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| lunes diciembre 23, 2024

PINJÁS 5778


B»H

El nieto de Aharón, Pinjás, es premiado por su acto de celosía al matar al príncipe de la tribu de Shimón, Zimrí junto a la princesa Midianita, Cazbí: Di-s le otorga un pacto de paz y la kehuná – sacerdocio.

Un censo del pueblo cuenta 601.730 hombres entre 20 y 60 años. Moshe es instruido sobre cómo debe dividir la Tierra entre las tribus y las familias de Israel a través de una lotería. Las cinco hijas de Tzlafjad piden a Moshe que les conceda la porción de tierra que le pertenece a su padre, quien muere sin hijos varones; Di-s acepta su pedido y lo incorpora dentro de las leyes de herencia de la Torá.

Moshe lega el poder en manos de Ioshúa para que lo suceda introduzca al pueblo a la Tierra de Israel. La sección concluye con una detallada lista de ofrendas diarias, las ofrendas adicionales traídas en Shabat, Rosh Jodesh (principio del mes), y las festividades de Pesaj, Shavuot, Rosh Hashaná, Iom Kipur, Sucot y Shminí Atzeret.

 

AMOR A LA TIERRA

 

24 Iosef le dijo a su familia cercana: “Estoy muriendo. Dios de seguro les concederá una providencia especial y los sacará de esta tierra, a la tierra que juró a Avraham, Itzjak y Iaakov”.

25 Entonces Iosef ligó a los israelitas por un juramento: “Cuando Dios les conceda [esta] providencia especial, deben sacar mis restos de este lugar”.

(Génesis 50:24-25)

 

1 Fue presentada una petición por parte de las hijas de Tzelafjad, hijo de Jéfer, hijo de Guilad, hijo de Majir, hijo de Menashé, de la familia de Menashé hijo de Iosef. Los nombres de estas hijas eran Majlá, Noáh, Jaglá, Milcá y Tirtzá

2 Se pararon ahora delante de Moshé, Eleazar el sacerdote, los príncipes y toda la comunidad en la entrada de la Tienda de Comunión con la petición siguiente:

3 “Nuestro padre murió en el desierto. No estaba entre los miembros del grupo de Kóraj que protestó contra Dios, mas murió por causa de su propio pecado sin dejar hijo alguno.

4 ¿Por qué debería el nombre de nuestro padre estar en desventaja en su familia meramente porque no tuvo un hijo? Danos una porción de tierra junto con los hermanos de nuestro padre”.

(Números 27:1-4)

 

Dicen nuestros Sabios que si vemos a alguien que profesa un amor entrañable hacia la tierra de Israel, seguramente es descendiente de Iosef.

Vemos en el primer versículo como en su lecho de muerte Iosef pide a sus hermanos ser sepultado en Israel cuando Di-s recuerde su promesa de sacar al pueblo judío de la esclavitud.

Vemos en el segundo versículo que las hijas de Tzelafjad reclaman su derecho a heredar la parte de su padre.

Por eso no es de extrañar que más adelante, cuando los hijos de Rubén y Gad piden su herencia del otro lado del Jordán, Moshé les agregara media tribu de Menashé, descendiente de Iosef, pues ese amor heredado por la tierra de Israel se contagiaría a las otras dos tribus impidiendo que perdieran su vínculo con sus hermanos de este lado del Jordán

¿Lotería o Destino?

“Solo de acuerdo a un sorteo se dividirá la tierra” (Bamidbar 26:55).

Uno de los temas de la parashá de esta semana es la división de la Tierra de Israel entre las tribus del Pueblo Judío. La Torá nos cuenta que esta división de la tierra se efectuó de acuerdo a una lotería, como esta escrito, “Solo de acuerdo a una lotería se dividirá la tierra”.

Todo aspecto físico del mundo tiene una contraparte espiritual. La verdad es que la dimensión física es un derivado de la espiritual. A su vez, todo aspecto tiene una aplicación en nuestro servicio al Creador. De aquí se desprende que la división de la Tierra de Israel (física) se corresponde y surge de una división espiritual. El concepto de esta división espiritual, en relación a nuestro servicio Divino, es la elección del camino a seguir en el servicio de cada uno hacia el Todopoderoso. El versículo indica que esta elección es “de acuerdo a una lotería”. Una lotería simboliza aquello que supera al intelecto y la razón.

Debemos entender: ¿Qué significa que la elección del camino a seguir en nuestro servicio a Di-s es “de acuerdo a una lotería” (por encima de lógica y razón)? Es verdad que el fundamento del servicio Di-s es la sumisión a Su Voluntad, cuya base es dejar el intelecto de lado, sin embargo, esto es solo el fundamento. Cuando uno se encuentra en el comienzo de su servicio a Di-s y debe elegir qué hacer y que no hacer, el criterio debe ser el de la Torá, o sea, que la elección debe ser internalizada en el intelecto y la razón.

Para entender la respuesta, debemos comprender primero que, a pesar de que todo judío debe cumplir todos los preceptos Divinos, cada uno tiene preceptos específicos que se relacionan especialmente con él. Esta relación entre el judío y los preceptos, no es basada en el intelecto, de manera que uno sienta racionalmente una relación con tal o cual precepto Divino, sino que es una relación que supera la lógica, una “lotería”.

Es por esto que, cuando uno percibe que cierto precepto le resulta sumamente difícil de cumplir, esto mismo es una prueba de su especial relación con el mismo. Aún si uno no ve ninguna relación lógica con este precepto en particular, todo lo contrario, uno siente que le resulta más difícil que otros, sin embargo, este precepto es su precepto particular, a través del cual se elevan hacia el Todopoderoso todas las demás buenas acciones que uno realiza. Por eso uno no debe, ante la dificultad, abandonar este precepto y tomar otro más fácil, uno debe esforzarse en ese mismo precepto porque ese es el que más relación tiene con él.

Con esto vamos a entender por qué esta escrito “Solo de acuerdo a una lotería se dividirá la tierra”: En la Tierra de Israel se encuentran diferentes tipos de terreno, montaña, valle, planicie, etc., la división de la tierra física, el hecho de que a tal tribu le correspondió la montaña, a tal otra el valle, a tal otra la planicie, etc., es por la relación particular de esa tribu con ese aspecto específico de la Tierra de Israel espiritual. Esta relación supera la lógica y se expresa en el mundo físico en una “lotería”.

La lección que aprendemos de aquí es que, cada uno tiene un asunto particular de la Torá que se relaciona con él de manera especial. Sin considerar las dificultades que puedan aparecer en el camino, todo lo contrario, como mencionamos anteriormente, el hecho de que se presentan dificultades en este aspecto, eso mismo prueba que este precepto es fundamental para uno, y uno debe esforzarse para superarse a sí mismo y llevar adelante este precepto, a través del cual se elevarán todas sus otras acciones. (www.es.chabad.org)

 

 

 
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