros por mar de África, podría verse pronto en el centro de la crisis migratoria de Europa.

Más de 8.300 migrantes ilegales han alcanzado las costas españolas durante los siete primeros meses de 2017, el triple que en todo 2016, según la Organización International para la Migración (OIM).

Miles de inmigrantes más han entrado en España por tierra, principalmente por los enclaves españoles de Ceuta y Melilla en la costa norte de Marruecos, la única frontera terrestre de la Unión Europea con África. Una vez allí, los inmigrantes son alojados en refugios temporales y después trasladados al territorio peninsular, y desde allí muchos prosiguen a otras partes de Europa.

En total, unos 12.000 migrantes han llegado a España en lo que va de año, frente a los 13.246 en todo 2016. En comparación, 14.156 migrantes han llegado a Grecia en lo que va de 2017.

Italia sigue siendo la principal puerta de entrada a Europa, con alrededor de 97.000 llegadas en este año, frente a las 181.436 en todo 2016. Italia ha sido el principal punto de entrada a Europa desde que, por el acuerdo sobre migración de la UE con Turquía, firmado en marzo de 2016, se cerró la ruta de Turquía a Grecia, durante una época el punto de entrada a Europa preferido por los inmigrantes de Asia y Oriente Medio. Casi 600.000 migrantes han llegado a Italia en los últimos cuatro años.

En mayo, Italia firmó un acuerdo con Libia, el Chad y Nigeria para contener el flujo de migrantes a través del Mediterráneo mejorando sus controles en las fronteras. En julio, Italia también llegó a un acuerdo con Francia y Alemania para endurecer la normativa respecto a las organizaciones humanitarias que operan barcos en el Mediterráneo y destinar más fondos a la guardia costera libia.

Desde entonces, la guardia costera libia ha evitado que miles de inmigrantes partan de la costa libia hacia Italia. Estas medidas más estrictas, sin embargo, han hecho que los potenciales inmigrantes peleen por encontrar una ruta alternativa para cruzar el Mediterráneo. Esto parece explicar el aumento de los inmigrantes que llegan a España.

El 14 de agosto, Frontex, la agencia de la Unión Europea para la gestión de las fronteras, informó de que el número de migrantes africanos que llegan a Italia desde Libia descendió en julio más de la mitad respecto al mes anterior. Durante este periodo, el número de migrantes que han llegado a España ha crecido de forma acusada.

Frontex dijo que 10.160 migrantes habían llegado a Italia por mar en julio, el 57% menos que en junio y el nivel más bajo de llegadas en julio desde 2014. Según Frontex, 2.300 migrantes lograron llegar a España en julio, cuatro veces más que el año anterior. Se cree que la mayoría de los migrantes que llegan a Italia y España son de carácter económico que buscan una vida mejor en Europa, no refugiados de zonas en conflicto.

«La inmensa mayoría de los migrantes que cruzan a Italia desde Libia vienen de Senegal, Gambia, Guinea y otros países del oeste de África», dijo Joel Millman, portavoz de la OIM, en una entrevista con The Financial Times. «Dadas las fuertes medidas que se han tomado contra la migración en Libia, parece lógico que muchos eviten la peligrosa travesía por el desierto a Libia y opten por cruzar por Marruecos».

Julio Andrade, concejal en Málaga, una ciudad portuaria del sur de España, lo llamó «efecto globo». En una entrevista con The Irish Timesdijo: «Si aprietas en una parte, el aire se va a otra. Si hay mucha presión policial y detenciones de mafias en las rutas mediterráneas a través de Grecia e Italia, por ejemplo, entonces las mafias buscará otras rutas».

Las autoridades españolas han informado de que han aumentado los migrantes africanos que intentan cruzar la frontera por tierra en Ceuta escalando las vallas, que miden hasta seis metros de altura y están coronadas por alambre de espino. El ministro del Interior español, Juan Ignacio Zoido, dijo que hubo 2.266 intentos de saltar el perímetro en Ceuta en los primeros siete meses de 2017, frente a un total de 3.472 en todo 2016.

El 7 de agosto, más de 300 personas, en su mayoría del África subsahariana, rodearon a las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes y asaltaron el paso fronterizo de El Tarajal; 186 personas lograron llegar a territorio español. El 8 de agosto, más de mil migrantes armados con arpones y piedras intentaron traspasar el mismo cruce de frontera. El 9 de agosto, las autoridades españolas cerraron la frontera durante una semana. El 10 de agosto, unos 700 migrantes asaltaron la frontera; 200 migrantes fueron detenidos.

Mientras, el 9 de agosto, un vídeo mostraba un bote inflable, en el que iban decenas de migrantes, a su llegada a una playa llena de bañistas en Cádiz. José Maraver, director de un centro de rescate en la cercana Tarifa, le dijo a The Telegraph que un segundo bote había tocado tierra en otra playa de la zona y que la escena era ahora habitual. «Todos los días hay botes, todos los días hay migración», dijo. «La situación se está volviendo muy complicada».

Los migrantes también utilizan otros medios para llegar a España. El 6 de agosto, por ejemplo, cuatro marroquíes alcanzaron la costa de Málaga subidos en motos acuáticas. Durante julio y agosto, la policía interceptó al menos a dos docenas de migrantes que utilizaban motos acuáticas para cruzar a España. El 10 de agosto, la policía, mediante el uso de sensores de movimiento y cámaras de imagen térmica, descubrió a 56 migrantes, entre ellos 14 niños, ocultos dentro de camiones que procedían de Ceuta al puerto peninsular de transbordadores en Algeciras.

En un editorial del 9 de agosto, el periódico español El País dijo que era «obvio que la presión migratoria se ha trasladado al Mediterráneo occidental y no hay indicios que hagan vislumbrar que esta situación cambie en un futuro próximo». Decía también:

  • La presión migratoria sobre España está experimentando en las últimas semanas un incremento de tales dimensiones que desborda todas las medidas de vigilancia y control. Las masivas entradas de subsaharianos a través de la frontera de Ceuta, ya sea saltando la valla o atravesando a la carrera el paso de El Tarajal, ponen de manifiesto las enormes dificultades para frenar la entrada a quienes huyen de la guerra, el hambre o la penuria económica. […]

 

  • La gestión de los flujos migratorios exige una política europea enérgica, eficaz y solidaria, además de recursos económicos suficientes. España no puede ser, en solitario, el guardián del sur de Europa.

El ministro de Fomento alemán, Gerd Müller, advirtió hace poco de que Europa debe prepararse para la llegada de más millones de migrantes de África:

  • Los mayores movimientos migratorios no se han producido aún: la población de África será del doble en las próximas décadas. Un país como Egipto crecerá hasta los 100 millones de personas, y Nigeria hasta los 400 millones. En nuestra era digital, con internet y los teléfonos móviles, todo el mundo conoce nuestra prosperidad y estilo de vida.

El director de Naciones Unidas en Ginebra, Michael Møller, ha expresado las mismas preocupaciones:

  • Lo que hemos visto es una de las mayores migraciones humanas de la historia. Y no va a hacer más que acelerarse. Los jóvenes tienen todos teléfonos móviles y pueden ver lo que está pasando en otras partes del mundo, y eso actúa como un imán.

El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, dijo que, con el fin de contener el flujo de migrantes de África, la Unión Europea tendrá que invertir miles de millones en desarrollar una estrategia a largo plazo para estabilizar el continente: «Si no logramos resolver los problemas centrales en los países africanos, diez, veinte o incluso treinta millones de migrantes llegarán a la Unión Europea en los próximos diez años».

Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York. 

Traducción del texto original: Europe: Migrant Crisis Reaches Spain
Traducido por El Medio 

 

 
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