Si prestan atención a los defensores y simpatizantes de los palestinos que viven fuera de Oriente Medio, podrían pensar que lo que interesa sobre todo a los palestinos de la Margen Occidental y la Franja de Gaza son los asentamientos, los boicots, la “ocupación”, atacar a Israel y alcanzar una solución de dos Estados. Habría que preguntarse si estos activistas hablan alguna vez con los palestinos que viven en los territorios, porque cuando los encuestadores les preguntan se ve claramente que sus opiniones son bien distintas.
El Palestinian Center for Policy and Survey Research (PSR) hizo su encuesta más reciente este mes, y encontró que “a una abrumadora mayoría de la opinión pública palestina le preocupa el futuro de las libertades en Palestina”. Tanto Mahmud Abbas en la Margen Occidental como Hamásen Gaza niegan a los palestinos sus derechos civiles básicos: libertad de expresión, libertad de culto, libertad de prensa y libertad de reunión. Los derechos de la mujer son prácticamente inexistentes, y hay tolerancia cero hacia los palestinos LGBTQ.
Como ya he escrito, quienes dicen estar profundamente preocupados por el bienestar de los palestinos jamás se alzan en defensa de los derechos de los palestinos cuando son vulnerados por la Autoridad Palestina (AP) ni critican el régimen autoritario de Abbas. ¿Cuándo fue la última vez que el American-Arab Anti-Discrimination Committee, el Arab American Institute, Students for Justice in Palestine, Jewish Voice for Peace, CAIR o cualquier otra organización propalestina condenó los abusos? Sólo les sale la voz si encuentran alguna forma de culpar a los judíos, porque prefieren hacer propaganda contra Israel antes que ayudar a los palestinos.
Mientras que sus defensores en el extranjero disfrutan de libertad para expresarse –pero no lo hacen–, en los territorios los periodistas y activistas palestinos son sistemáticamente detenidos. Más del 80% de los encuestados dijo que la AP no tiene derecho a detener a activistas como Isa Amro, detenido y –según se ha reportado– golpeado por criticar que la AP haya arrestado al periodista palestino Aymán al Qawasami. Sin embargo, la mayoría de los palestinos admite que tiene miedo a criticar a la AP.
Preguntando cuál considera que es el problema más grave al que se enfrenta su sociedad, la opinión pública palestina cita la pobreza y el paro y el alcance de la corrupción en las instituciones como sus dos primeras preocupaciones. Sólo el 23% se decantó por la persistencia de la ocupación y la actividad en los asentamientos. ¿Cuándo fue la última vez que oyó a un activista propalestino hablar de pobreza y corrupción?
A pesar de que Abbas amenaza periódicamente con disolver la AP en respuesta a las acciones israelíes, como si esto supusiese algún tipo de castigo para Israel, el 50% de los palestinos desean que lo haga porque consideran a la AP “una carga para el pueblo palestino”. Nada menos que un 67% de la opinión pública quiere que Abbas dimita (el 80% entre los gazatíes), y el 65% no está satisfecho con su desempeño como presidente.
Oímos mucho hablar a los detractores de Israel del bloqueo de Gaza, precipitado por los ataques terroristas de Hamás, pero los gazatíes están cada vez más molestos con Abbas. Según la encuesta, “los gazatíes están tomando distancias insólitas respecto a Fatah y los líderes palestinos”, por las sanciones que Abbas impuso a la Franja en un intento de presionar a su población para que se pusiera en contra de Hamás.
Dado el estado en que se encuentra la AP, no sorprende que el 43% de los gazatíes y el 22% de los palestinos en la Margen Occidental digan que quieren emigrar a otros lugares. Nótese, también, que jamás se escucha a los palestinos o a sus defensores pedir a la gente que se vaya a vivir a los territorios de la AP para construir el Estado o luchar por la independencia; este es uno de los muchos contrastes con el compromiso del pueblo judío con su patria.
Los defensores de los palestinos que tienden a ser hostiles a las conversaciones de paz y lasolución de los dos Estados están más en sintonía con la población palestina en los territorios. Casi tres cuartas partes de la opinión pública palestina no cree que la Administración Trump se tome en serio la consecución de un acuerdo de paz, y el 55% está en contra de aceptar una invitación de la Administración a reanudar las negociaciones con Israel. Una exigua mayoría (52 a 47%) apoya la solución de los dos Estados; el 31% está a favor de un solo Estado.
Una novedad positiva en la encuesta es el aumento del apoyo a la resistencia no violenta (aún sólo un 26%), que los encuestadores atribuyen a que se consiguió obligar a Israel a retirar los detectores de metal en el acceso al Monte del Templo. Sin embargo, la encuesta también reveló que el apoyo a la violencia había aumentado, y que el 35% de la opinión pública cree que la violencia es el medio más eficaz para lograr la independencia. Más ominosamente, el 45% está a favor de una vuelta a la intifada armada a falta de negociaciones de paz.
Un resultado interesante es que los palestinos parecen haber desarrollado una visión más realista de la importancia de su causa para el mundo árabe. Aunque algunos defensores propalestinos (y arabistas) perpetúan el mito de que la cuestión palestina es fundamental para la estabilidad de Oriente Medio, el 77% de los palestinos cree que “el mundo árabe está demasiado preocupado por sus propios asuntos, los conflictos internos, el conflicto con Irán, y que Palestina ya no es la principal cuestión o causa para los árabes”.
A veces se acusa a los defensores de Israel de apoyar ciegamente al Gobierno israelí, cuando en realidad no faltan las críticas israelíes a los líderes y las políticas del Estado judío. No se puede decir lo mismo de nuestros amigos propalestinos.
La indignación y la moral selectivas los defensores de los palestinos queda patente en su silencio ante el maltrato que reciben los palestinos de sus propios líderes. Esta obsesión hipócrita con los pecados reales e imaginados de Israel subraya su falta de sinceridad, y revela que a la mayoría les importa menos el bienestar de los palestinos que la demonización, si no la destrucción, de Israel.
© Versión original (en inglés): The Algemeiner
© Versión en español: Revista El Medio
Los palestinos se asemejan a aquellas comunidades sumidas en la pobreza, quienes no desean erradicar esa pobreza, porque sin ella tendrán