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| domingo diciembre 22, 2024

¿Israel no tiene nada que temer del plan de Trump?


Jonathan S. Tobin, director de Jewish News Syndicate, sostiene que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, “no tiene nada que temer” ante el esperado plan de Trump, que reconocería una Palestina con capital en Jerusalén, aun cuando lo lógico es que ese plan “se encontrara con la feroz oposición de la derecha israelí y pudiera provocar una crisis en [su] coalición [de gobierno]”.

¿Y por qué no debería preocuparse? Porque “seguramente los palestinos dirán no a cualquier acuerdo de paz”, de lo que se sigue que “el plan de paz de Trump nacerá muerto”. Tobin no cita pero evoca implícitamente el aforismo de Aba Eban de que los árabes “nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad”.

Aún más llamativamente, Tobin sostiene que el plan de Trump “no es una iniciativa mesiánica obamita por la paz”, sino una “maniobra diplomática de distracción que pueda dar cierta cobertura a Estados musulmanes suníes como Arabia Saudí, Egipto y Jordania mientras se unen con Estados Unidos para volcarse en su auténtica prioridad: acabar con las ventajas que Irán extrajo de Obama”.

En otras palabras, arguye Tobin, el plan de paz de Trump asume el rechazo palestino y equivale a una pretensión israelo-americana de facilitar la cooperación de los saudíes y otros árabes con el Estado judío.

Admiro a Tobin como analista y estoy de acuerdo con él en que el objetivo último de Trump es forjar una alianza árabe-israelí contra Irán. Pero no puedo compartir su optimismo sobre la posición de Israel; mi interpretación de lo que nos espera (como esbocé aquí y aquí) es mucho más pesimista. Creo que 1) la Autoridad Palestina dirá que sí para obtener el reconocimiento estadounidense de Palestina –y Jerusalén–, y 2) la apuesta de Trump por lograr un “acuerdo definitivo” entre Israel y los palestinos es totalmente sincera y muy ambiciosa.

Sobre el primer punto: sin duda, la AP ha perdido incontables oportunidades, pero sus penosas circunstancias actuales (Irán y Siria son prioridades mucho más altas, Gaza controlada sigue por Hamás; la posible enfermedad terminal de Mahmud Abás; las reforzadas relaciones entre EEUU e Israel…) se asemejan a la crisis que vivió Yaser Arafat hace 25 años (derrumbe de la Unión Soviética, derrota de Sadam Husein). Igual que Arafat dio el paso aparentemente trascendental de aceptar la existencia de Israel, Abás o su sucesor, en su hora crítica, aceptarán la probable demanda de que renuncien al derecho palestino a volver a lo que ahora es Israel.

¿Por qué no? Igual que Arafat faltó a su palabra en lo relacionado con el reconocimiento de Israel (recuerden los debates interminables sobre la reforma de la carta fundacional de la OLP), el nuevo líder palestino se retractará inmediatamente sobre el derecho al retorno. Dicho de otro modo, la AP obtendrá el reconocimiento estadounidense de Palestina con capital en Jerusalén, además del control de más territorio en la propia Jerusalén, sin pagar ningún precio por ello. ¿Por qué rechazaría la AP tan increíble oferta?

Sobre el segundo punto, respecto a que todo el plan sea teatro: Trump ha mostrado un gran interés en lograr lo que no lograron sus predecesores, un gran acuerdo entre palestinos e israelíes; y no hay pruebas que hagan pensar que está montando una farsa. Por otro lado, ¿de dónde sale la idea de que la postergación de la resolución del conflicto palestino-israelí tendría alguna utilidad para saudíes, jordanos y egipcios? Hasta ahora, los innumerables fracasos no nos han ayudado, así que, ¿por qué éste iba a ablandar a los antisionistas de Oriente Medio? No, este plan, a menos que triunfe, no tiene el menor valor.

Y tiene cero probabilidades de éxito porque, como todos los planes de paz, asume que los palestinos, si obtienen suficientes beneficios, estarán dispuestos a vivir pacíficamente con Israel. Pero estos 25 años de los Acuerdos de Oslo demuestran otra cosa: una gran mayoría de palestinos, que calculo en un constante 80%, quieren que el Estado judío se evapore, y están dispuestos a pagar un alto precio personal para que eso ocurra. Hasta que no se acabe definitivamente con esa fantasía palestina, todos los esfuerzos diplomáticos serán fútiles. Así que es hora de abandonar todos los planes de paz y trabajar en cambio por una victoria israelí y la derrota palestina, y para que ambas partes dejen atrás las estancas, destructivas, trágicas hostilidades del siglo pasado

 

© Versión original (en inglés): danielpipes.org
© Versión en español: 
Revista El Medio

 

 

 

 

 
Comentarios

Si ISRAEL retoma GAZA, seria un triunfo para los gazaties, mejoras en todos los sentidos,1º economico, y todo lo demas que implique progreso ,pero para ISRAEL, es cargarse un problema enorme, ademas de mas de medio millon de enemigos, o sea arabes palestinos, ISRAEL lo puede hacer, de un plumazo retoma GAZA, los que mas ganan son los gazaties, y los que mas pierden son ISRAEL y los ISRAELIES.,.

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