B’H
La Esencia del Día
Iom Kipur tiene un poder especial, ya que “se arrepienta uno o no se arrepienta, Iom Kipur expía.” Para citar a Rambam, “La esencia del día expía.”
La expiación no es simplemente evitar el castigo, sino purificar el alma-”’kapara’ es una expresión de ‘restregar,’ sacar restregando el sucio del pecado.” La “esencia del día” logra dos cosas: cancelación del castigo y remoción de las “manchas” y la “suciedad.”
Iom Kipur tiene el poder de purificar (aún si presumiblemente esto requiere arrepentimiento) porque entonces se revela el vínculo entre la esencia del alma y la esencia de Di-s. Este vínculo no es creado por el servicio humano, sino que existe naturalmente: la esencia del alma es literalmente parte de Di-s, lo que “Cuelga de ti y se te une… el único pueblo que afirma Tu unicidad.” Al igual que este vínculo no es formado por el servicio humano, así también no es debilitada ni manchada por el pecado.
Claramente, entonces, cuando el vínculo entre Di-s y el pueblo judío se revela, todas las “manchas” son anuladas automáticamente, ya que en esos niveles manchados por el pecado, la expiación requiere arrepentimiento, lo que anula todo lo que se oponga a la unión con la Divinidad. La expiación de Iom Kipur, sin embargo, es lograda revelando el nivel del alma que el pecado no puede afectar ni dañar, para empezar. (www.es.chabad.org).
EL SONIDO DE UNA FLAUTA
Había cierto campesino judío que vivía junto con su pequeño hijo en las cercanías de Medzibuz. El niño, de unos 6 años, se había criado en el campo y nunca había asistido a un jeder (escuela judía de primeras letras). Le gustaba vagar por el campo haciendo sonar una flauta de caña que su padre le había fabricado.
El padre sabía que se aproximaba Iom Kipur y decidió ir a Medzibuz para pasar el día en la sinagoga del Baal Shem Tov, llevando al pequeño con él para que viera algo de judaísmo.
En la víspera de Iom Kipur el padre tomó su carreta, unció al caballo, subió al niño al pescante y ambos partieron al pueblo. Pero el padre no notó que su hijo había tomado la flauta.
Cuando llegó el momento de Kol Nidrei el padre horrorizado vio que el niño sacaba de entre sus ropas la flauta. Con una mirada furibunda se la arrebató. El niño se quedó sentado triste junto a su padre.
Pasó Arvit, Shajarit, Musaf, Minjá y llegó la hora de Neilá. El Baal Shem Tov oficiaba y su voz se quebraba en sollozos. Todos estaban pendientes de las plegarias, incluso el padre, hasta tal punto este estaba concentrado que no advirtió que su hijo tomaba la flauta y de pronto la hizo sonar con todas sus fuerzas. El padre quedó congelado por la vergüenza. Pero entonces algo ocurrió. Ya la voz del Baal Shem Tov había dejado de ser un sollozo para transformarse en un canto de alegría y triunfo.
Cuando el día terminó el Baal Shem Tov dijo: “Cuando estaba diciendo Neilá vi que se había decretado un año muy duro para los judíos, pero de pronto este niño hizo sonar su flauta y la alegría que sintió fue tan grande que el decreto fue anulado”
Este Iom Kipur no importa si sabemos los significados más profundos de las plegarias, o el significado simple, no importa si solamente sabemos leer del majzor en hebreo o en nuestra lengua materna, o simplemente si solo hacemos sonar la flauta. Sui lo hacemos copn alegría todos los malos decretos serán cambiados para bien.
¡¡¡GMAR JATIMÁ TOVÁ!!!
La Alegría del Pecado
¿Por qué darle tanta atención a los pecados y las faltas?
Por Aron Moss
Pregunta:
Encuentro a Iom Kipur deprimente. ¿Por qué pasar un día concentrados en nuestros pecados y errores? ¿Necesitamos que se nos recuerde cuán lejos estamos de ser perfectos?
Respuesta:
Iom Kipur celebra el ser humanos. Y ser humano significa ser imperfecto.
Los errores humanos son tan predecibles que Di-s ha puesto en el calendario un día anual de perdón. No es una festividad optativa sólo para aquellos que han pecado. Iom Kipur viene cada año para cada persona. Es como si se esperara que nosotros pequemos, que siempre haya desarreglos que debemos enmendar. Di-s no está tan sorprendido por nuestros errores que permite un día de limpieza cada año. Nunca se pensó que fuéramos perfectos.
Cada Iom Kipur recibimos una nota de Di-s que dice algo como esto:
“Se que ustedes son humanos. Los humanos no son perfectos. Yo los hice así. Y de todos modos los amo. En realidad es por eso que los amo —porque no son perfectos. Ya tenía perfección antes de crearlos. Lo que quiero de la creación es un mundo imperfecto que se esfuerce por mejorar, lleno de seres humanos que se equivocan, se levantan y avanzan. Al ser imperfectos pero sin embargo perseverantes, han cumplido el propósito de su creación. Han logrado lo único que no puedo hacer sin ustedes —han traído a un Di-s perfecto a un mundo imperfecto.
Gracias
Con amor, Di-s”
Puesto que ninguno de nosotros es perfecto, Iom Kipur es nuestro día. En lugar de estar deprimidos por nuestros errores, los celebramos. Cada pecado, cada desliz, cada intento fallido de vivir de acuerdo a nuestra vocación es otra oportunidad de crecer y mejorar. Fracasar en nuestra misión en si mismo parte de nuestra misión.
Iom Kipur es el día en que Di-s nos agradece que seamos humanos, y nosotros agradecemos a Di-s que no somos perfectos. Si lo fuéramos no tendríamos nada que hacer. (www.es.chabad.org)
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