Son cientos de publicaciones en la prensa chilena sobre lo ocurrido hace unos días en la frontera israelí con Gaza, las condenas, acusaciones, absolutismos y retratos demonizadores de Israel han alcanzado su peak en los últimos 4 años. Ha vuelto a ocurrir.
La ansiedad y la impetuosa e irresponsable condena express han traicionado nuevamente a la verdad. La prensa y sus políticos han sido engañados a voluntad, mientras suben de nivel en el reino del “Clickbait” y la justicia moral de papel.
Es el discurso demonizador simplificado, Israel (los judíos), matan porque son malos, el efecto de culpabilidad no da cabida a poner en duda ni a buscar razones ni proporciones.
No se demoniza en Chile a Arabia Saudita por sus bombardeos que dejaron 10.000 yemenitas muertos, o a Siria por el medio millón de muertos que ha dejado Assad (incluyendo a 4000 palestinos entre ellos).
La moral de Chile se representa a si misma en un grupo terrorista que convoca a su gente a enfrentarse cuerpo a cuerpo con el ejército Israelí, en una premisa pública por “recuperar tierras entrando por la fuerza” y matar a todo israelí que se topasen en las comunidades agrícolas aledañas, con la misión soterrada de secuestrar soldados. Si señores, una operación militar y Chile se alineó a defenderla.
El slogan de una “manifestación pacífica” es una máscara que ni siquiera a Hamás le interesa mantener. El Senador Navarro, el Diputado Gutiérrez, y quienes defienden la propaganda de la radical Federación Palestina de Chile, debiesen justificar sus afirmaciones, no ante nosotros, ni ante el Gobierno chileno, sino ante el co-fundador del grupo terrorista Hamás, Mahmud az-Zahar, quién afirmó al medio Al Jazeera el 13 de Mayo:
“Claramente este es un engaño terminológico, hablar de ‘resistencia pacífica’, cuando nuestra organización desplaza hombres y armas que combatieron las guerras de 2006, 2008, 2012 y 2014, no es una resistencia pacífica. Hamás está en guerra con Israel. Así que cuando hablamos de resistencia pacífica, estamos engañando al público”
El 14 de Mayo, si subías a un autobús dirigido a las protestas, recibías 15 dólares, si subía una familia con niños, el monto subía a 100 dólares. ¿Quién paga? Por supuesto que Irán.
12 focos de batalla establecidos, con comandantes, funciones y coordinación de Hamás. Las órdenes claras de avanzar en masa hacia la valla de seguridad, ocultar cuchillos y armas de fuego bajo la ropa y no utilizarlas hasta enfrentarse directamente con soldados o civiles israelíes (una vez cruzada la frontera), sumado a esto, la orden se restringía a propiciar el secuestro por sobre el asesinato, ya que es un arma más poderosa y puede generar intercambios por terroristas encarcelados en Israel.
No es en vano que Salah Bardawil, líder sénior de Hamás declare en televisión abierta palestina que 50 de los 62 palestinos muertos ese lunes eran miembros del grupo terrorista Hamás.
La prensa del mundo, incluyendo la chilena, se entregó al juego, pero su fuente los traicionó. El orgullo yihadista es más fuerte para Hamas y el periodístico le hace la competencia dando vuelta la página.
No sólo la prensa, sino también el mundo político encontró una veta para autopromocionarse, el Senador Alejandro Navarro, dedicó 15 minutos del tiempo del Senado, pagado por todos los chilenos, a defender y alabar a un grupo terrorista y sus técnicas.
El señor Navarro debería avergonzarse de utilizar la palabra “holocausto” para defender el terrorismo fascista, si, fascista, pues sus defendidos se autodenominan anti-comunistas y anti-socialistas, mientras el honorable se cubre de banderas rojas.
Es de una inconsecuencia irreal llamar al Senado a “un minuto de aplausos para los mártires de Palestina”, o expresar que son “héroes de la libertad”. Debiesen los honorables recordar que con sus frases y actos, avalan el terrorismo que trajo y trae dolor de ciudadanos chilenos que han sido víctimas físicas de atentados terroristas ejecutados por Hamás. Los terroristas que hacen explotar buses y queman vivos a ciudadanos chilenos, esos terroristas suicidas a los que el Senador denomina “héroes”.
Hay un límite para el descaro y la mentira, y ese límite es el que los ciudadanos comunes y corrientes permitimos. Chile día tras día se pone a sí mismo en la primera línea de los países antisemitas del mundo, la prensa y la clase política son la punta de lanza de intereses soterrados y de masas sedientas de un enemigo fácil.
El moderno Chile con sus pretensiones de primer mundo, se acerca no sólo a las bondades del desarrollo, sino también a sus enfermedades, el antisemitismo la más nueva, pero sintomática de ellas.
El pastor luterano Martin Niemoller lo explicó magistralmente en la Alemania de 1937:
“…Vinieron por los judíos y yo no dije nada, porque yo no era judío, luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.”
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Gabriel Colodro
Presidente Comunidad Chilena de Israel
Hernán López
Director Ejecutivo Comunidad Chilena de Israel
Que lastima que algunos chilenos quieran hundir el porvenir de su patria. Hay ovejas ciegas en Chile.. No sea como le pasa aVenezuela que Hugo Chaves maldijo a Israel. Y miren como termino y como sufre connla paliza que El Creadorr le dio al la economia venezolana.