Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
Durante años, Hamas se ha quejado que el bloqueo israelí y egipcio en la Franja de Gaza, así como las sanciones impuestas por la Autoridad Palestina contra los dos millones de residentes que viven allí, han creado una «crisis humanitaria y económica» en el enclave costero.
Pero ahora que algunos países y partidos internacionales -incluidos Estados Unidos, Israel y las Naciones Unidas- han presentado una serie de iniciativas para mejorar las condiciones de vida en la Franja de Gaza, Hamas no parece saber qué hacer.
Este es el dilema al que se enfrenta Hamas: por un lado, si Hamas acepta estas iniciativas, sus rivales -primordialmente la facción gobernante Fatah- lo acusarán de «venderse a Israel y Estados Unidos» y abandonar los derechos nacionales palestinos en retorno para proyectos económicos y ayuda humanitaria.
Por otro lado, rechazar propuestas para mejorar las condiciones de vida de sus electores podría agravar la situación y posiblemente provocar que los desesperados palestinos se rebelen contra el régimen de Hamas.
Algunas de las iniciativas parecen muy tentadoras, hasta el punto en que es difícil ver cómo Hamas puede decir que no a un puerto marítimo en Chipre o proyectos para crear oportunidades de trabajo para resolver el grave problema del desempleo en la Franja de Gaza.
Hamas no tiene nada que perder al permitir que los partidos occidentales establezcan una zona industrial en la Franja de Gaza que proporcionaría miles de empleos a los palestinos. De hecho, tales proyectos benefician a Hamas porque lo eximen de sus responsabilidades, como el gobierno de facto en la Franja de Gaza, hacia su gente.
Esta es la razón por la cual los líderes y funcionarios de Hamas parecen estar divididos sobre las diversas iniciativas que Israel, los Estados Unidos y la ONU están proponiendo.
Si bien algunos de ellos han rechazado categóricamente las iniciativas, otros sostienen que Hamas debería considerar positivamente estas propuestas, siempre que no requieran grandes concesiones.
El campamento de «rechazo» en Hamas está encabezado por Mahmoud Zahar, quien la semana pasada fue citado diciendo que su movimiento no hará ninguna concesión a cambio de levantar el bloqueo o las sanciones en la Franja de Gaza. «Gaza no morirá de hambre», dijo Zahar.
«Aquellos que hacen sacrificios por su patria no sienten su patria si hay un bloqueo o si se detienen sus salarios».
Zahar y su grupo también argumentan que Hamas no aceptará ningún acuerdo de intercambio de prisioneros con Israel a menos que Israel libere por primera vez a todos los ex prisioneros palestinos que fueron liberados en el acuerdo de Gilad Schalit (y luego fueron vueltos a arrestar por Israel).
Zahar y sus seguidores argumentan además que cualquier intercambio de prisioneros con Israel no debería vincularse a la mejora de las condiciones de vida de los palestinos en la Franja de Gaza.
Sin embargo, el campamento «pragmático» en Hamas tiene una visión diferente. Encabezado por Ismail Haniyeh y Osama Hamdan, este grupo cree que sería un error que Hamas rechace las propuestas recientes, especialmente la ayuda humanitaria, siempre que no se requiera «pagar un precio político».
Hamdan, que tiene su base en Líbano, fue citado recientemente diciendo que Hamas estaba «dispuesto a discutir y estudiar positivamente todas las ideas y propuestas, pero sin afectar nuestros derechos nacionales ni pagar un precio político». Los palestinos en la Franja de Gaza tenían derecho a «una vida digna y un fin a su sufrimiento».
Los mensajes contradictorios de Hamas sobre las propuestas e iniciativas relativas a la Franja de Gaza incluso han logrado confundir a los mediadores egipcios y cataríes.
El embajador Mohamed al-Emadi, un alto diplomático qatarí que en los últimos años ha encabezado los esfuerzos para resolver la crisis en la Franja de Gaza, hasta ahora no ha tenido éxito en su intento de persuadir a los líderes de Hamas para que acepten cualquiera de las iniciativas, incluida un intercambio de prisioneros con Israel.
Tanto al-Emadi como a los egipcios han escuchado diferentes mensajes de varios líderes de Hamas con respecto a las propuestas e iniciativas.
El mensaje que Hamas está enviando al enviado de Qatar y a los egipcios es uno que dice: Sí, estos son proyectos muy buenos y muy necesarios, pero somos reacios a aceptarlos por temor a que se nos acuse de traicionar al pueblo palestino.
El miedo de Hamas no parece estar injustificado. El aumento de las conversaciones sobre ayuda humanitaria y proyectos económicos en la Franja de Gaza ha llevado a los líderes de Fatah y la AP en Cisjordania a acusar a Hamas de estar en connivencia con Israel y Estados Unidos para establecer un estado palestino separado en la Franja de Gaza.
La semana pasada, por ejemplo, el portavoz de Fatah, Osama Qawassmeh, afirmó que Hamas era parte de una «conspiración sospechosa» israelí-estadounidense-qatarí para promover el plan del presidente estadounidense Donald Trump para la paz en el Medio Oriente. El plan, según Qawassmeh, apunta a «liquidar la causa palestina» a cambio de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Lo último que quiere Hamas es ser acusado de estar involucrado en cualquier plan para eliminar los derechos nacionales palestinos. Las acusaciones de Fatah han dificultado que Hamas demuestre flexibilidad en las negociaciones para llegar a un acuerdo de intercambio de prisioneros con Israel y resolver la crisis humanitaria y económica en la Franja de Gaza.
Hamas ahora está tratando de encontrar un compromiso para salvar la cara que le permita acordar algunas de las iniciativas para ayudar a los palestinos en Gaza, pero sin que se vea que ha hecho concesiones sustanciales que podrían dañar su imagen y socavar su gobierno en la Franja de Gaza.
Las palabras compromiso y concesiones nunca han existido en el léxico de Hamas.
Durante muchos años, Hamas ha acusado a sus rivales en Fatah de hacer concesiones a Israel y Estados Unidos. Ahora, Hamas teme enfrentarse a los mismos cargos ya que considera que las diversas iniciativas para aliviar el sufrimiento de los palestinos que viven bajo su dominio en la Franja de Gaza.
Ahora queda por ver cuál de los campos en competencia de Hamas tendrá la última palabra.
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