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| domingo noviembre 17, 2024

El conflicto palestino-israelí: Pensando diferente y desde una nueva perspectiva


Una solución creativa al conflicto palestino-israelí debe comenzar por apreciar las ventajas del modelo híbrido espacial que ha surgido en Cisjordania, en particular los poderes gubernamentales otorgados a la Autoridad Palestina desde enero de 1996 en las Áreas denominadas A y B, descartando por ende el paradigma fallido de la separación total.

En una reciente conferencia sobre el tema del conflicto palestino-israelí, el periodista del diario el Times de Nueva York Thomas Friedman se preguntó cómo el altamente creativo estado de Israel no había podido encontrar una solución creativa al conflicto más allá de la búsqueda por la mejor manera de separarse de los palestinos.

Para pensar de manera diferente no convencional, uno tiene que estar familiarizado con esta nueva perspectiva y sus complejidades, especialmente con sus premisas. En lo que respecta al conflicto palestino-israelí, cuatro suposiciones básicas, firmemente respaldadas por la UE y las administraciones estadounidenses desde los días del anterior presidente Clinton, han mantenido muy fuertemente cerrada la situación:

  • La solución al conflicto debe estar limitada geográficamente al territorio comprendido entre el Río Jordán y el Mar Mediterráneo.
  • La solución requiere el establecimiento de un estado palestino totalmente soberano.
  • La frontera entre Israel y Palestina debe tener como base las líneas de 1967 con revisiones menores.
  • Cisjordania y la Franja de Gaza deben constituir una sola entidad política.

Sin dejar espacio para negociar, estas cuatro suposiciones han conducido una y otra vez a una encrucijada. La difícil situación económica de Gaza, por ejemplo, pudiera haberse aliviado sustancialmente si Egipto hubiese estado preparado junto a una amplia asistencia internacional, para expandir a la franja hacia los espacios abiertos del desierto del Sinaí en dirección a Al-Arish.

El discurso convencional predominante israelí e internacional ha colocado a Israel en una encrucijada conceptual de solo dos posibilidades: preservar el estado democrático judío retirándose a las líneas del 4 de junio con pequeños ajustes (es decir, retener los bloques de asentamientos) o terminar con un estado binacional plagado de conflictos que conduzca inevitablemente a un régimen apartheid. El tal pensamiento creativo buscado por Friedman debería ser capaz de salvar a Israel de la trampa de tener que escoger entre estas alternativas polares e imposibles.

La creatividad de la teoría de la relatividad general de Einstein pudiera proveer inspiración para escapar de esta fijación conceptual. Einstein no ofreció nuevos descubrimientos de laboratorio. Simplemente propuso una teoría general diferente en la que la invariabilidad de la velocidad de la luz se convierte en una ley de la naturaleza. De manera similar, el pensamiento creativo sobre el conflicto palestino-israelí implica reconocer que la muy delgada masa de tierra entre el mar Mediterráneo y el Río Jordán no puede ser dividida en dos estados totalmente establecidos.

No son solo los asentamientos judíos en Cisjordania los que dificultan la partición de la Tierra de Israel. La dificultad surge de una gama de factores geofísicos: comunales, ecológicos, relacionados al transporte, económicos y aquellos que involucran el agua, alcantarillado e infraestructuras de electricidad. La dificultad también surge por supuesto, de los aspectos de seguridad en la partición de tierra.

Desde la época de los Acuerdos de Oslo en septiembre de 1993 han surgido dos modelos diferentes. En uno, situado en Cisjordania, el territorio en disputa ha sido organizado, siendo este dividido en las Áreas A, B y C, en una especie de coexistencia palestino-israelí marcada por diversas formas de gobierno. El segundo modelo, situado en la Franja de Gaza, implica una división binaria: “Ellos están allí, nosotros estamos aquí”, con una valla, un límite rígido e intransigente, entre Israel y el territorio controlado por Hamas. El camino hacia el pensamiento creativo comienza con reflexionar sobre los diferentes patrones de actividad en el área de seguridad que ha surgido en Gaza y en Cisjordania. En el modelo de separación total en Gaza, el uso por Israel de la fuerza militar requiere de recursos considerables: tanques, aviones de guerra y, de vez en cuando, operaciones militares de alta intensidad, junto a grandes inversiones para contrarrestar de esta manera la extensa red de túneles. En el modelo de Cisjordania, en cambio, la seguridad es organizada en un equilibrio híbrido espacial con puntos de encuentro diarios entre israelíes y palestinos, ya que una dinámica de cooperación económica que incluye una presencia civil israelí hace innecesario la utilización masiva del poder militar. Cuando se trata de la calidad de vida, el modelo de Cisjordania resulta ser mucho más beneficioso para ambas bandos.

Una solución creativa al conflicto palestino-israelí debe de hecho comenzar por apreciar las ventajas del modelo híbrido espacial surgido en Cisjordania, en particular los poderes gubernamentales otorgados a la Autoridad Palestina desde tiempo atrás como enero de 1996 en las Áreas A y B. Pensar de manera diferente, no convencional o desde una nueva perspectiva significa entonces, descartar el paradigma fallido desde el inicio a la separación total en Cisjordania.

 

El Mayor General (ret.) Gershon Hacohen es antiguo investigador en el Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat. Sirvió en el ejército israelí durante 42 años. Este dirigió tropas en batallas con Egipto y Siria. Anteriormente fue comandante de cuerpo y comandante de las Fuerzas Armadas de las FDI.

 
Comentarios

El principio de buena voluntad que debe acompañar a las partes en conflicto, reunidas en busca de un acuerdo, no se dá manifiestamente entre los dirigentes «palestinos» lo cual invalida a mi juicio, todo esfuerzo prévio en tal sentido, y écha asi mismo por tierra, cualquier ofrecimiento que esté dispuesto a hacer Israel, salvo que éste sea capaz de satisfacer, las exigencias presentadas por la delegacion «palestina» inasumibles todas ellas para Israel, como de forma reiterada quedó dicho …
Asi pues, se podran hacer los ejercicios «imaginativos» que se quieran en la busquedad de un principio de acuerdo, que sirva de base a otros posteriores, se podran tambien ofrecer «contrapartidas» en términos de ayuda económica e inversion …
se podrá incluso poner sobre el tapete cuestiones dolorosas para Israel, como la soberania compartida de su capital Jerusalen, dejando con ello en entredicho su indivisibilidad … sin que a pesar de ello quede garantizado un minimo nivel de receptividad y compromiso por parte de los negociadores «palestinos» enrocados en su
actitud de «Todo o nada» que tanto viene dificultando una aproximacion al dialogo …

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