La Oficina Federal para los Refugiados y la Migración de Alemania (Bundesamt für Migration und Flüchtlinge, BAMF) revisará más de 25.000 resoluciones de asilo tras las acusaciones de corrupción en su oficina regional de la ciudad de Bremen, al norte del país.
El ministro del Interior, Horst Seehofer, anunció la auditoría tras saberse que un exfuncionario de la sede de la BAMF en Bremen aceptó presuntamente sobornos en metálico a cambio de la concesión del asilo a al menos 1.200 refugiados que no cumplían los criterios requeridos. Otras cinco personas —tres abogados, un intérprete y un intermediario— también están siendo investigadas.
El Ayuntamiento de la localidad alemana de Bremen, en la Ciudad Vieja. (Imagen: Jürgen Howaldt/Wikimedia Commons). |
Los tres abogados recibieron presuntamente pagos en metálico de «refugiados» de varias partes de Alemania y enviaron sus solicitudes de asilo a la oficina de Bremen. El intérprete «interpretó» después las entrevistas de tal modo que las respuestas supuestamente dadas por los refugiados cumpliesen los requisitos para la concesión del asilo. Supuestamente habría recibido 500 euros por cada solicitante de asilo.
En un caso, la oficina de la BAMF en Bremen aprobó la solicitud de asilo de Mohamed A., que, a través de un intérprete corrupto, afirmó ser un refugiado sirio cuya hermana había sido fusilada por las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar Al Asad. Dos años más tarde se supo que Mohamed A. mintió: en realidad se llama Milad H. y viene de Rumanía.
A algunas personas a las que se les había concedido el asilo eran consideradas por las autoridades alemanas como posibles riesgos para la seguridad, según la revista Der Spiegel. Entre ellos, agentes de la inteligencia siria, traficantes de personas y otros veteranos delincuentes, así como posibles yihadistas del Estado Islámico.
La directora del BAMF, Jutta Cordt, dijo que un equipo de 70 auditores internos reevaluarán las 18.000 resoluciones de asilo emitidas desde 2000 por su oficina en Bremen. Además, la BAMF volverá a estudiar otras 8.500 resoluciones hechas en 2017 por otras diez oficinas regionales, según Die Welt. Las oficinas están bajo escrutinio por las notables diferencias en la cifra de solicitudes de asilo aprobadas o denegadas respecto a otras oficinas.
Unos correos electrónicos internos del BAMF filtrados al Süddeutsche Zeitungmostraron que Cordt y otros altos funcionarios del BAMF habían recibido información sobre «casos sospechosos» en la oficina de Bremen ya en febrero de 2017, pero que la información había sido mantenida en secreto hasta las elecciones alemanas en septiembre de 2017. No fue hasta el 26 de octubre de 2017 —un mes después de las elecciones federales— cuando el BAMF puso en marchadiscretamente una auditoría interna. La política migratoria era un asunto clave en las elecciones, en las que el partido antimigración Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en el tercer partido en el Bundestag, el Parlamento federal alemán.
El escándalo no llegó al conocimiento público hasta el 20 de abril de 2018, cuando la fiscalía de Bremen anunció que un exfuncionario de la oficina de la BAMF en Bremen estaba siendo investigado, junto a otras personas, y que la policía había registrado los domicilios y oficinas de los sospechosos.
También en abril, la BAMF despidió a unos 2.000 intérpretes autónomos porque «no parecían ser neutrales o no eran de confianza». En algunos casos de intérpretes sospechosos de ser espías para el Gobierno turco, fueron despedidos por «incumplir su deber de ser neutrales».
En este momento, unos 5.800 intérpretes autónomos —muchos de ellos migrantes sin competencias en alemán— están trabajando para el BAMF en 472 idiomas, según el Westdeutsche Allgemeine Zeitung. La mayoría fueron contratados, sin filtros, durante el apogeo de la crisis migratoria en 2015, cuando la canciller Angela Merkel permitió la entrada al país a más de un millón de migrantes de África, Asia y Oriente Medio. Sólo 620 de los 5.800 intérpretes están certificados, según el Westdeutsche Allgemeine Zeitung.
El escándalo de las solicitudes de asilo ha deteriorado considerablemente la confianza de la opinión pública en el BAMF. Una encuesta de Civey publicada por Die Welt el 21 de mayo reveló que el 79,7% de los alemanes afirmaron tener «bastante poca» o «muy poca» confianza en las resoluciones de asilo de la BAMF. Sólo el 8,9% dijo que su nivel de confianza en el BAMF era «muy alto» o «bastante alto».
La falta de confianza en el BAMF era compartida por los votantes de todos los partidos políticos: el 97% de los que apoyaron al partido antimigración Alternativa para Alemania (AfD) dijeron desconfiar del BAMF, seguido de los Demócratas Libres (87,1%) el bloque conservador de Ángela Merkel, CDU/CSU (80%), la Izquierda (66,5%), el SPD (64,5%) y los Verdes (62,4%).
Entretanto, nueve de cada diez solicitudes de asilo denegadas acabaron en los tribunales, según el Süddeutsche Zeitung. En más del 40% de los casos, los jueces fallaron a favor de los migrantes y revocaron las resoluciones negativas de las solicitudes de asilo del BAMF. Los jueces se han puesto del lado de los migrantes de Siria en el 99% de los casos, de los afganos en el 47% y de los turcos en el 34% de los casos. Los migrantes presentaron 328.000 demandas en 2017 —el doble que en 2016— para revocar las solicitudes de asilo denegadas por el BAMF. Al acabar 2017, había 372.000 casos pendientes en los tribunales alemanes.
El BAMF rechaza actualmente casi todas las solicitudes de asilo de cristianos conversos al islam, según Thomas Schirrmacher, presidente de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos. Dijo que cuando el BAMF realiza «pruebas de fe», el BAMF suele recurrir a traductores musulmanes que traducen de forma deliberadamente tergiversada en detrimento de los cristianos o los conversos. Citó un ejemplo de un converso que, al hablar de Martín Lutero y el Evangelio de Mateo, el intérprete musulmán se refirió a Lothar Matthäus, un famoso futbolista alemán.
«Es un escándalo que a casi todos los conversos del islam al cristianismo se les esté denegando el asilo», dijo Schirrmacher. «¿Cómo esperan quienes toman las decisiones en el BAMF responder a la muy complicada y delicada pregunta de si la conversión al cristianismo es fabricada o no utilizando traductores malos y sesgados?»
Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York.
Traducción del texto original: Germany: Asylum for Cash Scandal
Traducido por El Medio
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