Por exagerado simplismo, mala intención o superficialidad, hay quienes resumen los conflictos solamente de acuerdo a los números de muertos. Claro que las cifras son un dato relevante, pero lejos están de reflejar la verdadera problemática de fondo.
En la ofensiva de Hamas y Jihad Islámico esta semana, que estalló súbitamente el martes temprano a la mañana y terminó (al menos hasta el momento de escribir estas líneas), el miércoles de madrugada, no murió ningún israelí. Hubo sí varios heridos leves, algunos mientras corrían a protegerse. ¿Acaso esto significa que lo que ocurrió no fue serio? ¿O que Israel no debía reaccionar porque de todos modos no había ocurrido algo que amenazaba la vida de sus ciudadanos?
Claro que esa no puede ser la lectura de la situación.
Aquí lo que cuenta es la clarísima intención de los terroristas de matar israelíes. De lo contrario, no se dispara hacia poblados civiles. ¿Qué otra intención puede haber detrás de un ataque de este tipo? Absolutamente ninguna.
Cada uno de los proyectiles tiene el potencial de matar a varias personas. Absolutamente todos los morteros y cohetes disparados desde Gaza, son letales. Eso de “proyectiles de fabricación casera” o “cohetes inexactos” y otros términos similares con los que se hace a veces referencia a ellos, intentando en general minimizar la amenaza que suponen, es una deformación de la realidad. No porque no sean todo eso. Claro que sí. Nadie alega que son misiles teledirigidos manejados por computadora desde una central de alta tecnología militar en Gaza. Pero eso nada quita a lo letales que resultan si caen cerca de la gente. Ni siquiera es necesario que le caiga a nadie sobre la cabeza. Alcanza con que una esquirla pegue a varios metros de donde impactó el proyectil.
¿Y entonces? ¿Por qué no murió nadie?
Por la Cúpula de Hierro que interceptó la enorme mayoría de los cohetes y morteros que el cerebro del sistema captó iban camino a caer en zonas habitadas. Por el sistema de alarmas que advierten y dan tiempo (poco por cierto, sólo 15 segundos, pero es más que 0), para resguardarse. Por las estructuras protectoras que cubren todos los poblados del sur para permitir que cada uno tenga su mini refugio, aunque esté en la calle. Por los cuartos blindados dentro de las casas a los que entran rápidamente cuando suena la alarma. Por la disciplina de la población que sabe que hay que tomarla en serio cuando suena.
¿Y por qué no murió nadie del lado palestino?
Porque Israel respondió atacando la infraestructura de los terroristas. No busca a los civiles. No olvidamos ni por un momento que en otras ocasiones murieron civiles durante operativos israelíes. Y más que los muertos del lado israelí. Pero tampoco en esa ocasión los números lo decían todo. Israel responde cuando es atacado, mientras que los terroristas se esconden detrás de sus civiles para matar civiles israelíes.
Las intenciones no se reflejan generalmente en los números.
Inmediatamente después de la guerra de Israel contra Hamas en el 2014 que llevó el nombre de “Margen Protector”, el Primer Ministro Biniamin Netanyahu fue entrevistado por una televisora británica. La periodista le preguntó “¿Cómo puede ser que hayan muerto tantos más palestinos que israelíes?”. Netanyahu le respondió: “¿Está segura que quiere ir en esa dirección?”. La periodista, sorprendida, le dijo “Sí…¿Por qué no?”. “Porque en la Segunda Guerra Mundial, murieron muchos más alemanes que ingleses y norteamericanos juntos, pero nadie duda que la responsabilidad de la guerra fue de la Alemania nazi. ¿Alguna otra pregunta?”.
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