Dentro de pocos días, el 29 de noviembre, se cumplirán 70 años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 181 que recomendaba la Partición de la entonces llamada Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe. El liderazgo sionista de entonces, encabezado por David Ben Gurion, aceptó de inmediato, a pesar de que la fórmula no era ideal , ni por la cantidad ni por la calidad del territorio incluido en las fronteras del futuro Estado, y a pesar de que Jerusalén quedaba fuera, como “corpus separatum” bajo control internacional.
El mundo árabe respondió con un rotundo “no”. No solamente rechazó la recomendada partición, sino que se lanzó a la guerra. El naciente Estado judío debió lidiar con la invasión de cinco ejércitos árabes regulares, que ya había sido precedida por innumerables ataques de las fuerzas irregulares de Fawzi el-Kaukji en el norte y otras bandas locales en diferentes puntos del país. Los árabes, que hoy tanto alegan que Israel “desobedece” resoluciones de las Naciones Unidas, mancharon de sangre aquella resolución 181. Dijeron explícitamente que no la acatarán..pero no simplemente rehusando cumplir su significado político, sino tratando de eliminar por la fuerza al Estado judío que nació , por ello, en medio de la guerra.
El mundo árabe impuso así una tragedia a los palestinos, muchos de los cuales se convirtieron en refugiados por la cerrazón y el odio de sus “hermanos”. Pero también los árabes locales, que hoy llamaríamos palestinos, tuvieron su parte de la responsabilidad. Probablemente no los civiles, no aquellos que simplemente vivían sus vidas y luego la vieron trunca en medio de la guerra..pero sí su liderazgo, el nefasto liderazgo del Mufti de Jerusalén Hajj Amin el-Husseini.
El liderazgo “palestino” de entonces no fue una mera víctima de las malas decisiones de la Liga Árabe. El Mufti se veía como socio de Hitler y llamaba al exterminio de los judíos también por Radio Berlín…
A pesar de ese craso error histórico, del “no” rotundo a la resolución de partición de Palestina, con el que los árabes estaban dispuestos a perder la posibilidad de la creación de ese nuevo Estado árabe allí recomendado, con tal de impedir la creación del Estado judío, no se aprendió mucho.
Nadie pretende que los palestinos acepten entusiastamente las posturas israelíes. Es más que natural que haya discrepancias y mutuas críticas. Pero no se puede tergiversar la historia.
Figuras palestinas diversas, y no pocas, suelen ir más allá de la legítima discusión, e intentan en sus proclamaciones y posturas públicas, dar a entender-o decir explícitamente- que Israel se instaló en una tierra que no le pertenece, en la que era un extraño, con la que no tenía vínculo histórico alguno. La semántica no ayuda…Muchos creen la versión palestina que tergiversa la verdad y da a entender que al crearse Israel en la Palestina histórica, se robó de hecho lo que era de ellos, de los palestinos.
La semántica no ayuda…el sonido confunde. Los palestinos, en su propaganda, han logrado crear la impresión en muchos en el mundo, de que el nombre Palestina era por ellos.
Bien sabemos, sin embargo, que Palestina fue el nombre que el imperio Romano dio a Judea, la tierra de los judíos, en venganza por la rebelión hebrea contra Roma. Los árabes palestinos tal como lo conocemos hoy, no existían siquiera en aquel entonces. El Islam no había nacido tampoco.
El término Palestina, que hoy muchos en el mundo creen es por los árabes palestinos, estuvo siempre ligado a la nación judía. En Uruguay, funcionaba el Comité Uruguayo pro Palestina judía. Días atrás, durante una visita a Asunción, el Embajador israelí Zeev Harel nos mostró periódicos de aquellos tiempos, hace 70 años, cuando la votación en la ONU, que también usaban, como en Uruguay, el término “Comité pro Palestina”…se refería a la comisión que bregaba por la creación del Estado judío en su tierra ancestral.
Hasta los antisemitas confirmaban el vínculo, llamando a los judíos a irse de los países en los que vivían, diciendo “Judíos a Palestina! “. O sea, “vayan al sitio del que vinieron”.
Almacén Palestina, antecesor de Macromercado. Banco Palestino…Todas eran instituciones o comercios vinculados a judíos, que destacaban la ligazón con Israel.
Esto no quita la discusión aún candente en Israel sobre cómo dividir la tierra, si es que se llega en algún momento a un acuerdo de paz, para que también los palestinos tengan su independencia, algo que hubieran tenido desde hace 70 años si el mundo árabe todo no hubiese dicho que no.
Pero la historia es clara. Hace 70 años, al aprobarse la resolución 181 no se robó nada a nadie ni se instaló nadie en una tierra foránea. Aquel 29 de noviembre de 1947, se hizo justicia con el pueblo judío, en su tierra ancestral, Israel.
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