En estos días los judíos celebramos la entrada de un nuevo año (Rosh Hashaná). Los bien acostumbrados hacen un alto en el camino, cogen papel y lápiz y trazan nuevos retos y proyectos para los siguientes doce meses; otros, también formulan deseos y depositan en su fe la esperanza de que se cumplan.
Los nuevos retos y proyectos (terminar esa novela que se me resiste, hacer más deporte, pintar un cuadro, etc.) ya están anotados. Así que tomaremos ejemplo de los segundos y pediremos unos cuantos deseos para el próximo año en Oriente Medio:
Para el año 5778 deseo:
- Que los suníes no se reboten y vayan en serio con la paz regional propuesta por Trump.
- Que el ISIS, Al Qaeda y como se llame ahora el Frente al Nusra desaparezcan definitivamente. Tragados por un agujero interdimensional que se abra bajo sus pies o aniquilados por cazas F-16. Lo mismo da.
- Que Bashar al Asad pague por sus crímenes y responda por su uso reiterado de armamento químico contra población civil.
- Que, si estalla otra guerra entre Israel y Hezbolá, a ésta, debido al trabajo de una start upisraelí –pongamos por nombre SabotaX–, le fallen sus más de 100.000 cohetes y le exploten antes de lanzarlos.
- Que, en Israel, de una vez por todas se vaya en serio con la derogación de la Ley Tal y los jaredíes vayan al Ejército, o trabajen; o algo.
- Que haya un primer ministro de Israel no ashkenazí (aunque, si lo pienso bien, igual aún no es el momento).
- Que Israel no se convierta en una teocracia.
- Que –y seguimos con Israel– de una vez por todas abran las puertas de la Rabanut (ministerio religioso con competencia exclusiva en lo relacionado con el matrimonio y la definición de judío) y así vemos lo que hay dentro, aunque acojone.
- Que baje el precio del petróleo hasta mínimos históricos, o que sea el primer año en el que descienda su consumo. Sin crudo íbamos a ver a muchos envainársela. Y a muchos grupos terroristas, bebiéndoselo.
- Que colapse el Gobierno de Hamás en Gaza y que a Mahmud Abás lo sustituya Mohamed Dahlán. Ya.
- Que renueven Fauda para una tercera temporada.
- Que Gal Gadot sea ministra de Exteriores de Israel.
- Que –vuelvo a Israel– a los rabinos jaredíes más radicales se les crucen los cables y se vayan a Polonia y a Lituania.
- Que Putin aparte sus manos de Oriente Medio.
- Que en Irán haya un cambio de régimen, previo entierro del Líder Supremo.
- Que Finkelstein y Silberman saquen un nuevo libro, así como Harari.
- Que Qatar se quede sin dinero para propaganda y que cierre Al Yazira por falta de medios.
- Que echen el cierre todas y cada una de las empresas de operaciones binarias y forex en Israel.
- Que se inicie alguna estrategia para pervertir desde Occidente a la población musulmana radicalizada de Oriente Medio. Un poco de rock and roll, un poco de McDonalds, un poco de Simpsons, Juego de tronos, Los Soprano, algún reality show… La TV, la comida rápida y la música rock hacen una increíble contribución a la paz.
- Que cierren el Ministerio de Hasbará en Israel por inútil.
- Que –más en Israel– impartan cursos de educación y cortesía obligatoria a los taxistas, a los tenderos de los mercados y a unos cuantos más….
- Que Siria e Irak se unan y formen un gran Estado árabe multiconfesional, con capital en Damasco, como pensaban en Sykes-Picot.
- Que el Kurdistán sea independiente y a Erdogan le dé una fuerte acidez de estómago por ello.
- Que muchos corresponsales de prensa españoles acreditados en Israel, como Eugenio García Gascón o Isabel Pérez, tengan una revelación y dejen de hacer activismo político y se pongan a hacer periodismo, de una vez por todas y después de tantos años.
- Que Jared Kushner se pase al judaísmo conservador y que en el Muro de las Lamentaciones se habilite una zona de rezo mixto.
- Que Qasem Soleimaini tenga un final, aunque sea épico. En una batalla con espadas a lomos de un caballo contra un combatiente suní en la frontera irano-iraquí nos vale. Algo novelesco. Pero que tenga un final de una vez y no se consumen sus diabólicos planes.
- Que Trump construya una de sus torres en Tel Aviv. Ya puestos, por ahora la inflación inmobiliaria no tocará techo en Israel, con o sin él.
- Que Matisyahu sea el próximo embajador norteamericano en España.
- Que de una vez por todas sepamos quién mató a Alberto Nisman.
- Que el socorrista de la playa de Tel Aviv se jubile.
- Que se fusionen todas las corrientes del judaísmo en una sola.
- Que se fusionen todas las vertientes del islam en una sola.
- Que los Estados del Golfo acojan refugiados sirios.
- Que la condición sexual, las creencias o el origen de un individuo no sean nunca más causa de muerte de un individuo.
- Que la Liga Árabe reconozca por aclamación que no puede echar la culpa de todo lo que pasa en la región a Israel. Que haga como el emir de Bahréin, vamos.
- Que el hummus de Abu Gosh se exporte a todas partes del mundo a precios bajísimos.
- Que la Hermandad Musulmana cambie de estrategia y, en lugar de asaltar Estados, abrace el tribalismo y deje a todo el mundo en paz.
- Que la ONU nombre a un israelí subsecretario general.
- Que cierren el Consejo de Derechos Humanos de la ONU o que, al menos, no dejen que países violadores de los derechos humanos marquen la agenda.
Y lo más difícil de todo:
- Que se firme una paz justa, estable y duradera entre israelíes y palestinos.
GRACIAS Dori. Para ti y tu familia tambien. Shanah Tovah y arbeh, arbeh BRIUT