A fines del año pasado, Irán fue sacudido por una ola de protestas en varias ciudades, debido a la mala situación económica y la carestía de los alimentos. En las manifestaciones, entre otros asuntos, criticaron el rol de Irán en la región, al intervenir en Siria, Yemen, Líbano y Gaza, lo que implica una gigantesca erogación de dinero, mientras el nivel de vida de los iraníes es bajo y los sueldos son insuficientes. También rechazaron la enorme corrupción, considerando que las riquezas del país están controladas por la elite clerical y la Guardia Revolucionaria.
Obviamente, los disturbios se suscitan por complicaciones estructurales internas. Pero, la teocracia iraní no reconoce su negligencia. El ayatola Jameneí adjudicó los incidentes a “los enemigos de Irán”. Por su parte, el fiscal iraní, Mohamed Jafar Montazeri, culpó a la CIA y a Israel. Como siempre, para este régimen promotor del odio judeófobo, Israel le sirve de excusa.
En Túnez, están ocurriendo revueltas motivadas por el descontento social ante las medidas de austeridad del gobierno. Ese contexto fue aprovechado para incendiar una sinagoga y escuela religiosa judía en la isla de Djerba, donde reside la mayor parte de la pequeña comunidad judía tunecina. Los perpetradores arrojaron bombas incendiarias al patio del templo, no hubo heridos, pero dañaron la construcción.
Hace unos días, Wilda Rodríguez, una columnista de uno de los periódicos de mayor circulación en Puerto Rico, El Nuevo Día, publicó una nota cuyo contenido es típicamente antisemita. Rodríguez atribuyó a los judíos la falta de ayuda estadounidense para la reconstrucción de la isla tras los huracanes del año pasado; escribió: “Al final, el Congreso hará lo que quiere ‘el judío’”. Ni una mención al derroche y corrupción de los gobiernos boricuas.
En nuestro país, un día antes de Navidad, Aporrea publicó un artículo de Esmeralda García Rodríguez, en el cual, traza distorsiones históricas con el fin de culpar a los judíos de diversos asuntos, como la acusación antijudía de pueblo deicida.
Unos pocos ejemplos al azar de las numerosas agresiones en días recientes, muestran cómo se retoman arcaicos prejuicios y libelos surgidos en el oscurantismo medieval, para utilizar al judaísmo como chivo expiatorio ante cualquier problema.
دو لجن