El Juego Final De Abbas

Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron

Lo que está claro es que Abbas ha logrado quemar sus puentes. Lo que está menos claro es el juego final de Abbas.

Las declaraciones peyorativas del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, el lunes contra el embajador de los Estados Unidos, David Friedman, recibieron amplia cobertura mediática. No todos los días el líder de la Autoridad Palestina llama a un funcionario estadounidense de alto rango «hijo de un perro».

Pero lo que fue notable sobre el discurso de Abbas a una reunión del liderazgo palestino de la Autoridad Palestina con base en Ramallah, no fue que arremetiera contra la administración Trump. Él ha hecho eso antes. En diciembre, por ejemplo, después que el presidente Donald Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y amenazó con cortarle los fondos al OOPS y a la AP, a menos que el liderazgo palestino cooperara con los esfuerzos de Estados Unidos para negociar un acuerdo de paz, Abbas declaró: «Que a ti [Trump] ¡Que se destruya tu casa!» Más bien, lo que era interesante del discurso de Abbas era que nadie se salvó del rencor de Abbas. Abbas arremetió contra todos: Estados Unidos, Hamas e incluso Egipto fueron criticados.

Abbas culpó a Hamás por el atentado callejero contra el primer ministro de la Autoridad Palestina Rami Hamdallah y el jefe del Servicio de Inteligencia General Majid Faraj mientras viajaban en el norte de la Franja de Gaza la semana pasada. Rechazó la cooperación continua con Hamas y prometió imponer sanciones contra Gaza controlada por Hamas que probablemente incluiría suspender los pagos de la Autoridad Palestina por electricidad y agua a la Franja y congelar el pago de salarios a cientos de empleados allí. .

Abbas insinuó más, que los egipcios habían fallado en su misión de poner fin a la disputa entre las partes rivales palestinas. «Agradecemos a Egipto por su esfuerzo», dijo.

«Pero para mí, lo que cuenta es el resultado. ¿Y cuál es el resultado? Cero»

El discurso fue un reflejo del aislamiento casi total de Abbas.

Rara vez,  las relaciones entre los palestinos y los EE. UU. han sido tan malas. La administración de Trump ha dejado en claro que no continuará financiando a la Autoridad Palestina si continúa utilizando el dinero para pagar a los terroristas y a las familias de los terroristas. Y también condicionará el apoyo financiero continuo a la cooperación palestina con los intentos de Estados Unidos de unir a Israel y los palestinos para las conversaciones de paz.

La tensión entre Hamas y Fatah alcanzó nuevos niveles después del intento de asesinato y después que Hamas se negó a renunciar al control militar sobre la Franja de Gaza como parte del acuerdo de reconciliación mediado por Egipto.

Y ahora parece que las relaciones entre la Autoridad Palestina y El Cairo también se están deteriorando. Esto también podría tener algo que ver con la negativa de Egipto y de Arabia Saudita para enfrentar a Trump por su decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Egipto y Arabia Saudita también presuntamente presionan a Abbas para que coopere con la próxima propuesta de paz de Trump. Su foco principal es Irán y necesitan el apoyo de EE. UU. e Israel para enfrentar al régimen expansionista iraní. El conflicto israelo-palestino es un obstáculo para la cooperación con Israel. Y los sauditas y Egipto quieren que se resuelva para que puedan enfocarse en la amenaza real a la estabilidad del Medio Oriente: la República Islámica de Iran.

Lo que está claro es que Abbas ha logrado quemar sus puentes. Lo que está menos claro es el juego final de Abbas. ¿Qué quiere lograr atacando a todas las partes que podrían ayudarlo a promover los intereses del pueblo palestino que él representa? Es cierto que la situación personal de Abbas -que cumplirá 83 años el lunes y tiene problemas de salud- limita sus opciones.

Al mismo tiempo, tiene poco que perder. Él puede tomar riesgos que un líder más joven sería cauteloso de tomar. Todo depende del legado que Abbas quiera dejar atrás.

¿Abbas aprovechará una administración estadounidense dinámica e innovadora que trabaja en conjunto con estados árabes influyentes como Arabia Saudita y Egipto para avanzar en un plan de paz viable? ¿O tomará la ruta más pausada de intransigencia y lucha palestina? En las próximas semanas, Abbas tendrá muchas oportunidades para demostrar la dirección en la que planea liderar la AP. El 30 de marzo es el Día de la Tierra. Hamas está planeando una protesta de campaña de seis semanas cerca de la frontera que separa la Franja de Gaza de Israel. El día de Nakba seguirá poco después, el 15 de mayo, un día después que los Estados Unidos planeen trasladar su embajada a Jerusalén.

¿Abbas tomará el camino del pragmatismo y la moderación, o usará los próximos eventos como un pretexto para guiar a su pueblo una vez más en el camino de la violencia?

http://www.jpost.com/Opinion/Abbass-end-game-546612