Ran Margaliot, en un parque de Tel Aviv, donde se realizó la entrevista. SAL EMERGUI
«Esta es una oportunidad para que el mundo conozca de forma directa nuestro país. El Giro es una fiesta». El israelí Ran Margaliot (30 años) está feliz porque la corsa rosa haya partido de Jerusalén y también porque haya permitido la participación del modesto Academy, el primer equipo de la historia de Israel. «Prefiero ser director del equipo que ciclista porque me crea más satisfacción y lo hago mejor. No era suficiente bueno corriendo», admite el que fuera compañero de Alberto Contador en el Saxo Bank. El cuartel general del grupo está en Girona, y está integrado por 24 corredores de 26 países, entre ellos España.
Margaliot es el padre espiritual del equipo y también, junto al filántropo canadiense judío afincado desde hace dos años en Tel Aviv , Sylvan Adams, uno de los principales artífices del histórico desembarco de la prestigiosa ronda italiana.
- P-¿Por qué nació Israel Cycling Academy?
- R-La idea era crear algo que yo no pude tener. Para cumplir mi sueño de ser corredor tuve que irme a Europa y buscarme la vida. Así que decidí crear una plataforma profesional para que las nuevas generaciones no deban hacer el camino. Para los corredores, competir en la histórica Jerusalén es algo que no tiene precio. Ojalá mis ciclistas hagan un buen papel.
- P-¿Qué significa el Giro para Israel?
- R-Es el mayor acontecimiento deportivo en la historia del país. Hemos albergado competiciones internacionales de fútbol, judo o baloncesto pero algo del tamaño del Giro nunca se ha visto aquí. Es una gran plataforma para enseñar Israel al mundo más allá de lo que ven en los medios. Entiendo que las cosas malas tienen más difusión pero los diarios no muestran toda la realidad en Israel. Hay cosas malas pero también muchas buenas. Yo creo en lo bueno, en la vida y en el deporte como nexo de unión de los pueblos. Por ejemplo, participan dos equipos árabes de Emiratos y de Bahréin y fuimos a correr al Mundial en Qatar pese a que no tiene relaciones con Israel. Aquí hay conflictos como los hay en todos sitios. El mundo no es perfecto.
- No siempre el deporte se impone. El turco Ahmet Orken cedió a la presión y abandonó el equipo.
- Es muy triste. Me duele a nivel personal. Tras la decisión de Trump de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén, Ahmet afrontó mucha presión en su país. Fui a su casa para hablar con su estupenda familia. Me trataron muy bien pero viven en la ciudad más religiosa de Turquía, con 2000 mezquitas y al final me dijo que no podía seguir en el equipo. Es una lástima porque él quería estar con nosotros y es muy bueno. Nuestra puerta está abierta por si quiere volver.
- P-¿Su equipo, por ser israelí, tuvo problemas en España donde su país es criticado por varios sectores?
- R-Entiendo cómo funciona el mundo. La gente prefiere escribir de cosas malas para vender más. Pero también podemos venir aquí y decir ‘vale , Israel es un país complicado pero también tiene cosas muy buenas’. En la Volta a Catalunya, tuvimos problemas con los del movimiento a favor del boicot a Israel que exigieron nuestra expulsión. Yo defiendo que todos puedan expresarse siempre y cuando no lleguen a la violencia. No todos debemos pensar igual. Mi equipo tiene valores. Por ejemplo fichamos un refugiado eritreo no sólo porque es bueno sino por el mensaje ya que nadie quería darle una oportunidad.
- P-¿La llegada del Giro servirá para encender la pasión del ciclismo en su país?
- R- Sí. El Giro fue idea nuestra. Somos como un startup. El ciclismo ya es el deporte profesional que más crece en Israel. Sylvan Adams, el empresario que financia el equipo, construyó el primer velódromo. Debemos continuar trabajando con creatividad y entender que es un proceso y no algo instantáneo.
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