Por Israel


Defendemos un ideal no a un gobierno
Síguenos en Facebook Twitter Twitter YouTube RSS Feed
| lunes diciembre 23, 2024

Cómo un líder extremista de Hamas se convirtió en un activo estratégico de Egipto.


Yahya Sinwar. Seen as the key to fulfilling Egyptian dream to restore its position as the most influential Arab state in the region (Photo: AP)
Yahya Sinwar. Visto como la clave para cumplir el sueño egipcio de restaurar su posición como el estado árabe más influyente en la región (Foto: AP)

Traducido para PorIsrael por Yetty Blum.

Después de ser perseguido por el Shin Bet durante años, Yahya Sinwar tiene un nuevo motivo de preocupación. Siendo la persona que lidera el proceso de reconciliación con Fatah, ha ganado muchos enemigos, desde la inteligencia iraní en Beirut hasta los partidarios de Mohammad Dahlan en Gaza. No es de extrañar que sea una de las personas más fuertemente vigiladas por los egipcios, que lo ven como su inversión más importante en el conflicto israelo-palestino.

Una de las personas más fuertemente vigiladas en suelo egipcio en estos días es el líder de Hamas en Gaza, Yahya Sinwar. En todos los años que pasó fuera de la cárcel israelí, perseguido persistentemente por el Shin Bet, no obtuvo el tipo de protección que recibe hoy. Los egipcios lo tratan como una preciosa joya envuelta en suave lino y guardada en una caja plateada.

Sinwar, ex jefe del ala militar de Hamas, es hoy la inversión estratégica más importante de Egipto en el conflicto israelo-palestino. Él es la clave para cumplir el sueño egipcio de restablecer su posición como el estado árabe más influyente de la región, al que todos se acercarían para poner fin a la ruptura dentro de la sociedad palestina, lo que obligaría al Primer Ministro Benjamin Netanyahu a sentarse a la mesa de negociaciones con un liderazgo palestino unido para entablar conversaciones sobre un acuerdo permanente.

Por cierto, el apetito egipcio de restablecer su condición de principal país árabe no se limita a la cuestión israelo-palestina. Los egipcios se ven a sí mismos como el eje principal que conducirá a una reconciliación en Siria. En conversaciones con líderes mundiales, incluidos líderes israelíes, se presentan como los únicos capaces de hablar tanto con Netanyahu como con el presidente sirio Bashar Assad, tanto al presidente ruso Vladimir Putin como al presidente estadounidense Donald Trump, así como a los kurdos y los drusos, al presidente turco Recep Tayyip Erdogan e incluso a los iraníes. Creen que son los únicos que pueden cuadrar los círculos sirios. Ellos solo esperan que Israel les pida ayuda para un acuerdo permanente en las Alturas del Golán.

La seguridad masiva alrededor de Sinwar no comenzó cuando aterrizó en El Cairo la semana pasada para participar en la etapa práctica de las conversaciones de reconciliación entre Hamas y Fatah. La Dirección General de Inteligencia de Egipto se ha estado «acercando» a él durante varias semanas, incluso en la Franja, como resultado de una lección que aprendieron después de perder una preciosa inversión estratégica en Gaza debido a la falta de vigilancia.

En 2012, la Dirección General de Inteligencia egipcia invirtió en el «gemelo siamés» de Sinwar, Ahmed Jabari, conocido en Israel como «jefe de estado mayor de Hamas». Los egipcios «reeducaron» a Jabari en un intento por convertirlo en la punta de lanza de los intereses egipcios en la región: desde desconectar a Hamas de los movimientos jihadistas en el Sinaí hasta obtener el control de la intensidad en la fricción entre Israel y Hamas y el diálogo entre Hamas y Fatah.

Los funcionarios de inteligencia egipcios comenzaron a sentir que su inversión en Jabari estaba dando sus frutos. Pero el  Shin Bet israelí liderado por Yoram Cohen y Nadav Argaman, su adjunto y el actual líder de la organización, no se sintieron impresionados por el esfuerzo egipcio y por la posibilidad que Jabari tuviera una influencia positiva en la situación de seguridad de Israel.

El 14 de noviembre de 2012, mientras los dos se sentaban en la sala de operaciones de Shin Bet, Argaman dio la orden de lanzar un misil desde «un avión israelí» a un vehículo que transportaba al hombre que el Shin Bet vio como su objetivo número uno de asesinato. Jabari fue asesinado en el acto. Fue el primer disparo de la Operación Pilar de la Defensa. Los egipcios perdieron un activo y una inversión importantes en lo que a ellos respecta, y hasta el día de hoy siguen diciendo a todos los israelíes que estén dispuestos a escucharlos: «Fuiste tan estúpido…”

Todavía hoy existe un temor, tanto en Egipto como en Hamas, que Israel, que es visto como un país que hará todo lo que esté a su alcance para evitar la mesa de negociaciones, también asesinará al activo actual. Y si Sinwar es la clave que lleva a la mesa de negociaciones, Hamas y los egipcios creen que hay una posibilidad que Israel lo ataque.

Mientras tanto, los enemigos inmediatos de Sinwar son internos. El hombre rompió el ADN de Hamas, por lo que se espera que los círculos de personas que buscan su muerte crezcan a medida que avancen las conversaciones con Fatah.

Difícil de domar

El director del Departamento de Inteligencia General Egipcio, Khaled Fawzy, sabía que la pantera que estaba adoptando sería difícil de domesticar. Sinwar pasó la mayor parte de su vida tras las rejas, ya sea en la prisión israelí o en la Franja de Gaza, que es un tipo diferente de prisión. No tiene un conocimiento real del mundo de la política y diplomacia. Sabe lo que es bueno para los campos de refugiados y para los movimientos. Su provincianismo, el hecho que él ve el mundo en blanco y negro y su inflexibilidad, fanatismo y carisma, crean una personalidad construida para cambios dramáticos. Con la ayuda de la Autoridad Palestina e Israel, los egipcios «orquestaron» la crisis humanitaria más grave que Gaza había visto desde el ascenso de Hamas al poder hace 10 años, y entonces crearon una solución que le obligó a tomar decisiones difíciles y los hizo por su cuenta. Hasta el momento, Hamas no ha permitido que nadie tome decisiones estratégicas importantes que conduzcan a un cambio de política. Siempre tuvo que ser aprobado por el Consejo de Shura, el buró político o ambos. Siempre llevó tiempo, y siempre hubo un consenso sobre las decisiones.

Sinwar watches as senior Fatah official Azzam al-Ahmad (R) and Hamas deputy politburo chief Saleh al-Arouri sign a reconciliation deal in Cairo last Thursday (Photo: EPA)

Sinwar observa como el alto funcionario de Fatah, Azzam al-Ahmad (R) y el jefe adjunto del politburó de Hamas, Saleh al-Arouri firman un acuerdo de reconciliación en El Cairo el pasado jueves (Foto: EPA)

Sinwar tomó decisiones sumamente dramáticas por su cuenta: Abandonando Qatar, Erdogan y el movimiento de la Hermandad Musulmana en Egipto y buscando apoyo político y económico egipcio; renunciar al gobierno civil en la Franja de Gaza en favor de un rival ideológico que fue derrotado en una gloriosa revolución en 2007 y admitir el fracaso del gobierno de Hamas en la vida cotidiana en la Franja, rompiendo gradualmente los lazos con miembros del Estado Islámico en el Sinaí.

Sinwar pudo hacerlo porque cerca del 40 % del liderazgo de Hamas en la Franja está afiliado al ala militar de la organización. Además, más de un tercio de los miembros del Comité Ejecutivo de Hamas son prisioneros liberados como él. Y lo más importante, Sinwar goza de amplio apoyo popular, siendo el primer líder de Hamas en presentarse al público de Gaza con algún tipo de solución en la forma de una reconciliación con Fatah, lo que puede mejorar la vida del pueblo y eliminar el aislamiento egipcio.

A diferencia del presidente palestino Mahmoud Abbas, Sinwar tiene un mandato. Según las encuestas internas realizadas por la propia AP, el apoyo público a Abbas es muy bajo.

El presidente Trump obtiene calificaciones de aprobación más altas entre el público estadounidense en un mal momento, aún así mejores que las calificaciones de aprobación de Abbas entre el público palestino en un buen momento. Pero las decisiones tomadas por Sinwar, sin el consenso aceptable en decisiones tomadas por Hamas hasta el momento, han creado desavenencias entre diferentes partes interesadas dentro y fuera de Gaza, cuya posición está amenazada por la conexión con Egipto y la reconciliación interna palestina.

Los leales a Mohammad Dahlan en el liderazgo de Fatah en Gaza, por ejemplo, están muy descontentos con la idea que Dahlan -que fue llevado a Gaza por Egipto como elemento principal en el proceso de reconciliación entre las organizaciones y como posible sucesor de Abbas- fue dejado a un lado ante el regreso de la AP a la Franja en un papel de liderazgo. A Abbas no le gustaría ver a Dahlan ni a ninguna de sus personas en una posición superior en Gaza. Cualquier progreso en la entrega del control de Gaza a Abbas sacaría a Dahlan de la imagen, y sus hombres se encontrarían sin voz nuevamente. El jefe de inteligencia egipcio es visto como uno de los mejores jugadores de póker en la región: Fawzy utilizó a Dahlan para empujar a Abbas al proceso. Tan pronto como Abbas quedó atrapado en la trampa y aceptó las conversaciones, el papel de Dahlan había terminado.

Por el momento, el principal obstáculo en el acuerdo de reconciliación entre Hamas y Fatah es el tema de seguridad: quién será responsable de la seguridad en la Franja de Gaza y qué pasará con el aparato de seguridad de Hamas y el brazo militar de la organización. En un intento de retrasar lo inevitable, los egipcios están tratando de convencer a las dos partes que esperen con el tema hasta que se firme un acuerdo con Israel. Con el fin de seguir aferrándose a una fuerza militar independiente, y para satisfacer a la Autoridad Palestina (que exige un arma, una ley y un gobierno), el ejército de Hamas mantendrá un bajo perfil en sus pruebas de entrenamiento y armas.

Las decisiones para atacar a Israel se tomarán luego de consultar a la AP. Estos problemas de seguridad deben resolverse, eventualmente, en un comité conjunto con Egipto y otros estados árabes. Esto se decidió en 2011 en el Acuerdo de El Cairo, que incluye todos los componentes de la integración política entre Hamas y Fatah, como los sistemas electorales y la cooperación militar y civil. El Acuerdo de El Cairo sirve como base para las discusiones que se celebran actualmente entre Hamas y la Autoridad Palestina. Sinwar ya había fracturado el monopolio de Hamas sobre la seguridad en la Franja en su acuerdo para discutir la entrega de algunos de los papeles policiales en Gaza a la AP.

En las conversaciones preliminares, los egipcios presentaron soluciones que no fueron rechazadas de antemano, como la entrega de partes del ministerio del interior de Gaza a la AP, incluida la entrega de la responsabilidad sobre el policía de Gaza al ministro del interior sujeto al Primer Ministro palestino Rami Hamdallah, lo que significa que Hamas concederá unos 12,000 policías armados.

Una de las disputas sobre lo que se hará con las armas de esos policías, ¿Serán transferidas a la AP o permanecerán en manos de Hamas? Por otro lado, Hamas ha anunciado que no tiene intención de abandonar el aparato secreto de seguridad interna, en el que se basa el régimen. Este aparato incluye a unos 6,000 miembros de Hamas que participan en actividades contra grupos subversivos.

Solo recientemente, sus miembros arrestaron a la persona numero uno y más buscada del aparato, líder de ISIS en la Franja, Nur Issa, junto con un grupo de sus asociados.

Lo que sucederá con el aparato en el nuevo acuerdo sigue sin quedar claro, pero Hamas ya dejó su presencia en el cruce de Rafah, que probablemente será entregado a la Guardia Presidencial, un aparato de AP en Ramallah que también protegerá al nuevo gobierno. Tres pájaros de un tiro. Los altos miembros de Hamas que rodean a Sinwar creen que estas pequeñas concesiones de seguridad son solo el comienzo. El ala militar de Hamas incluye un grupo ideológico muy fuerte, parte del cual apoya la batalla yihadista contra Israel y los «regímenes podridos» de la región y cuyos miembros están preocupados por lo que ven como una venta de liquidación del movimiento Hamas.

El ala militar también incluye a un grupo de líderes pro-iraníes. Las descongeladas relaciones con Egipto están expulsando a Irán y Hezbolá de Gaza, luego de años de apoyo financiero y profesional al ala militar de Hamas. Los miembros del movimiento pro iraní temen que una inversión de un año se vaya por el desagüe, junto con sus altas posiciones.

Sinwar (on the far right) with the Hamas delegation to Cairo

Sinwar (a la extrema derecha) con la delegación de Hamas en El Cairo

El hombre más afiliado a las renovadas relaciones entre Hamas e Irán, el nuevo diputado Saleh al-Arouri, jefe del politburó Ismail Haniyeh han sido elegidos para encabezar la delegación de Hamas en las conversaciones con la Autoridad Palestina en El Cairo, pero eso no ha ayudado a aliviar las preocupaciones de altos líderes pro-iraníes de Hamas, como el comandante del ala militar Marwan Isaa o Mahmoud al-Zahar. Al igual que otros miembros de alto rango de Hamas, pueden llegar a la conclusión que Sinwar es una especie de aventurero que está asumiendo riesgos innecesarios y poniendo en peligro al movimiento Hamas. Los iraníes, por su parte, no han detenido su actividad subversiva contra Israel en Gaza y en Cisjordania por un minuto. Cualquier intento de reconciliación que pueda frustrar esta actividad solo aumenta su apetito para eliminar cualquier elemento disruptivo de la arena.

Los oficiales de la agencia de inteligencia iraní en Beirut están operando células y agentes palestinos en Cisjordania y Gaza, y son capaces de asesinar a Sinwar sin pestañear. El nombramiento de Al-Arouri como jefe de la delegación es un intento de Sinwar y Haniyeh de matar tres pájaros de un tiro: silenciar a los partidarios de Irán; neutralizar a los partidarios del ex jefe del politburó, Khaled Mashaal, que no aprueba estos movimientos; y para asegurar que Cisjordania también esté representada, ya que al-Arouri fue recientemente electo como líder del movimiento en Cisjordania. La lista de opositores también está acompañada por altos funcionarios del gobierno de Hamas, que se verán obligados a abandonar sus escaños en favor de las oficinas de los ministros de Ramallah y sufrirán despidos masivos.

También hay organizaciones salafistas que son perseguidas por Hamas y están amenazando abiertamente a Sinwar y su gente. Esta amenaza incluye la posibilidad de acelerar los ataques con cohetes contra Israel para poner a los líderes de Hamas en problemas con Israel y torpedear los movimientos políticos. Vimos un ejemplo de eso la semana pasada. La IDF respondió a un ataque con cohetes desde la franja con fuego de artillería insignificante, ya que Israel no quiere interrumpir un movimiento dirigido por un amigo importante como Egipto con el apoyo de Estados Unidos, Rusia, las Naciones Unidas, la Unión Europea y la mayor parte del mundo suní.

Por el momento, Israel está evitando tomar medidas que frustren los intentos de reconciliación entre Hamas y Fatah, ya que asume que no llegarán a un punto decisivo que requeriría su intervención. Los funcionarios israelíes creen que hay una buena posibilidad que el movimiento de reconciliación falle, al igual que seis movimientos similares que se lanzaron desde 2007, por lo que está permitiendo que los egipcios se entretengan. El entretenimiento terminará cuando resulte que la estrategia de Israel de separar Gaza y Cisjordania, en los 12 años transcurridos desde la retirada para evitar un verdadero proceso diplomático, ya no es relevante. Yahya Sinwar es consciente de los muchos enemigos que está ganando. En las últimas semanas ha estado abordando diferentes foros, principalmente jóvenes, en un intento por convencerlos que ha elegido la única medida razonable que mantendrá a Hamas con vida. También tiene un mensaje para sus enemigos. En esas reuniones, dice que le partirá el cuello a cualquiera que se oponga al movimiento de reconciliación. Y cuando Yahya Sinwar promete romper el cuello a alguien con las manos, debería tomárselo en serio. Él ya le ha hecho eso a uno de sus oponentes, y no hace mucho tiempo. La capacidad de Sinwar para tomar decisiones y llevar a cambios en la estrategia de Hamas no es solo su ventaja, sino también su mayor desventaja. Si el movimiento falla, el mismo Sinwar tendrá que hacer un cambio radical antes de un conflicto total con los egipcios y con Israel.

 

https://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-5029159,00.html

 

 

 

 

 

 
Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.

¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.