El testimonio del Coronel Wajdi Sarhan, druso, tras casi tres décadas de servicio, sobre el mosaico del ejército israelí.
El Coronel Wajdi Sarhan (47) finalizó recientemente su servicio militar tras 29 años en las Fuerzas de Defensa de Israel, habiéndose desempeñado los últimos 3 años como jefe de la división “Poblaciones”, la encargada de la inserción de las minorías al servicio militar.
Él mismo es miembro de una de las minorías, la drusa, que tiene la particularidad de hacer servicio militar obligatorio desde 1956, por ley, de acuerdo al pedido en su momento del liderazgo de la propia comunidad, que proclamó una alianza de hermandad con el Estado de Israel.
Wajdi reside en la aldea Mrar en el norte de Israel. Está casado, tiene 5 hijos, 3 mujeres y 2 varones. Se enroló al ejército en 1989, primero como combatiente en la unidad 299, llamada entonces el batallón druso, llegando finalmente a ser el comandante del batallón. Pero su responsabilidad fue mucho más allá del batallón druso que funcionaba como tal en aquel momento (hasta octubre del 2015) y que luego fue dispersado, pasando sus soldados a ser miembros de las distintas unidades de Tzahal.
Durante dos años fue el Jefe del curso de Oficiales del ejército, luego desempeñó cargos de comandancia destacados en el Comando norte y finalmente llegó a “Poblaciones”. Este es su testimonio. Una historia de hermandad personal y nacional.
P: Wajdi, el resumen de su servicio militar va más allá de la enumeración de los distintos cargos que ha tenido. ¿Qué siente al finalizar todos estos años de servicio militar?
R: Siento una enorme satisfacción. Creo que sin el servicio militar, sería hoy otro Wajdi. Menos bueno, menos conectado, con un vínculo menos fuerte con el Estado, la sociedad, todo lo que deriva de ello. Aunque la comunidad drusa es parte integral de la ciudadanía israelí, creo que sin el ejército estaría faltando algo. En mí y en otros. El ejército es una especie de start up que hay que adoptar y preservar. Es clave para quien hace servicio obligatorio y para quien se voluntariza. Es algo maravilloso, impactante.
Claro que es importante analizar lo bueno de haber aportado a las Fuerzas de Defensa de Israel y al Estado con mi servicio. Pero ahora no estoy hablando de eso sino de lo que el servicio militar me ha dado a mí. Me ha fortalecido enormemente. Recuerdo que yo inicié mi servicio en 1989. Creo que esa fue la primera vez que salí de mi aldea sin la compañía de mis padres., cuando fui a la oficina de reclutamiento a los 18 años.
P: Un cambio enorme…
R: Por supuesto. Fue la primera vez que me sentí independiente. Y la segunda vez que sentí que era responsable por mí mismo fue cuando tras tres meses en el entrenamiento básico, llamé por teléfono a mi padre y le dije: “papá, mañana me escapo de acá”.
P: ¿En serio? Bueno… muchos pasan ese momento.
R: Sin duda. Bueno, yo también..y mi padre me dijo: “¿Qué significa eso?”. Le dije “no me gusta el comandante”. Mi padre me respondió: “Está bien, escápate si quieres, pero a casa no vuelvas”. Así que entendí enseguida que me tengo que hacer cargo de las cosas. Y desde entonces, la sensación de responsabilidad fue cada vez más fuerte. Claro que con el tiempo y los distintos cargos que se van dando, uno acumula experiencia y se va integrando cada vez mejor.
P: En esas cosas influye a menudo el ejemplo de los mayores. ¿Cómo se había dado en su familia el tema del servicio militar?
R: Mi padre había servido durante el Mandato Británico. Mis dos hermanos mayores también hicieron el ejército, al igual que mis primos y otros familiares. Pero creo que diría que yo sentí un entusiasmo especial por el servicio militar porque justo cuando estaba por iniciarlo, siendo un jovencito de 17 años, tenía de vecino al primer druso que fue Brigadier General de Tzahal, Hail Salah. Era Comandante de una División de Blindados de la Reserva, y para mí era un modelo a imitar. Ya entonces sabía que querría ser oficial.
P: Y ese deseo de enrolarse ¿pasaba por la adrenalina que puede tener cualquier joven, seguramente también sus compañeros judíos, por cuestión de edad , de creer que van a resolver todos los problemas? ¿O siendo un israelí miembro de la minoría drusa eso pasaba por el deseo de garantizar una plena inserción en la sociedad, de servir al país para ser parte plena del mismo?
R: A nivel personal, a los 18 años, todo me pasaba primeramente por el “yo”, por mi propia experiencia. Quería aprovechar al máximo las oportunidades que tenía, quería influir, ser parte.
P: Bueno, el ser parte no es sólo pensar en sí mismo.
R: Sí, en realidad tiene razón. No era sólo tener la vivencia de soldado, sino ser parte del país. Tenía clarísimo que ninguna otra plataforma me podría conectar debidamente al mundo que vendría después, como el servicio militar. Y eso es lo que explico hoy a la juventud. Sinceramente creo que si esos tres años de servicio militar no existieran, habría que inventarlos.
P: ¿En qué medida el tema del enrolamiento es parte del diálogo de la juventud drusa? Tengo claro que lo es, y mucho, entre los jóvenes judíos antes de llegar a los 18.
R: Debo reconocer que este diálogo era mucho más fuerte antes. Te doy un ejemplo. Cuando yo entré al ejército, hicimos una gran fiesta en mi casa, sacrificamos un cordero y disparamos tiros al aire. Hoy eso no se hace, en términos generales.
P: Yo creo que en general la sociedad es mucho más individualista.
R: ¡Exacto! Eso es indudable. Esa es la razón central. Hoy en día hay muchos estímulos por todos lados. Pero en general, se mantiene un buen nivel de motivación y eso es lo central.
P: Hace unos meses fui a la base del batallón de Yahalom, las baterías de misiles Patriot, en Haifa, y uno de los oficiales que entrevisté, era un joven druso, Fadi Tawil de Osafía, un muchacho que me pareció de mucho nivel. Y él me habló claramente de la conciencia que tenía ya antes de entrar al ejército sobre la importancia del servicio militar.
R: Sin duda. Creo que la juventud lo entiende. Más que nada, cuando se topan con ejemplos de jóvenes que no hacen o no hicieron el ejército y ven la diferencia en cuanto a la capacidad personal general y a las posibilidades de vincularse bien. Quien lo hace, lo lleva adentro.
P: Le preguntaba antes por sus mayores y ahora paso a los chicos, a sus hijos…que de grandes seguramente también harán el servicio cuando tengan edad. Bueno, sólo los varones. Las jóvenes drusas no lo hacen, por una cuestión cultural.
R: Así es. Las mayores son mis hijas, la más grande ya está en la universidad. Los varones son más chicos , en el liceo. El que está en 2° de liceo ya se está preparando.
LOS DRUSOS, UNA MINORÍA SINGULAR
P: Wajdi, hemos hablado hasta ahora de los drusos pero hay otras minorías que sirven en el ejército, aunque claro está que la cantidad de drusos es la mayor.
R: Así es. Desde el punto de vista de la cantidad de soldados, los drusos son claramente la mayoría. Desde el punto de vista del potencial numérico, indudablemente la población árabe es mucho más grande.
P: Creo que no hay ni punto de comparación. Los drusos hacen desde hace más de 60 años hacen servicio militar obligatorio, lo cual es reflejo de su actitud ante el Estado. Cuando hay ciudadanos árabes que deciden enrolarse, se presentan como voluntarios.
R: Así es, son dos poblaciones totalmente diferentes. Los drusos están en un lado de la balanza y todos los demás grupos en la otra. El vínculo de los drusos con el pueblo judío en la tierra de Israel data de 1921. Su relación ya era con los judíos que desarrollaron las localidades agrícolas y de otro tipo y ese vínculo se fue profundizando de cara a la guerra de independencia. Aportaron mucho en el esfuerzo de Inteligencia porque conocían muy bien el terreno, protegían las fronteras. Ya antes de la creación de Israel murieron drusos en la defensa, lo cual estrechó más aún el vínculo.
P: Solemos hablar de pacto de hermanos.
R: Así es. Y yo creo que nada va a alterar esta alianza entre los drusos y el pueblo judío en el Estado de Israel. Es muy fuerte, estable, profundo. A menudo las conversaciones un viernes de noche en el salón de la casa, los fines de semana, son en hebreo, el tema del ejército es uno de los central, la seguridad, la inserción, el ser parte. No digo que está todo bien. Hay problemas, claro que sí. No pocos. Pero la mayoría entiende que no hay que mezclar el servicio militar con los problemas de infraestructura o educación en la aldea.
P: ¿No hay que mezclar porque no siempre es el Estado el que tiene la culpa de esos problemas?
R: Por supuesto que no siempre. Conozco el diálogo muy de adentro. Dentro de algo menos de un año hay elecciones municipales y se quiere hablar de esas cosas. Yo considero que a veces nosotros mismos tenemos la culpa de los problemas en ese sentido. Pero también creo que el Estado puede hacer un poco más, por lo que somos.
CRISTIANOS EN EL EJÉRCITO
P: Otra de las minorías algunos de cuyos miembros han comenzado a enrolarse, son los cristianos. O arameos, como suelen decir algunas de sus figuras más conocidas como Shaddi Khalul, hoy Mayor en la reserva o el Mayor Ihab Shlayan. Arameos, porque eran los cristianos originales de la región .Y ellos sostienen que por la conquista árabe siglos atrás, ellos hoy hablan árabe, pero recalcan que no son árabes sino de lengua árabe.
R: Así es. Cuando le dije una vez a Shaddi “árabes cristianos” se enojó conmigo y me aclaró “no somos árabes sino arameos”. Le respondí “ok, entonces cristianos de lengua árabe” y dijo que con eso sí puede vivir. Respecto a los cristianos en general pues, creo que llevará aún un tiempo que haya una mayor inserción en el ejército. En el 2014 aumentó mucho la cantidad de jóvenes que se enrolaron y luego hubo cierto descenso.
Creo que hay varios factores. Primero, un factor es quiénes están detrás de esa iniciativa, que al principio fueron el Padre Gabriel Naddaf y algunas asociaciones que fueron exitosos y consiguieron apoyo del establishment, del gobierno…pero en los dos últimos años no funcionaron igual y no recibieron suficiente apoyo.
P: ¿Miopía? ¿Falta de sabiduría? Me refiero, claro, de las autoridades.
R: No sé cómo llamarlo ni por qué no hubo suficiente apoyo. Pero sí sé que eso creó cierta confusión en la juventud. Aquellos jóvenes cristianos que veían al Padre Naddaf , una figura espiritual, abrazado con el Primer Ministro y los ministros, entendieron que están emprendiendo un camino excelente. Pero esas fotos fueron desapareciendo, las asociaciones que avalaban ese reclutamiento se dividieron y hubo un poco de confusión.
Otra razón fue que los que se enrolaron en los últimos años, en muchos casos no lograron luego influir en la sociedad, en su comunidad, y por lo tanto no arrastraron a otros al cambio. Y si no lograron quedarse luego en el ejército como trabajo profesional, o insertarse en instituciones del Estado al terminar el servicio militar, hubo decepción que no hizo por cierto bien a nadie. En los últimos tiempos empezamos en “Poblaciones” a trabajar un poco distinto, con gente como Ihab y Shaddi, que son de lo mejor.
P: Sí, para ellos el servicio militar es clave en sus vidas. O sea, lo fue para Shaddi y lo sigue siendo para Ihab. Y ambos defienden con vigor la inserción plena en Israel, recalcando que es su único país.
R: Exactamente. Y ellos son capaces de influir sobre otros también al terminar su servicio militar, porque van a seguir diciendo a los demás “muchachos, esta es la mejor plataforma”.
Shaddi creó una mejiná, un curso preparatorio antes del servicio militar, que es conjunta para judíos y cristianos, 12 y 12.Están juntos medio año antes de reclutarse, reciben contenidos de calidad, recorren el país, reciben valores educativos. Es una plataforma excelente. Creo que es algo histórico. Hace un año y algo lo hicimos también con jóvenes beduinos.
P: Está claro que quien elige ir a ese marco, quiere la integración de diferentes sectores de la población.
R: Por supuesto. Y quien va allí y quiere integrarse, sabe que en ese marco fortalecerá su personalidad. En esos marcos también les ayudan a mejorar el dominio del idioma hebreo y les incentivan, a través de la historia de las Fuerzas de Defensa de Israel, el sentimiento de vínculo con el país y el legado que dejaron quienes nos antecedieron.
P: Pero yo me refería también a los judíos que van a esa mejiná sabiendo que es con cristianos. Su participación allí es todo un pronunciamiento a favor de la integración, del compartir con otros sectores de la ciudadanía, no judíos.
R: Por supuesto. Ese es uno de los canales que estamos desarrollando. Y otro es un intento de fortalecer la opción de lo que se llama en hebreo “atudá académica”, o sea que primero van a estudiar a la universidad, se enrolan teniendo ya el primer título, salen al curso de oficiales y pueden seguir luego en un servicio más prolongado y ejercer influencia sobre otros jóvenes, que tengan un modelo a imitar.
Y también intentamos trabajar a través del sistema educativo, del Ministerio de Educación, las escuelas, llegando un poco más a los directores y los educadores, que comprendan también ellos que el servicio militar es una plataforma excelente para una inserción plena en la sociedad israelí.
P: Me imagino que más allá de caminos que se busca para incentivar el reclutamiento de miembros de las minorías no judías, hay iniciativas especiales para los que ya se enrolan y son parte, para ayudarlos, cuando vienen de trasfondos distintos de la mayoría judía.
R: Por supuesto. Ahora se está abriendo un curso de hebreo para soldados cristianos en Mijve Alon, una base en el norte del país. También hubo allí un curso similar para drusos. La intención es que en los primeros tres meses de servicio militar, se dediquen a fortalecer su dominio del hebreo, a conocer lo que es el ejército y que así puedan luego entrar con el pie derecho a la unidad en la que les toque. Creo que todo esto ayudará mucho.
SOLDADOS MUSULMANES
P: Hay dos grupos de voluntarios que solemos presentar como distintos, aunque ambos son árabes musulmanes. Es que uno de ellos son los beduinos, que culturalmente se consideran un grupo aparte ¿Cómo es la situación con los jóvenes beduinos?
R: Diría que allí estamos relativamente bien o inclusive muy bien. Falta un empujón más de las autoridades, del sistema mismo y también dentro del propio ejército, para fortalecer a los jóvenes que deciden enrolarse. Si se lo hace bien, podremos duplicar o triplicar los números entre los beduinos. Y siento claramente que el Estado no es indiferente, transmite un mensaje claro: que tiene interés en el enrolamiento de los beduinos en numerosas unidades de Tzahal.
P: Entiendo que se refiere a que ha habido un cambio
R: Así es. El Estado siempre estuvo dispuesto a recibir a los jóvenes beduinos que querían enrolarse, pero ahora está tomando más iniciativas para acercarlos y creo que eso es muy bueno.
P: ¿A qué se debe ese cambio? ¿A qué nivel se toma una decisión así?
R: Es algo que se decide muy arriba. Viene del Comandante en Jefe del Ejército, del Ministro de Defensa. Y claro que al haberse tomado esa decisión, tenemos más recursos, podemos ampliar nuestra actividad. Y el hecho es que ya vemos un 30% de aumento en el enrolamiento de jóvenes beduinos. Y para los beduinos ya hubo dos cursos preparatorios previos al enrolamiento. En el segundo hubo 32 jóvenes. Todos vienen, quieren ir a unidades de combate, quieren aportar. Todo eso tiene un eco muy grande en las aldeas de donde vienen. Y por primera vez, al acto de cierre del curso vinieron todos los jefes de las localidades beduinas y dijeron “quisiéramos que todo joven beduino se presente como voluntario al ejército”.
P: Increíble. Imagino que algo así sería difícil de concebir entre los beduinos del sur, que en muchos casos son considerados más hostiles, aunque no generalizo en absoluto, sería injusto.
R: Hay de todo. Te diré que hay 2 ó 3 jefes de localidades beduinas del sur, que realmente no son la mayoría, que sí dicen lo mismo abiertamente, a favor de la inserción. Y hay también allí jóvenes beduinos que se enrolan e inclusive que quieren salir a curso de oficiales, también en lugares en los que hubo incidentes complejos. Es que ven en el servicio militar una vía para mejorar su propia vida e insertarse plenamente en la sociedad.
Quisiera dar algunos ejemplos concretos de beduinos que se enrolaron y están haciendo un servicio ejemplar. Tenemos un oficial beduino en la Fuerza Aérea, otro en los Blindados y algunos que quieren salir a curso de pilotos . Vamos viendo los buenos frutos de su inserción.
Entre los beduinos funcionan varios movimientos juveniles que alientan al servicio militar voluntario, están trabajando en casi todas las aldeas y lo hacen muy bien.
P: Pero eso suena a iniciativa civil ¿verdad?
R: Así es. Tanto del Ministerio de Defensa como de las autoridades locales beduinas.
P: Me cuenta de diversas iniciativas para que esto prospere más aún y por otro lado, a nadie sorprende hoy oir de soldados beduinos. Hace muchos años que hay beduinos en Tzahal.
R: Es cierto. Es que desde la fundación del Estado hay voluntarios beduinos en el ejército. También tuvieron su propio batallón. El batallón beduino ayudó en el norte del país ya antes de la creación del Estado.
P: ¿Cuál es el máximo rango al que han llegado?
R: Hay hoy un Teniente Coronel beduino, Hassan Abu Suld. Es oficial de rastreadores en la división de Judea y Samaria. Y antes hubo uno o dos Coroneles beduinos, ya retirados.
P: Y llegamos pues al grupo de árabes musulmanes propiamente dichos, que distinguimos de los beduinos y entres los que hay por cierto menos voluntarios, entre otras cosas por la dimensión nacional, política.
R: Claro. Pero además, pasa que jóvenes que hicieron el servicio militar sienten que a ellos les aportó mucho, pero no es algo que se vea en su entorno en general y entonces otro los increpan, les dicen que dedicaron todo ese tiempo y no recibieron nada. Es más, pueden sentir cierto aislamiento social de parte de su entorno.
P: Aunque la realidad no es tan así, ya que siempre hay beneficios para los que terminaron su servicio militar.
R: Exacto. Tienen todos los beneficios que recibe cualquier soldado al terminar su servicio militar y además, beneficios específicos para los voluntarios como por ejemplo en los estudios y en becas de mantenimiento durante los estudios. Pero parece que el rechazo social es más fuerte que los beneficios que nosotros damos. Yo no tengo dudas de que cuanto más logremos ayudar a los voluntarios, tanto durante su servicio como después, de modo que sea evidente que el servicio les aportó, más soldados musulmanes veremos en Tzahal. Hay no pocos que se interesan, que vienen, preguntan, pero en la práctica, muchos de ellos no llegan a enrolarse.
LOS NÚMEROS
– De los drusos se enrola el 82% del potencial, o sea de los jóvenes de 18 años, varones. Es un porcentaje mayor que el de los judíos.
– Entre los beduinos del norte, el 10% del potencial y en el sur solamente el 3%. En comparación con el año pasado, se aumentó el 30% entre los beduinos .
– Entre los cristianos, se enrolan sólo el 2% del potencial. Una de las razones es que la mayoría vive en aldeas mezcladas en las que también hay muchos musulmanes, estudian juntos en las mismas escuelas, están en la misma localidad, lo cual les complica el margen de maniobra.
SON POCOS, PERO…
P: Wajdi, los números que me ha dado son bajos y eso me parece especialmente chocante porque cada vez que he entrevistado soldados de las minorías, especialmente árabes musulmanes, su identificación era total…pero son una gota en el mar.
R: No tengo ninguna duda que todos ellos, desde el momento que sirven en Tzahal y visten el uniforme, eso incide significativamente en su vínculo con la sociedad israelí. Quieren ser parte.
Pero hay que entender que el entorno influye mucho. Un ejemplo claro son los drusos del Golan. Viven en Israel desde hace ya 50 años, desde 1967 y claro está que la mayoría nació en Israel. Pero hasta hoy tienen miedo a su entorno, aunque está del otro lado de la frontera, en Siria. Temen sacar cédula israelí. Cuando uno habla con ellos a solas, se sienten plenamente israelíes. Viven acá y viven muy bien. Son pocos los que se sienten parte del otro lado.
Claro que en lo que respecta a los drusos del Golán hay que agregar otro elemento, el hecho que casi todos tienen familia en Siria y temen por ellos. Si uno de ellos viste uniforme de Tzahal y proclama así que es soldado israelí, del otro lado sus familiares pueden pagar un duro precio por ello.
Vino a verme hace poco un muchacho, profesional, que quiere enrolarse al ejército. Y me dijo “te voy a conectar con otros como yo que también quieren hacer el servicio militar, pero discretamente”. Son israelíes, estudian en las universidades, pero aún temen hablar de eso abiertamente. Y eso que ellos tienen el gran respaldo de los drusos israelíes.
¿Qué puede esperar entonces uno de un joven árabe de Dir el-Assad o de Sajnin, que no tienen ese respaldo y cuyo entorno tiene a menudo tono hostil?
Lo cuento porque yo considero que los números relativamente bajos de miembros de minorías (no la drusa) que se enrolan, se deben al temor del entorno, al miedo al aislamiento que puedan sufrir, y no a que no quisieran ser parte integral también a través del servicio militar ni tampoco a una actitud del Estado. Te lo aseguro porque yo voy en nombre del Estado a tratar de acercarlos y sé que Israel hace todo lo posible para lograrlo.
Hay aún problemas , claro que sí, pero estoy seguro que vamos por buen camino y que los procesos irán avanzando más aún
Oficial Jefe de Medicina Brigadier General Dr. Tarif Bader (druso Oficial Jefe de Medicina Brigadier General Dr. Tarif Bader (druso)
Mayor Elias Karram, oficial de logística en la Marina General Yusuf Mishleb, hoy retirado
-Teniente Coronel Hassan Abu Sulb, Jefe de Rastreadores en la División de Judea y Samaria (beduino)
Mayor Hisham Abu Raia (árabe musulmán), en el Frente del Comando Civil, entre otros.
– Hay pilotos drusos en la Fuerza Aérea, comandantes de Blindados, oficiales en el Cuerpo de Ingenieros, Jefes de batallones y brigadas y soldados en unidades especiales.
– Hay seis beduinos con rango de Teniente Coronel, oficiales en la Fuerza Aérea, blindados y otras unidades.
Hace poco más de dos años, al finalizar una reunión en honor a los soldados cristianos de Tzahal con motivo
de fin de año que estaba por celebrarse, diversos oficiales de distintas comunidades. De izquierda a derecha,
el Coronel Raz Karni(judío), Mayor Elias Karram (cristiano), Coronel Wajdi Sarhan (druso), Mayor Ihab
Shlayan (cristiano) , un oficial beduino de la Guardia de Fronteras, Brigadier General Avner Paz (judío), en
ese momento Jefe de Educación de las Fuerzas de Defensa de Israel y un ya retirado ex oficial beduino.
Este articulo da para pensar y mucho. ISRAEL no es cualquier pais, ni su situacion es como cualquier otro. Todo es UNICO.Dificil de encontrar el punto justo. Yo, solo tengo una pregunta¿el o los problemas de que en ISRAEL los judios seamos «siempre mayoria»es fundamental, sin ninguna duda. ¿eso sera eterno o alguna vez sera tiempo pasado? Al terminar de leerlo, y pensando en la demografia de ISRAEL, me quede preocupada.-Dicen que ISRAEL es el pueblo elegido???????, PARA QUE?????????’ ES pienso yo, como si tuvera un hijo, super inteligente, un genio, y siempre es elegido para las misiones mas arriesgadas del pais en que actua.-