Hace cuatro años, una hora antes del fin de la guerra de Israel contra Hamas en la Franja de Gaza que se conoció como “Margen Protector”, cayó un mortero en el kibutz Nirim, matando a dos de sus miembros y causando serias heridas a un tercero, Gadi Yarkoni, hoy a punto de cumplir 51 años. Poco después quedó claro que sobreviviría, pero que había perdido sus dos piernas.
Un año más tarde, Gadi –casado y padre de tres hijos- fue electo como alcalde de Eshkol, poniéndose así sobre los hombros una responsabilidad comunitaria de peso, en la que el desafío no es sólo lidiar con las etapas de guerra sino, más que nada, con el deseo de constante desarrollo y superación de los habitantes de la zona. Son 32 poblados, la mitad kibutzim y la otra moshavim, que al finalizar la guerra anterior contaban con 14.000 habitantes y hoy ya son 16.000. Sólo la mitad aproximadamente es por crecimiento vegetativo. El resto, por todos los israelíes que decidieron establecerse en el lugar, lo cual es también un fuerte mensaje a los intentos terroristas de destruir y matar.
Cabe señalar que de los 65 kms de frontera que tiene Israel con la Franja de Gaza, 40 kms son de Eshkol.
En medio del permanente estado de alerta que puede en cualquier momento imponer una corrida, en 15 segundos o menos, al refugio más cercano, en medio de los ya más de 1000 incendios provocados por los globos y cometas de fuego enviados desde la Franja de Gaza –gran parte de los cuales han sido en Eshkol-la población de la zona pide respuestas pero no levanta los brazos.
En la entrevista que nos concedió días atrás, Gadi Yarkoni analiza el sentir de su gente.Cabe aclarar que la entrevista fue antes de la última escalada en la que en un día fueron disparados 200 cohetes desde Gaza hacia Israel.
P: Gadi, lo entrevisté hace ya unos años , poco después de su elección como nuevo Alcalde del Consejo Regional Eshkol. De fondo estaba claramente la difícil situación de seguridad que se vive en la zona y que también se tradujo en su caso en una tragedia personal, cuando a raíz del impacto de un mortero en su kibutz, usted perdió las piernas. Y años después,no parece haber cambiado nada sustancialmente. ¿Cómo se sale de este laberinto?
R: Esa es la pregunta del millón de dólares. Billón quizás. Lamentablemente, hoy no parece factible poder lograr esa salida a corto plazo. Desde Gaza se sigue disparando hacia Israel. Y esto no puede ser. No lo permitiremos. Estamos dispuestos a pagar un precio muy alto para que eso no ocurra. No se puede llevar a cabo una vida normal cuando todo el tiempo suenan las alarmas.
Cuando hay guerra, uno sabe que comienza y en determinado momento termina. Pero esta situación en la que cada tanto disparan, uno nunca sabe hasta cuándo durará. Y así no se puede seguir. Ni con los disparos ni con las cometas incendiarias. En estos momentos en que estamos hablando, los bomberos y el personal de seguridad de la zona están lidiando con cinco incendios al mismo tiempo.
P: Así es, lo vi en el camino hacia aquí.
R: Quien se dispone a disparar un mortero o a hacer volar una cometa incendiaria hacia Israel, debe saber que le puede pasar algo malo. Así es la vida. Es que lo que mandan parece una cometa, pero no es una cometa de paz, un juguete, sino una cometa convertida en un arma.
Quisiera ver cómo actuarían en otra parte del mundo si estuvieran en nuestra situación, si les mandaran cometas incendiarias todo el tiempo para quemar campos. Quisiera ver cómo actuarían otros si intentaran violarles la frontera. No morirían 60 en un día sino 600. Pero Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel actúa en forma muy medida.
Sea como sea, la pregunta central es la que tú planteaste: cómo se sale de esta situación.En las guerras Tzahal ganará, pero habrá muertos de ambos lados. Esa no es la solución.
LA GUERRA NO ES LA SOLUCIÓN
P: O sea que usted dice que la solución no es militar.
R: Está clarísimo. La solución no es militar. Lo militar es solamente una aspirina. Yo estoy muy a favor de que la vida alrededor nuestro sea normal. Yo no me moveré de donde estoy y considero que tampoco los gazatíes, que hoy son unos 2 millones, se moverán de donde están. Entre nosotros hay una cerca separatoria y eso siempre se puede pasar. Debemos tomar una decisión: si estamos dispuestos a vivir uno al lado del otro sin abrir fuego y sin perjudicarnos mutuamente.
P: Imagino que se refiere a que los palestinos deben tomar esa decisión. Del lado israelí está claro que hay disposición al respecto.
R: Es cierto que hoy los palestinos son quienes deben tomar esa decisión. Pero digo más: dejemos de lado el tema de la paz y todo eso. Es que puedo asegurar ya ahora que si hay calma y el otro lado deja de hacernos la guerra todo el tiempo, el florecimiento económico allí será impresionante. Ante todo, Israel los ayudará debidamente. La verdad es que también hoy Israel les hace llegar lo necesario para mejorar la calidad de vida en Gaza. No alcanza. Pero el mundo tiene que ayudarnos. No puede ser que Israel esté solo en esto.
P: Considera que Israel hace lo máximo, tomando en cuenta que el terrorismo impone limitaciones a su margen de maniobra?
R: Yo no digo que no hay cosas que se puede hacer mejor. Pero hay que tener presente dos cosas. Primero, que Israel no limita las mercaderías que se introducen a Gaza. Y segundo, que lo que limita es tanto la capacidad adquisitiva de la Autoridad Palestina y la política de Hamas, que no permite pasar todo y dificulta las cosas. Claro que Hamas también gana en el proceso de todo lo que pasa por sus manos. Todo esto molesta.
Además, recordemos con claridad que hace poco, fueron los propios palestinos los que dañaron las instalaciones por las cuales reciben combustible y gas de Israel. De su propio lado. ¿Qué lograron con eso? Lo absurdo era que dos días después, soldados israelíes entraron allí para arreglarles lo roto en el pasaje fronterizo. Increíble.Y yo me pregunto por qué dañan lo que está destinado a su propio uso.
P: ¿Considera que no deberían haber entrado a arreglar lo que los palestinos destrozaron?
R: No, no tenemos más remedio. Debemos actuar como el adulto responsable.. Lo que digo es que hay un problema, ya que aunque no es cierto que hay allí una catástrofe humanitaria, sí es cierto que hay problemas y serias presiones, y cuanto más presión hay, más eso repercute sobre Israel mismo. Puede que eso sea lo que sus propios gobernantes buscan.
Y en esto influye no sólo Hamas sino también la Autoridad Palestina, que no transfiere el dinero que antes pagaba a sus ex funcionarios en Gaza. Israel no tiene nada que ver con eso. Es el propio Abu Mazen que los presiona.
Yo quiero desde aquí formular un llamado a los palestinos, también a Hamas. Hace años que vivimos con esta situación de escaladas de violencia cada tanto. Hay que probar otra cosa. No hay que esperar necesariamente que todo sea maravilloso entre nosotros, pero se puede al menos poner fin a esta situación de andar peleándose. Si se logra, los palestinos de Gaza podrían volver a trabajar aquí. Eso podría aliviar la tensión. Y su vida podría mejorar.
P: ¿Qué está sugiriendo? ¿Volver a fronteras abiertas?
R: No creo que puedan ser fronteras abiertas, sino fronteras de seguridad en las que puedan funcionar puntos de contacto por los que los palestinos de Gaza puedan pasar para venir a trabajar en Israel. Como antes.
P: ¿Y mientras tanto?
R: Mientras tanto nosotros podemos resistir. La gente aquí sabe lidiar con estas etapas. Podremos seguir adelante. No hay otra.
P: ¿Estaría dispuesto a hablar con Hamas?
R: No me da miedo hablar con Hamas. Hay que hablar con los enemigos. No es inteligente no hablar con Hamas. Y te diré que no estoy seguro de que sea sabio hoy derribar el gobierno de Hamas ya que no sé quién vendría en su lugar. Por experiencia hasta ahora, el nuevo suele ser peor que el anterior.
Pero hay ciertas reglas que Hamas debe entender. Tienen en su poder los cuerpos de dos soldados nuestros. Deben devolverlos. Hasta en el Corán dice que no se puede retener cuerpos. Mientras eso no se solucione, no se puede mejorar la situación.
SIN ANGUSTIA, PERO ALERTAS
P: Gadi , imagino toda persona pasa momentos de temor y angustia, especialmente en una zona así amenazada desde afuera.¿Hay momentos en los que se pregunta dónde estarán ahora sus hijos, si estarán bien?
R: La verdad que no, estoy seguro de que están cuidados. Claro que cada uno piensa en su familia en momentos difíciles, pero realmente no estoy preocupado porque sé que todos actúan con mucha responsabilidad y que mis hijos saben qué hacer cuando suena la alarma. Claro que como todo padre, cuando mi hija mayor va al ejército, quiero que me llame y me avise que llegó bien. Pero a nivel personal me siento muy seguro porque sé que en la familia todos saben cómo actuar.
P: La gente aquí sabe cuidarse.
R: Así es, la gente es consciente. Siempre le digo a la gente que hay que ser muy disciplinado, escuchar y respetar las instrucciones sobre cómo proceder. Si hay alarma, no traten de ser héroes saliendo a ver qué pasa afuera. Entren a los refugios, siempre. No hay que confiar en nada. No hay que ir a ver cómo la Cúpula de Hierro intercepta los cohetes. Si la gente sale, corre riesgos.
P: ¿Cree que incide en su forma de ver las cosas lo que le pasó a usted personalmente, al haber perdido sus dos piernas casi al finalizar la guerra de hace 4 años?
R: No, no lo creo. No creo que miro las cosas distinto de los que las miraría si no hubiera perdido mis piernas. Mis ideas no cambiaron. Lo único que sí cambió es la forma en que amo la vida. Es indudable que el principal problema con el que uno puede lidiar, es la falta de salud. No es una mera frase. Se lo entiende cabalmente cuando uno está enfermo o herido.
EL EFECTO DEL TERRORISMO
P: Se suele decir-es un hecho-que el público israelí se movió hacia la derecha debido al terrorismo. ¿Siente que también en esta región, la continuación del terrorismo y las amenazas ha incidido en la capacidad de ver la dimensión humana del otro lado, ha hecho que no todos puedan distinguir entre el gobierno de Hamas y la población civil?
R: Sí, ha incidido. Lo veo más que nada en la juventud.Es legítimo ya que la juventud aquí crece en una situación anormal, sabiendo que si suena la alarma, tiene 15 segundos para correr a un espacio protegido. En estas circunstancias, no puede decir “los amo”. No diría que esta situación ha llevado a la gente a ser más de derecha, sino menos tolerantes, a dar menos crédito a la posibilidad de que todo se calme.
Creo que aquí hay que mencionar un evento clave, la desconexión de Gush Katif, la retirada de la Franja de Gaza en setiembre del 2005. Fue una crisis para mucha gente, también para mí, ver lo que pasó después. O sea, no lamento la desconexión en absoluto. La apoyé y creo que fue lo correcto. Pero eso desgarró a Israel. Es que lo hicimos para no estar en Gaza, para que ellos puedan vivir de su lado y nosotros del nuestro. Pero también después de haber salido, siguieron disparando cohetes hacia nosotros.
Y entonces me pregunto qué es lo que quieren. ¿Qué esperan? ¿Qué no vivamos aquí? ¿Qué más quieren? ¿Por qué siguen disparando si no estamos allí? Y para mí, la justificación de nuestro derecho a defendernos, a atacarlos cuando nos atacan, es que no estamos allí, no ocupamos Gaza. Claro que no les doy todo lo que quieren del otro lado, porque tengo que preservar mi seguridad.
MIRANDO HACIA ADELANTE
P: Gadi, hace ya 3 años que está en su cargo como jefe del Consejo Regional Eshkol. ¿Cómo explicaría el hecho que se sigue construyendo, desarrollando , que a pesar de las amenazas siempre latentes-y a veces no sólo latentes- esta región continúa atrayendo gente?
R: Realmente es un fenómeno impresionante. Esto muestra cuán unida es aquí la comunidad, deja en claro que aquí lo positivo supera en mucho a lo negativo.Y lo potenciamos constantemente. No es casualidad. La gente quiere ante todo tener calidad de vida, vivir segura, vivir en una zona que aman. Desde el punto de vista de seguridad, Tzahal (las Fuerzas de Defensa de Israel) hacen lo máximo para garantizarla. Es cierto que hay épocas en las que los desafíos son muy serios.
Y al mismo tiempo, nos ocupamos de que haya fuentes de trabajo, nos dedicamos mucho a la educación de alto nivel. Ahora estamos construyendo tres nuevas escuelas primarias. Estamos construyendo nuevos gimnasios y un lugar para estudiar ballet. Espero que en 3 años podamos construir una piscina deportiva de alto nivel.
P: ¿Todo con protección especial por la amenaza de cohetes?
R: Por supuesto, todo protegido. Todo esto atrae a la gente. Aquí en las instalaciones del Consejo regional tenemos actividades variadas por las tardes y espero que este año podamos organizar cosas también hasta las 19.00 y que los padres se sientan tranquilos de que si están en el trabajo, los niños están bien cuidados y ocupados. Mi resumen sería que el 99% aquí es un paraíso, pero debemos estar prontos para lidiar con el 1% que se convierte en infierno.
La verdad…si me preguntas dónde es más seguro vivir, en Buenos Aires o aquí, yo diría que aquí.
P: ¿Usted ve el fin de toda esta situación de conflicto y amenazas?
R: Llegará. Yo recuerdo la calma aquí cuando era niño. Yo iba a la frontera y les daba a los niños palestinos boniatos, papas y zanahorias que sacaba de la tierra. Creo que eso volverá porque al fin y al cabo, la gente quiere vivir. No podría decir cuándo volveremos a eso, pero estoy convencido de que llegará el momento ya que eso es lo que la gente precisa. Debemos ser optimistas. Es difícil, pero hay que tratar de verlo diferente. Mirar siempre la mitad llena del vaso.Llegará.
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