Cascadas en Gan Hashlosha (Sakhne). Foto de Yehoshua Halevi.
Desde el Golán, al norte, a Ein Gedi, al sur, Israel se enorgullece de tener hermosas cataratas. El invierno es la mejor temporada para ver su belleza.
Para los que les encanta chapucear en el agua o simplemente disfrutar de la refrescante espuma que crea ésta al caer, Israel ofrece una gran variedad de espectaculares cascadas a las cuales se puede llegar fácilmente.
Las nieves caídas durante las tormentas de invierno se empiezan a derretir en los surcos del Monte Hermón, el pico más alto de Israel, y el agua baja para pasar por los Altos del Golán, las cascadas de Sa’ar y Banias para llegar, finalmente, al Río Jordán.
Las cascadas se encuentran a pocos pasos del cruce de las rutas 99 y 989, a unos 4 kms bajando desde la fortaleza de Nimrod.
En su camino hacia el Mar de Galilea, el arroyo de Sa’ar baja tumultuosamente desde el Hermón por una serie de cascadas. Las saltos más imponentes tienen unos 10 mts de altura.
Hay rutas de senderismo en la zona y un puente que ofrece paisajes privilegiados. En la estación seca, aproximadamente de junio a octubre, las cataratas quedan reducidas a pequeños charcos, así que la mejor época para visitarlas es de noviembre a marzo, los meses de invierno.
La cascada de Banias, en la Reserva Natural del mismo nombre, es sin duda la más poderosa del país. El agua corre hacia un ancho precipicio y cae con gran estruendo desde una altura de 10 mts hacia un empinado barranco de basalto, donde forma rápidos.
Se cobra cuota de admisión para entrar en la reserva, pero vale la pena dar un paseo por el corto sendero que hay en ella para disfrutar de paisajes espectaculares.
En la Reserva Natural de Gamla, en la parte central de los Altos del Golán, se encuentran ruinas de varios siglos de antigüedad que se pueden apreciar durante una caminata por un terreno plano y abierto, al igual que observar una gran variedad de aves rapaces en pleno vuelo. La caminata también lo puede llevar a otra de las inspiradoras cascadas del Golán, la de Gamla, que es además el salto de agua perenne más alto del país.
Una de las excursiones más espectaculares e ideales para toda la familia se encuentra en la Reserva Natural del Arroyo Ayun, en Galilea. El arroyo nace en los manantiales del Valle de Marj Ayoun, al sur del Líbano, de donde toma su nombre. El camino es fácil de seguir, con subidas, bajadas y curvas a lo largo de cuatro impresionantes cascadas, que se ven desde la entrada sur del parque hasta antes de la entrada a la ciudad de Metulla, donde pasa bajo las cataratas de Tanur, de 30 mts de altura.
Después de una breve escalada que ofrece paisajes que se abren a través de huertos y las montañas del norte de Galilea y el sur del Líbano, el sendero llega a las cascadas de Eshed, que caen en dos brazos, de 5 y 9 mts de altura cada uno.
Otros 20 minutos de caminata conducen a las cascadas de HaTachana, que vierten sus aguas desde una altura de 21 mts, muchas veces dividiendo el caudal en dos. El sendero termina justo sobre las cataratas de Ayun, de 9 mts de altura, debajo de la salida norte del parque.
Un lugar popular para refrescarse en los meses de verano en Galilea es la Reserva del Arroyo Nachal Snir, sobre la Ruta 99, al oriente de la ciudad de KIryat Shmona.
El arroyo, el más largo de los afluentes del río Jordán, no es conocido por sus saltos de agua sino por el esfuerzo que representa caminar en él. Durante la ruta, que es densamente boscosa, se pueden ver numerosas cascadas y pequeños pozos naturales.
Más al sur, en el extremo norte del Valle del Jordán, se encuentra el Parque Nacional de Gan HaShlosha, a unos 15 minutos de Beit She’a, donde hay una reserva de agua grande que es la favorita de nadadores en los meses cálidos.
Para los que les atraiga la serenidad del desierto, Ein Gedi, cerca al Mar Muerto, es alimentado por un fantástico manantial que corre todo el año por dos extraordinarias cascadas, situadas en la parte alta de Nachal David, a las cuales se llega después de una caminata corta y fácil.
Para los que tengan un poco más de energía y resistencia, vale la pena caminar durante hora y media por Hidden Falls (las Cascadas Escondidas), en Nachal Arugot. Hay pequeños pozos en el camino, así como una refrescante piscina natural en la base de la cascada principal.
Advertencia: tenga en cuenta que esta ruta es muy popular durante todo el año y suele haber grupos grandes en ella. Para tener unos momentos de paz, es mejor salir a las ocho de la mañana, cuando el parque abre. No le decepcionará.
Fotografías de Yehoshua Halevi.
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